Noticia publicada en Diario Vasco,el martes día 26 de Octubre de 2021.
Un homenaje especial con visita gallega
Acto de Pikoketa
Junto al monolito se reunieron este año decenas de personas, entre ellas varios familiares de Ángel Braña, un carabinero de Pontevedra fusilado allí en 1936
Cada año, la Asociación Republicana Irunesa Nicolás Guerendiain organiza en Pikoketa un homenaje a las 13 personas que fueron fusiladas allí el 11 de agosto de 1936 «por defender la legalidad republicana y la democracia y luchar contra el fascismo», recuerda la entidad, que en los últimos años ha fortalecido una iniciativa que viene realizándose desde que se descubrió la fosa, en 1978.
El acto siempre resulta sumamente especial y emotivo pero el de este año, el pasado domingo, lo ha sido si cabe un poco más. Por un lado, por la enorme cantidad de personas que se quisieron sumar al recuerdo de los ejecutados. Por otro, porque entre los asistentes había una familia venida expresamente desde Galicia para asistir al homenaje.
Una casualidad entre un millón
Desde que se descubrieron los restos en 1978, se hace un acto de recuerdo que, desde 2006, organiza la Asociación Republicana
Angel Braña era un carabinero pontevedrés destinado en Lesaka en 1936. Cuando comenzó la contienda, participó en los turnos de guardia en el puesto del caserío de Pikoketa. El día del ataque de los sublevados, Braña se encontraba allí con otras doce personas y murió junto a ellas.
Su familia jamás supo lo ocurrido. No encontraban referencias suyas en Lesaka y pensaron que quizá pasó a Francia o que fue trasladado a algún otro lado. Durante décadas, hermanos y sobrinos de Braña han tratado de averiguar lo ocurrido y encontrar sus restos. Álvaro Fernández Braña, un descendiente aficionado a la montaña, sondeaba, casi como un ritual, cada zona a la que le acercaban sus expediciones deportivas, siempre sin resultado. Ante una visita a Peñas de Aia, hace cosa de un mes, investigó la web de la Asociación Republicana Irunesa Nicolás Guerendiain, y al ver una referencia a Pikoketa (un topónimo que reconoció por las rutas que iba a realizar), entró a leer la historia de ese homenaje y se encontró con la casualidad de su vida.
«Vio el nombre de Ángel Braña y llamó al teléfono que tenemos puesto en la web. Quedamos con él en Pikoketa, le mostramos el monolito en recuerdo de los fusilados y le contamos la historia», recuerda Tino Zamora, presidente de la asociación republicana. «Enseguida contó a la familia lo que había descubierto y causó un gran impacto, claro. Llevaban 80 años buscando a su familiar».
Varias sobrinas y sobrinos acudieron este domingo a participar en el homenaje y aprovecharon su viaje a Irun para visitar el panteón en el que en 1978 el Ayuntamiento de Irun dio descanso a los restos de los 13 fusilados del caserío, incluido Ángel Braña.
«La verdad es que fue un día muy emotivo, realmente entrañable», aseguraba Zamora, feliz de que el trabajo de recuperación de la memoria histórica en Irun haya servido para ayudar a esta familia a esclarecer lo ocurrido a su antepasado.
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