«Sois un orgullo para la ciudad»
Representantes de Cruz Roja y Protección Civil recibieron ayer en la Sala Capitular el reconocimiento de Irun por su trabajo durante la crisis
El pasado 14 de marzo se decretó el estado de alarma por la pandemia de Covid-19. Desde entonces, especialmente en las semanas más duras del confinamiento, los voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil se han convertido en un apoyo imprescindible para muchas familias irunesas. Han repartido alimentos y medicinas, han entregado apuntes y ordenadores, han desinfectado espacios públicos y repartido mascarillas y hasta han felicitado cumpleaños. Están acostumbrados a ayudar pero durante estos meses lo han hecho, además, poniendo en riesgo su salud.
Ayer, en nombre de la ciudad, el alcalde José Antonio Santano, la delegada de Bienestar Social y los portavoces de todos los grupos municipales, reconocieron y agradecieron el trabajo de ambas entidades en esta crisis sanitaria. Cuatro representantes de cada uno de los grupos asistieron al encuentro que se celebró en la sala Capitular del Ayuntamiento. En la reunión, se repasaron las principales actuaciones que ambas entidades han realizado y siguen realizando en la ciudad.
Para mayores y escolares
El grupo de Protección Civil de Irun está integrado por una veintena de hombres y mujeres que, hasta el recuento del 17 de mayo, habían invertido más de 4.300 horas en diferentes acciones, como llevar la compra a personas mayores que lo necesitaban. En total, han atendido a 81personas, para las que han realizado 142 servicios.
También han desempeñado tareas de desinfección en el Hospital Comarcal y en los ambulatorios y han colocado carpas de atención en ambos centros sanitarios. Para la población más joven de Irun, han hecho 238 repartos de material escolar, actividad que continúa en la actualidad y han felicitado el cumpleaños a 225 niños y niñas.
Otra de sus actividades ha sido la colaboración en todos los mercadillos que se han organizado para garatizar la seguridad de vendedores y visitantes.
Por su parte, profesionales y voluntarios de Cruz Roja han trabajado, igualmente, en diferentes frentes durante la crisis sanitaria. Además de mantener sus líneas de ayuda a familias con las que trabajan de manera habitual, han reforzado esta labor durante el estado de alarma. También han llevado la medicación a personas mayores que no podían salir de casa y han ofrecido bebida, alimentos y compañía a los transportistas en Zaisa.
Otra de sus tareas ha sido el reparto de 4.000 mascarillas en el trasporte público. Además, durante las primeras semanas, cuando no se encontraba este material de protección en el mercado, distribuyeron mascarillas caseras entre profesionales sanitarios. Con respecto a esta acción, los representantes de Cruz Roja dieron las gracias a la red solidaria de modistas irunesas, por cuya colaboración llegaron a repartirse más de 2.500 mascarillas.
La incertidumbre
Las primeras semanas «fueron las más duras por la incertidumbre, porque esto no se lo esperaba nadie», decía ayer Txema Pérez, presidente de la asamblea local de Cruz Roja. «Luego nos adaptamos y lo fuimos llevando como una parte más de nuestra actividad, porque el ser humano tiene la condición de adaptarse a lo que le echen. Al principio, recibíamos llamadas pidiendo información, porque la gente estaba muy desorientada. Ahora, en esta fase, se han incrementado muchísimo las llamadas pidiendo ayuda alimentaria. En los años que llevo aquí, nunca había visto un volumen de demanda tan grande. Hemos distribuído productos del banco de alimentos a 643 familias y a 60 más colaborando con Cáritas».
El alcalde expresó el agradecimiento de la ciudad a Cruz Roja y Protección Civil por su trabajo y aseguró que «es un orgullo para la ciudad contar con una red de voluntarios y de solidaridad así, que ha permitido a muchas familias irunesas sobrellevar mejor la difícil situación provocada por la crisis sanitaria de la Covid-19».
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