«Cuando decides ser cantante tienes que convencer a la gente de que es un trabajo válido»
Con el concierto que ofreció este jueves, la cantante irundarra dio inicio a su gira del nuevo disco 'Huidas soñadas'Amaia Adin Cantante
La cantante irundarra Amaia Adin (1982) por fin pudo arrancar con su gira 'Huidas soñadas', que se iba a iniciar en primavera, antes de que saltase el estado de alarma. Lo hizo en casa, en la plazoleta del Juncal, un buen punto de partida para este tour. Su vocación por el canto le llevó también a fundar una academia en la ciudad, hace ya seis años, a la que se han ido sumando cada vez más personas de la comarca.
–¿Cómo fue volver a subirse a un escenario y encima hacerlo en su casa?
–Estuve más relajada que otras ocasiones. El concierto estaba muy bien organizado y eso te deja espacio para hacer tu trabajo, y eso es una gozada. Además, ir acompañada de un guitarrista como Rubén Caballero fue muy importante. El público fue súper agradable.
–Con la cita del pasado jueves comenzó su gira del disco 'Huidas soñadas'. ¿Qué podemos encontrarnos en sus canciones?
–Me inspiro mucho en momentos tristes y difíciles, por lo que las letras pueden hablar de cosas profundas. La melodía y el ritmo juegan mucho con algo más abierto y en ese sentido se ve el optimismo, el tirar para adelante, y el momento crítico. Los mensajes son los ecos de tu cabeza y los plasmas en la canción. Lo haces para desahogarte pero siempre pensando que tiene que llegar a la gente.
–¿Cuándo supo que quería dedicarse a la música?
–Siempre hago la broma de la frase 'Mamá, quiero ser artista'. No sé si de pequeña dije que quería ser cantante pero no paraba de cantar. Cuando llegó el momento de decidir a qué te tienes que dedicar solo se me pasó por la cabeza que quería ser cantante. Luego descubrí que el cantante puede cantar sus propias canciones y me metí en la composición.
–¿Cómo ha sido ese camino hasta llegar a ser la cantante que es hoy en día?
–Ha sido un proceso duro, pero como estás haciendo lo que tú has decidido y eres fiel a ti misma hace que no sea tan duro. Pero tienes que dar explicaciones, convencer a la gente que también se puede cantar, que es un trabajo válido... Por ejemplo, un médico estudia una carrera de 10 años y nadie le dice nada. En su día comencé a dar clases de canto pensando en que era la opción más aceptable socialmente. Para una madre no es lo mismo decir profesora de canto que cantante. Mi cabeza esta muy enfocada en cantar y en componer. El proceso es duro pero lo justifico bastante, siempre pienso que todo es duro.
–Estudió canto.
–Sí, y me di cuenta de que aquí no existe la carrera de canto como tal. Siempre he ido a profesores privados para que todo sea mucho más personalizado y de ahí ha salido la idea de componer y formarme como músico. La parte dificil es que crees que no existe eso, porque no conoces gente que se dedique al canto, pero al final es intentar hacerte caso a ti misma y decir que si no hay camino te vas a tener que encargar de hacerlos.
–Ahí descubrió el 'Voice craft'.
–Es una técnica de voz y canto fascinante, que se utiliza tanto para voz hablada como para canto. Se centra en lo que ocurre realmente dentro, en tu cuerpo. Te explica exactamente qué tienes que hacer muscularmente para conseguir algo en concreto. Al final no trabajas por imitación; escuchas a Tina Turner y no la tienes que imitar, sino descubrir qué está haciendo muscularmente para poder conseguirlo.
–En 2018 consiguió un título de Mondragón Unibertsitatea, de la mano de Bidasoa Activa, en 'experto en emprendimiento tecnológico e innovación en productos asociados'.
–Nunca sabré qué significa ese título pero le tengo mucho cariño. Fue fascinante, y claramente dicho, una paranoia. En el último momento me hicieron un hueco y me lo vendieron tan bien que sin saber lo que era me apunté. Me encontré con mucha gente creativa que no teníamos nada que ver: ingenieros, informáticos... Crees que no vas a conectar con ellos y finalmente juegas con la imaginación para conseguir cosas. Fue intenso y me sentí jugando todo el rato.
–Hace 6 años montó su propio taller de canto, en Irun.
–Formarme como músico me hacía moverme de un sitio a otro. Y pensé: '¿por qué no existe un sitio donde ya esté todo eso?' No existía una academia que te enseñase a grabar, a estar en el escenario... El hecho de que no existiera lo vi muy positivo, como una oportunidad, y lo creé.
–¿En ese taller no hay sitio solo para cantantes, no?
–Trabajamos canto y voz, y vienen locutores, dobladores... más allá de cantantes. Viene gente de todo tipo de edades y de estilos. Siempre digo que excepto el reggaeton, todo tipo de estilos son bienvenidos en la academia.
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