«Vivimos entre dos normas que van cambiando y tenemos un lío que no veas»
Rosi Talavera, que vive en Hendaia, se adapta con deportividad alas nuevas medidasde sus países detrabajo y residencia
Ser ciudadano transfronterizo lleva ya, de por sí, una complicación añadida. Pero vivir a diario entre dos países, en tiempo de pandemia, con medidas de seguridad cambiantes en cada uno de ellos y en periodos cortos de tiempo es como para llevarse las normas apuntadas en la agenda. Los ciudadanos transfronterizos del Bidasoa asumieron el lunes las nuevas medidas del Gobierno Vasco y desde las 00.00 horas de este viernes, acatan las dictadas por Emmanuel Macron.
Rosi Talavera y sus hijas Natalia y Andrea viven en Hendaia, a seis kilómetros del puente internacional de Santiago, por donde cruzan cada día la muga para trabajar y estudiar.
Formada como corredora de fondo -fue la primera campeona de España de maratón-, Talavera afronta con deportividad el día a día, que le lleva de Hendaia a la escuela de atletismo del BAT, en Plaiaundi. «Tenemos que acatar las normas del Gobierno francés y del Gobierno vasco. Vivimos entre dos normas que van cambiando y tenemos un lío que no veas», dice sonriendo.
El nuevo confinamiento galo «va a ser más suave que el de primavera, porque los colegios, desde el maternal hasta el liceo, siguen abiertos», comenta Rosi. «Cierran bares, restaurantes y tiendas que no sean farmacias y alimentación. Es lo que más vamos a notar. Al final, va a ser como un medio confinamiento».
Rosi desconocía este jueves si, tanto ella como sus hijas, tendrán que renovar la llamada 'Attestation de déplacement derogatoire', el certificado oficial «que nos permite movernos por actividad profesional o por estudios. Tenemos el que hicimos cuando el toque de queda, pero no sé si se habrá quedado obsoleto. Además de ese papel, llevamos siempre el certificado del centro de trabajo y el del instituto. A mi hija Andrea, que es monitora de atletismo en las pistas de Hondarribia, nunca le han parado en la frontera, pero más de una vez le han pedido los certificados al pasar de Irun a Hondarribia, seguramente porque lleva matrícula francesa».
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