Un año de grandes cambios
2020 El atípico año que acabamos de despedir ha tenido efectos muy particulares en la ciudad, que no ha tenido Alardes y que desde hace un mes está gobernada por una inédita coalición entre los socialistas y Podemos-Izquierda Unida
Se ha ido 2020, el año que normalizó conceptos que nunca pensamos en utilizar para hablar de nuestra vida. Expresiones como pandemia, confinamiento y toque de queda han ganado, también en Irun, una presencia insospechada hace tan sólo un año. «Hemos incorporado palabras como cribado y PCR, hemos incorporado el gel, la mascarilla y la distancia interpersonal», recordaba el alcalde, José Antonio Santano, en su balance de 2020. «Nos ha cambiado la forma de relacionarnos, de vivir».
Su repaso del año fue diferente esta vez. No se centró en hitos, obras, eventos o noticias de relevancia. «No es que no hayan pasado cosas. Empezamos el año con la aprobación de los Criterios y Objetivos para el espacio ferroviario y la Ronda Sur está en construcción, hemos hecho bidegorris y otros cambios profundos en la movilidad, está el inicio de obras en el edificio de Emigración...»
Pese a esas menciones, el primer edil puso el foco, como no podía ser de otra manera, en lo que la pandemia ha supuesto, supone y va a suponer para Irun, en las frustraciones que ha causado porque la ciudad no pudo disfrutar los sanmarciales como suele y porque las celebraciones de efemérides como «los 50 años del club de rugby o los 25 de la Copa de Europa que ganó el Bidasoa, por ejemplo», quedaron truncadas. Son poco más que anécdota entre los dramas que se han vivido en muchas familias de la ciudad. Santano recordó que los que se han ido en este 2020, «por Covid o por otra causa», lo han hecho además «con despedidas silenciosas que en ningún caso han sido las que hubiera habido en una situación de normalidad».
Habló de los mayores, de cómo han sufrido esta crisis y de cómo el consistorio ha tratado de acompañarlos, pero también se refirió a la profundidad con la que ha golpeado «a pequeños, adolescentes y jóvenes, de los que se habla menos, pero que están sufriendo mucho porque están en pleno momento de descubrir, de relacionarse». Se refirió a los centros escolares y a cómo el regreso a las aulas ha sido «mejor de los esperado. Percibo en los colegios de la ciudad una perspectiva más optimista, aunque soy muy consciente de sus reivindicaciones y necesidades».
Comercio y hostelería
Imposible no acordarse del comercio, sector con un enorme peso en Irun y que «ya venía sufriendo dificultades. Desde el Ayuntamiento hemos intentando estar cerca porque sabemos que lo están pasando mal. Quiero destacar la complicidad que se ha despertado en la ciudadanía, consciente de que ya no hablamos de salvar el comercio como actividad y fuente de empleo, sino que hablamos del estilo de vida de nuestras ciudades».
También los hosteleros tuvieron mención expresa del alcalde porque «están sufriendo especialmente. Hemos intentado escuchar y colaborar en la medida de lo posible, pero somos conscientes de la dimensión del problema y de que, además, se sienten señalados como generadores de una situación en el que la responsabilidad es, principalmente, de cada uno de nosotros como ciudadanos».
Con todo esto y algunas cosas más, consideró que «se nos está sometiendo a una prueba de estrés. A esta ciudad como a todas las demás. De momento estamos resistiendo. Nos lo están cambiando todo, pero aquí seguimos, funcionando como sociedad cada día. No perdamos de vista que esta prueba es muy dura y que va a tener secuelas, pero estaremos ahí. Desde el primer momento este Ayuntamiento ha tenido claro que tenía que dar respuestas y atender necesidades. Estoy orgulloso del trabajo de todo el mundo en esta institución».
El plan de respuesta a la crisis Irun Aurrera se puso en marcha enseguida con el visto bueno y la colaboración de todos los partidos. «Siempre he pensado que en la actividad municipal, cuanto mayor consenso, mejor resultado. En una situación como la que estamos viviendo, se debe desdibujar la línea entre Gobierno y oposición. Los gobiernos tienen que asumir el peso de implantar las medidas pero es importante que no haya discusiones públicas distorsionando y en Irun hemos tenido ese apoyo por parte de la oposición, que no sólo ha respaldado, también ha aportado».
Escenario político y coalición
En ese clima de entendimiento las relaciones no han sido igual con todos los grupos. El acuerdo presupuestario de los socialistas con Elkarrekin Podemos-IU ha derivado en este final de año en una inédita coalición de gobierno de izquierda. Con Bildu «sigue vigente el acuerdo presupuestario que alcanzamos a primeros de año y que tiene un alcance de mandato», por lo que espera Santano que la relación siga siendo fluida. El PP tradicionalmente se ha entendido bien con el Gobierno local, pero este año se ha incorporado un edil, Iñigo Manrique, que no ha estado presente en esos años de colaboración y seguramente la coalición con Podemos y Ezker Anitza no vaya a facilitar los puntos de encuentro.
Con el PNV es con quien ese Gobierno conjunto lo tiene más complicado. «No es un momento para excluir a nadie. Vamos a trabajar para sumar con todos», insistía Santano. «Intentaremos acordar líneas básicas del proyecto de ciudad y un mínimo consenso presupuestario». Los sucesos del fin de año, con el anuncio del Gobierno Vasco de los proyectos estratégicos que presentará para captar los fondos europeos de reconstrucción, criticado por el Gobierno local, aplaudido por los jeltzales de Irun, parece haber ensanchado la grieta.
2021, gestión y precaución
En ese escenario es en el que se jugará la partida en 2021, un año que empieza igualmente pandémico y en el que, pese a la esperanza con la que lo baña la vacuna, seguirá siendo «muy necesario actuar con sentido común y con precauciones. Las personas tienen que seguir en el centro de la gestión municipal. El Ayuntamiento tendrá menos dinero y habrá que establecer prioridades porque a todo no vamos a poder llegar», avisó Santano.
Las «estrategias de ciudad» que se incluyeron en los presupuestos de 2020, también las pactadas con Elkarrekin Podemos-IU y EH Bildu, marcarán éste y los próximos años de mandato. «La movilidad, con la redacción de un nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible, será clave para colocar a la ciudad en posición óptima para el futuro». Santano espera que ese PMUS refleje «un modelo integral, con todos los modos de moverse, el coche y todos los alternativos», y cuente «con la participación de los jóvenes, que en este tema sí se dejan oír y queremos que tengan un papel protagonista».
Las líneas para desarrollar un nuevo modelo de comercio urbano digitalizado, adaptado a los tiempos, más fuerte, sostenible y resiliente serán otro de los campos de trabajo principales junto con «las VPO de alquiler en Alarde y los preparativos para las de San Miguel-Anaka», la atención a los mayores y el refuerzo de un tejido social (deportivo, cultural, vecinal) «que estos meses ha tenido un papel importante y al que necesitamos para crear comunidad». Vía Irun, por supuesto, seguirá siendo faro del trabajo del consistorio y de su relación con otras instituciones en un año en el que podrían darse pasos importantes para el proyecto.
Entre tanto, la pandemia seguirá ahí, generando inmensas dificultades, provocando sufrimiento que habrá que atender y, de momento, amenazando de nuevo la celebración de las fiestas locales en toda su magnitud. «No estamos en condiciones de saber qué pasará», apuntaba Santano al respecto. «Hay tiempo para ver cómo avanza la situación con la vacuna y qué horizonte da. Pero siempre deben prevalecer criterios de salud pública para que no haya riesgos. Pero no adelantemos acontecimientos».
No hay comentarios:
Publicar un comentario