Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 15 de Agosto de 2021.
Trocitos de historia para llevar
Un clásico. El Ensanche acogió ayer una nueva edición de la Feria de Coleccionismo de Irun, con restricciones por la pandemiapero con la buena música y ambiente de siempre
Rebuscando en la Feria.Visitantes en varios de losstands del Ensanche./F.DE LA HERA
Sólo por escuchar la buena música que sale del stand de Josema Martínez merece la pena acercarse cada año a la Feria de Coleccionismo de Irun. Ayer, de diez de la mañana a nueve de la noche, el coleccionista irunés 'pinchó' a los mejores, esos Dylan, Marley, Clapton, Beatles y otros trocitos de historia de la música que los visitantes de la feria rebuscan entre cientos de vinilos para llevarse a casa.
10 Debido a las limitaciones derivadas de la Covid-19, este año se han dado cita en la feria una decena de coleccionistas, ya que se ha suprimido una de las habituales hileras de stands
A primera hora de la tarde, el organizador de este ya clásico encuentro del verano en Irun, hacía un balance positivo de la feria, pese a las restricciones derivadas de la pandemia. La Covid-19 ha obligado a reducir y vallar el espacio expositivo, reducir una de las hileras habituales de stands y marcar un único sentido de circulación para los visitantes. Este año, han sido una decena de coleccionistas los que se han dado cita en la cuidad.
«La verdad es que, a pesar de las restricciones, podemos estar contentos», decía Josema Martínez. «Para las diez en punto, el Ayuntamiento tenía todo el recinto montado y organizado, con dos personas controlando los accesos. A lo largo de la mañana, se ha acercado bastante gente, pero ha circulado de forma ordenada y sin aglomeraciones y podemos decir que la feria ha funcionado muy bien».
En la plaza del Ensanche se vendieron ayer vinilos, pero también películas. El irundarra Iñigo Martínez puede decir que tiene un stand de cine, con el que cada año acude a la Feria de Coleccionismo. «Ha habido un goteo constante de gente durante toda la mañana y el circuito ha funcionado perfectamente», decía. «Yo he vendido lo de siempre: películas, libritos y programas de cine antiguo, sobre todo los programas de mano, esos pósteres en pequeño que llaman mucho la atención de los visitantes franceses, porque era algo que sólo se hacía aquí».
Insignias y uniformes
Además de la gran variedad de vinilos, CDs, DVDs, cómics, pósteres, programas de mano, tarjetas postales, calendarios, llaveros, coches en miniatura y otros artículos coleccionables, este año se han podido ver en la feria objetos militares. Del stand de Jesús Vicuña colgaba un uniforme de la Armada de los años 80, impecable como un traje de comunión, y otro de la Policía Nacional del año 89, en perfecto estado de revista.
El coleccionista donostiarra estaba satisfecho de su visita a nuestra ciudad. «La verdad es que he vendido bastantes cosas», comentaba. «Lo que más me han pedido han sido pins de distintos motivos relacionados con el País Vasco. También he vendido objetos de plata, un metal en alza que es un valor seguro y objetos militares, sobre todo de las guerras carlistas y de la época Alfonso XIII. Cada vez hay más afición a coleccionar cosas antiguas», añadía el coleccionista, «porque con este tipo de objetos, uno se cree que tiene un pedazo de historia en la mano».
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