Noticia publicada en Diario Vasco,el miércoles día 12 de Febrero de 2020.

'En busca de tu aventura' recibe la experiencia africana de la Cinecicleta

Isa y Karmelo sostienen que «para este viaje sí que hacían falta estas alforjas»; recorrieron más de 18.000 kilómetros con 145 kilos de equipaje.

Isabel Segura y Carmelo Lopez del Brío recorrieron el continente en bici durante dos años en los que organizaban sesiones de cine en las aldeas

M.A.I.IRUN.Miércoles, 12 febrero 2020, 07:39

Dos años en bicicleta por África, cargados con un equipo portátil para proyectar al aire libre, es la aventura que vivieron la castellonense Isabel Segura y el madrileño Carmelo López del Brío. Isa y Karmelo, como se autodenominan en el blog en el que fueron narrando el desarrollo de aquella experiencia denominada cinecicleta.wordpress.com, acudirán mañana a la sala de conferencias del Centro Cultural Amaia para presentar su audiovisual 'Cinecicleta', en el que han recogido el viaje.

Fueron 785 días para recorrer más de 18.000 kilómetros en bici por 14 países, parando en decenas de aldeas rurales africanas para proyectar películas, cortometrajes y documentales. Conscientes de la realidad en esos lugares de África, la pareja alimentaba su cine portátil por pedaleo, con un equipo eléctrico. Así, durante aquel viaje, «la energía mecánica humana se transformó en luz e imagen y ésta llenó de asombro, de ilusión, de imaginación y fascinación algunos rincones de ese increíble continente», cuentan los protagonistas de esta historia.

216 proyecciones adornan los surcos que las ruedas de las bicicletas de Isa y Karmelo dibujaron en el mapa africano. Admite la pareja que el balance del viaje no está equilibrado. «Fuimos con ganas de aplicar cierta 'ley de compensación'», proyectando cine a cambio de hospitalidad «pero volvimos con las alforjas aun más llenas, a rebosar de generosidad humana. Salimos ganando, sin duda».

Su discurso, recogido con mucho detalle en el diario de viaje de su blog, encuentra con facilidad las vías para trasladar las experiencias. Las positivas y las negativas, porque aquello obviamente no fue un camino de rosas. Carreteras sin asfaltar, lluvias intermibables, fronteras cerradas por el ébola, zonas intransitables por culpa de conflictos armados, la malaria contraída hasta en tres ocasiones...

Con todo, ambos protagonistas regresaron más que satisfechos de una aventura en la que aprendieron a decir «gracias» de hasta 21 maneras distintas, en la que condicionaron proyecciones a que el 50% del aforo fueran mujeres y en la que aprendieron que vivir despacio es una importante variable para vivir bien.