Para no olvidar
DVERANO
El en el Bidasoa el verano comienza con los Sanmarciales y termina con las fiestas de Hondarribia. Este año, también. Aunque de una forma diferente. El día 30 ya pasó. No hubo Alarde, ni Diana, ni bajada de la iglesia, ni subida a San Marcial... pero los colores rojo, blanco y negro inundaron las calles de la ciudad fronteriza. Los amigos se reencontraron y las familias celebraron el día grande.
Este año al traje de fiestas se le ha sumado un complemento más, la mascarilla. La hemos visto de todos los colores. A las azules y blancas, se han sumado las customizadas con los colores de la fiesta y con los escudos de las compañías. Imaginación al poder.
La pandemia ha logrado lo que solo consiguieron las guerras, suspender el Alarde. Inimaginable hace solo unos meses. Ha modificado nuestras costumbres y cambiado nuestras prioridades.
También ha logrado lo impensable. El día 30 la corporación municipal al completo subió al monte San Marcial y de manera conjunta cumplió con la promesa realizada por el pueblo de Irun en 1522. Parece algo residual, pero hace 20 años que no realizaban este acto de manera conjunta todos los partidos políticos. El coronavirus ha conseguido alejar las diferencias y acercar posturas. Para no olvidar.
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