«Hay que apoyar el Bizinema Bang Bang porque es un gran ritual de cine»
Existen solo quince copias exactas del garfio de Hook y una la pudimos ver en el último Bizinema Bang BangAlbert Stobbart Cinéfilo viajando a Nunca Jamás
Hace una semana, en el Amaia, muchos niños y niñas perdidas gritamos eso de «¡bangarang!». El viaje a Nunca Jamás lo organizaron los chicos de Bizinema Bang Bang, los auténticos jefes y héroes de la tribu de los cinéfilos. Porque sí, una es una niña perdida que sabe que, como en Nunca Jamás, en el cine todo es posible. Y más, si de la más maravillosa de las experiencias se encargan otros niños perdidos como Adur, Álvaro, Iñigo, Jon Paul o Albert, entre otros. Con ellos todo es posible. Se puede viajar en el Delorean, cazar fantasmas, ver de cerca el garfio del pirata más temido o escuchar a uno de los guionistas de Spielberg saludar a Irun desde Los Ángeles. El Bizinema Bang Bang es la oportunidad de ir al cine con la ilusión del pasado pero con las ganas del presente. Es un ritual. Es una experiencia memorable que ninguna plataforma digital puede superar. Albert lo sabe y lo disfruta, por eso en la última sesión del año se convirtió en nuestro particular Peter Pan. ¡Bangarang!
–Albert, además de un niño perdido, eres un fijo en las sesiones de Bizinema Bang Bang.
–Sí, sí. Intento no perderme ninguna. Bueno, intento ir al cine siempre que puedo. Me encanta. El Bizinema se ha convertido en una experiencia más que intento apoyar y disfrutar siempre. Igual que el Zinemaldia, la Semana, el Bang Bang, el Ozzinema... Proyectos como el Bizinema Bang Bang son geniales porque entienden el cine tal y como lo hacíamos antes. Para mí siempre ha sido entretenimiento y aquí lo es.
–Últimamente nos quedan pocas oportunidades así, hay demasiado 'cine' en casa.
–Mira, yo tengo todas las plataformas posibles, pero nada se parece al cine. El cine es una experiencia. En casa te tragas no sé cuántos capítulos de una serie y luego ni te acuerdas por dónde vas. Las pelis las ves y pasa lo mismo: nunca las recuerdas.
–Quienes estuvieron el sábado pasado en el Amaia nunca olvidarán a Jim, con su bici y su casco, saludando al Bizinema Bang Bang...
–(Risas) Ha sido toda una aventura, pero me apetecía hacerlo y ayudar al Bizinema Bang Bang. Grabé la reacción de la gente cuando pusieron el saludo y es emocionante ver cómo aplauden y se sorprenden. Creo que se lo enviaré a Jim para que lo vea...
–Expliquemos que Jim es el guionista de la película 'Hook' de Steven Spielberg y que tú conseguiste ese saludo...
–Eso es. En realidad se llama James V. Hart y la idea y el guión de la película es suyo. Es también el guionista de otras películas como 'Drácula' o 'Contact'.
–¿Cómo diste con él?
–Se me ocurrió que sería bonito tener un saludo de alguien de la película. Primero pensé en algún niño perdido, pero sospeché que a lo mejor querrían cobrar. Entonces me acordé del guionista y le escribí explicándole el proyecto de Bizinema Bang Bang. Me respondió pidiéndome más información y diciéndome que lo pensaría.
–Y un día que salió a andar en bici... ¡nos saludó!
–Así es. Yo le pedí que, por favor, mencionara el proyecto. No quería que pareciese algo hecho para cualquiera. Quería que fuera especial porque el Bizinema Bang Bang lo es.
–También es especial para ti la película 'Hook', ¿verdad?
–Sí, es eso. Es especial. No la vi en el cine, pero fue de las primeras películas que vi de pequeño y, sin duda, fue la película que encendió la chispa del cine en mí. Creo que la considero mi película favorita por eso, porque ahí empezó todo.
–Dicen que Spielberg reniega de ella...
–Sí, creo que en su momento no recaudó lo que se esperaba o alguna cosa de estas y... Bueno, hay muchas películas imperfectas a las que le tenemos un cariño especial sin saber por qué. Yo a esta le guardo un cariño muy especial. No sé cuántas veces la llegué a ver de pequeño. Recuerdo que, al principio, me regalaron una copia de la película y la vi tantas veces que la desgasté. Me tuvieron que dar otra. (Risas)
–¿La película dice «no crezcas», pero ¿cómo ha sido verla de adulto?
–Pues creo que es una película que ha envejecido muy bien, la verdad. A pesar de esas críticas, no es una película perfecta, pero se mantiene bien. Ha sido genial que el Bizinema Bang Bang la haya recuperado.
–¿Sabían del tesoro que tenías en tu casa?
–Se lo conté yo. Les dije que si querían les prestaba mis cosas para su decoración. Hay que apoyar proyectos así porque son un gran ritual. Es ir al cine para disfrutar de películas de los 90, pero también para encontrarte con gente y pasarlo bien.
–Este sábado ha sido como entrar en un museo también. Ese garfio, ¡qué maravilla!
–Lo es. Tuve la oportunidad de comprarlo y no soy un coleccionista, pero no lo dudé. En realidad, el auténtico garfio de la película está registrado y no se puede replicar, pero alguien hizo quince copias y yo compré una. Solo existen quince garfios idénticos al de la película en el mundo y uno de ellos es el que llevé al Bizinema Bang Bang.
–Coleccionista no, pero profesional de la imagen sí eres...
–Trabajo en una pequeña productora en Donostia, se llama Eklan. Además, hace poco he comprado una cámara para retomar algunos proyectos personales que tenía abandonados. La chispa sigue viva. (Risas)
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