Noticia publicada en Diario Vsaco,el domingo día 25 de Abril de 2021.
«No la he descubierto, siento que he nacido con la danza en el interior»
El sueño empezó en Irun, pero la danza la ha llevado hasta Miami pasando por la India y la industria de Bollywood
Como la Caperucita de Carmen Martín Gaite, Virginia también ha iniciado un viaje. Es un viaje con billete de ida, pero no de vuelta. Como Sara Allen, Virginia también tiene un deseo. Un deseo que nada tiene que ver con una tarta de fresas, pero que es igual de dulce. Como Sara, la Caperucita de Carmen Martín Gaite, Virginia también tiene una palabra mágica. Una palabra con la que invoca lo imposible, hace que pasen cosas diferentes y cumple sus sueños. Sara Allen dice «¡miranfú!» y Virginia González dice «baile». Y es que la danza mueve los deseos de esta irundarra que ha cogido el billete de ida hacia sus sueños y no parece que vaya a volver. Primero fue Miami, luego una pandemia en forma de lobo feroz y ahora acaba de volver de India. Virginia no tiene miedo, solo tiene una cesta llena de tenacidad, ilusión y sueños. Virginia no sabe a dónde le llevará este cuento, solo sabe que quiere bailar. A Virginia le dijeron que soñara alto y aprendió a volar.
– Decir «Bollywood» es decir danza, música, color... ¡Cine! Son películas a lo grande y tú has estado ahí.
– (Risas) Sí, aún no me lo creo, pero sí. Me gustaría enseñarte más fotos, pero es que no he tenido tiempo de sacarme casi fotos. He estado trabajando muchísimo. Allí se trabaja 24/7, casi no he tenido tiempo.
LUCHAR«Sentí que no podía decir a mis alumnos que pelearan por sus sueños y yo no hacerlo»EXPERIENCIAS«De la India me he traído mucha valentía, mucho amor y una familia que volveré a ver»
– ¿Cómo es trabajar en Bollywood?
– Increíble. He trabajado en lugares paradisíacos y con cientos de personas en cada proyecto. He trabajado con muchos artistas importantes, actores como Sherman Joshi, he hecho series para Netflix... ¡ha sido increíble!
– Pero una particularidad de Bollywood es el idioma...
– Así es. Llegué a la India sin saber nada de hindú y un poco de inglés.
– ¿Y cómo te has apañado?
– Nada más llegar tuve que estar diez días encerrada en una habitación con otras cinco compañeras. Esos días fueron un reality show y un curso de inglés intensivo. (Risas) Así fue nuestra cuarentena antes de empezar a trabajar.
– Supongo que no habrá sido fácil tampoco adaptarte a un país tan diferente...
– Ha habido momentos complicados, muy duros, no te voy a engañar. Cuando me surgió la oportunidad de irme a la India, no lo dudé. Siempre he sido muy yogui y me encanta toda su cultura y filosofía, pero estar ahí es diferente. Todo lo que cuentan es real, lo aplican en su día a día y eso es genial, pero también hay mucha pobreza. A mí eso me tocaba cada día...
– A pesar de esos momentos duros y de haber trabajado muchísimo, has vuelto con la mochila cargada de experiencias y ganas de volver.
– Sin ninguna duda. Ha sido una de las experiencias más increíbles que he vivido nunca. Me he traído más valentía, mucho amor y una familia. Sé que he dejado una familia en la India y que algún día volveré, pero ahora de momento voy a estar un tiempo en Irun. No mucho, pero algo sí...
– ¿Ya tienes la próxima aventura planeada?
– Sí, tengo claro que quiero volver a Miami. Allí he descubierto un estilo de vida, oportunidades laborales que me gustan, sol, música...
– ¿Volver? ¿Antes de India fue Miami?
– Sí, hace un par de años sentí que tenía que dar un paso al frente. Sentí que tenía que cumplir con eso que siempre les relataba a mis alumnos. No podía decirles que tenían que pelear por sus sueños y yo no hacerlo. Tenía que ser ejemplo. He trabajado en una escuela de danza muchos años, tengo experiencia, pero ya sabemos que la vida del bailarín no es muy larga. Entonces tenía 25 años y pensé: «ahora o nunca».
–Y pusiste rumbo a Miami, ¿cómo?
–Por un lado, trabajé y ahorré todo lo que pude y por otro, estudié todas las escuelas y profesores de baile que había en Miami. Cuando llegué tuve la suerte de que un profesor me diera mi primera oportunidad, así que en seguida empecé a trabajar.
– ¿Dónde?
– Mi primer trabajo fue en la gala 'Premios lo nuestro' como bailarina en la actuación de Mau y Ricky. Fue increíble, una gala súper importante y con unos cantantes súper conocidos.
– La vida en Miami también debe ser de película...
– Lo es. Es como vivir en una película todo el rato. Lo que se ve en las películas americanas es más o menos así. Allí he estado muy a gusto por el sol, la playa, la música y, sobre todo, la libertad en mi trabajo. En Miami sentí que estaba cumpliendo el sueño de mi vida.
– Pero tuviste que volver, ¿verdad?
– Sí, cuando empezó el confinamiento tuve que volver. Aquí también soy feliz, tengo a mi familia, mi marido, mis amigas... Esto también es un sueño, pero laboralmente me siento como enjaulada. Por eso busqué oportunidades fuera de aquí y surgió la oportunidad de India. Han sido dos experiencias increíbles que me han llenado de fuerza y valentía, pero volveré a Miami. Ahora estaré por aquí un tiempo para poder enseñar a mis alumnos todo lo que he aprendido y a principios de año volveré a Miami.
– ¿Cuándo descubriste que la danza era tu sueño?
– No sé cómo explicarlo, pero creo que la danza me encontró a mí. Es que desde pequeña, me ponían música y yo bailaba. Yo creo que no he descubierto la danza, sino que he nacido con ella. Desde muy pequeña ya supe que quería ser bailarina. Mi familia siempre me ha apoyado, pero había quien me decía que no podía ser bailarina. Dije que lo haría y lo he conseguido. Aquí estoy, cumpliendo sueños.
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