lunes, 24 de mayo de 2021

«Vi cómo se lanzó al agua y no podía llegar a la orilla; si no llego a estar ahí, habría dos muertos»

Noticia publicada en Diario Vasco,el lunes día 24 de Mayo de 2021.

Migrante muerto en el Bidasoa

«Vi cómo se lanzó al agua y no podía llegar a la orilla; si no llego a estar ahí, habría dos muertos»

El hendayés Tom Dubois socorrió el sábado al menor que logró cruzar el Bidasoa al tiempo que otro joven moría ahogado. En barca, a pie o a nado, el río se ha convertido en un Estrecho en miniatura

El hendayés Tom Dubois rescató del Bidasoa al menor subsahariano./
El hendayés Tom Dubois rescató del Bidasoa al menor subsahariano.

MIGUEL ÁNGEL MATA
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«El chico estaba en la Isla de los Faisanes. Vi cómo se quitaba la ropa, se tiró al agua y trataba de llegar a la orilla. Era bastante evidente que no sabía nadar. A los 5 o 10 metros empezó a hundirse. La marea estaba subiendo y estaba sin fuerzas. Entré al agua y pude sacarle. Nunca se sabe, pero es probable que si no llego a estar ahí, estuviéramos lamentando una segunda muerte».

Tom Dubois es la persona que pudo socorrer al menor de 16 años que, con su ayuda, logró alcanzar el sábado por la mañana la orilla francesa del Bidasoa cruzando desde Irun mientras, previsiblemente a esa misma hora y a escasos metros, otro migrante subsahariano, un joven de Costa de Marfil de 28 años de nombre Yaya, no lograba el objetivo y sucumbía en silencio, desamparado, en las aguas del río fronterizo.

«Eran las 10.30 de la mañana más o menos». Media hora más tarde un piragüista que navegaba por la zona alertaba al servicio vasco de emergencias (112) de la presencia de un cuerpo aparentemente sin vida flotando en el agua a la altura de la isla de Santiagoaurre, a escasos 500 metros de donde Tom aún asistía al adolescente que acaba de rescatar.

«No sé si iban juntos o no», subraya el joven hendayés. «Supongo que no, porque me dijo que tenía dos amigos pero que no se habían atrevido a pasar. En ese momento no se sabía que había fallecido una persona y, obviamente, no le pregunté por esa cuestión. Mi única preocupación era ayudarle. Había dejado su ropa en la Isla de los Faisanes y estaba en calzoncillos. Le di ropa y alimento».

Una vía peligrosa

Dubois revela un aspecto desconocido hasta la fecha. «Se ha hablado de estos dos casos, el del fallecido y el del menor, pero en realidad eran varias las personas que en esos momentos cruzaban el río. Mientras ayudaba al chico, había algunos más en la orilla», remarca sin poder concretar cuántos.

El dramático episodio vivido el sábado ha descubierto una realidad desconocida para buena parte de la población: el río Bidasoa se ha convertido en una especie de Estrecho de Gibraltar en miniatura. Menos peligroso pero, como ha quedado demostrado con la víctima mortal de este fin de semana, no exento de riesgos, sobre todo para personas que en muchos casos no saben nadar.

«Había otras personas que cruzaron el río en ese momento; mientras asistía al menor, unos cuantos más estaban en la orilla»

Dubois lo confirma. No era casualidad que se encontrara en ese momento en la ribera. Forma parte de un grupo de voluntarios hendayeses que prestan ayuda humanitaria y tratan de salvar vidas ante la constatación de que el río es ya en una vía habitual de cruce de la frontera como consecuencia del endurecimiento de los controles por parte de las autoridades galas. «Recorremos el río llevando ropa y comida por si, como en este caso, hay que ayudar a alguien».

Remarca que el tránsito por esta vía es «cotidiano». «Lo más habitual es que utilicen unas pequeñas barcas que suelen estar en la orilla, o que aprovechen cuando hay marea baja para pasar a pie por la zona del puente de Santiago. Pero esta posibilidad se ha puesto muy difícil por la presencia constante del control fronterizo en esa zona y el celo policial en estos momentos».

Esta situación es la que lleva a muchos a optar por alejarse de Santiago y tratar de cruzar por las inmediaciones de la Isla de los Faisanes, donde la profundidad es mayor y la corriente, más fuerte. Lo intentan ahí porque está antes de Behobia, el segundo puente que conecta Irun con Hendaia, donde también hay un control permanente por la pandemia y porque Francia está en situación de alerta terrorista.

«Supongo que el chico no iba con el fallecido; me dijo que tenía dos amigos que no se habían atrevido a pasar»

Las dificultades para cruzar son evidentes, como también el miedo que tienen los migrantes de ser descubiertos aunque ya hayan tocado territorio galo, ya que las autoridades del país vecino no dudan en devolverles a España, aplicando las llamadas 'devoluciones en caliente'.

El mejor ejemplo es precisamente el menor al que rescató Tom. «De pronto, hacia las 11, empezó a haber movimiento de bomberos y policía», relata comprendiendo más tarde que el motivo podía ser el aviso de la aparición del cadáver. «En cuanto lo notó, el chico salió corriendo. Ahí le perdí y no sé más. Solo que su intención era coger un autobús hasta Burdeos».

«En cuanto vio movimiento de bomberos y policía salió corriendo; su intención era coger un autobús hasta Burdeos»

El adolescente debió ser interceptado por la policía francesa y devuelto a España dos horas después, según denunció la asociación de apoyo y acogida a migrantes Irungo Harrera Sarea.

Tom participó ayer en la concentración convocada por este colectivo en el lugar donde fue rescatado el cadáver de Yaya, para denunciar su muerte y pedir una política migratoria «humanitaria» y el libre tránsito de personas que buscan una oportunidad.

Otro rescate el 13 de marzo

No es el primer migrante al que Tom salva la vida. El 13 de marzo también rescató a un joven guineano de 22 años que había logrado llegar a Hendaia a través de la Isla de los Faisanes. Pero estaba aterido de frío tras cruzar las entonces gélidas aguas del río. Junto a sus compañeros voluntarios, le ayudaron a secarse la ropa, le dieron zapatos nuevos y le ofrecieron comida caliente.

El episodio llevó a Dubois a escribir en las redes sociales una carta abierta a las autoridades en la que explicaba cómo había encontrado a esta persona «al borde del ahogamiento» y anticipando que el cierre de las fronteras «conducirá inevitablemente a un drama», como el sucedido el sábado.

El Gobierno Vasco insiste en que «todo migrante que pide ayuda es atendido»

El Gobierno Vasco respondió ayer a las críticas de Irungo Harrera Sarea, que denuncia la existencia de migrantes «que duermen en la calle sin acceso al dispositivo de acogida», reiterando que «toda persona migrante que acude a estos centros es atendida y no se deja a nadie en la calle». La acusación ha sorprendido en el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, que recuerda que además del albergue permanente de Hilanderas en Irun, existen otros centros preparados para ser activados «de forma inmediata en caso de necesidad», como sucedió a comienzos de marzo, que si ahora no están habilitados es porque «no hay necesidad». El plan de contingencia contempla hasta 500 plazas de pernocta «ampliables».

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