Noticia publicada en Diario Vasco,el miércoles día 30 de Marzo de 2022.
«Tengo muchas clientas jóvenes que nunca habían ido a un taller de costura»
Aintzane Galarza, Albistur Galarza costura
Además de elaborar sus propias creaciones, realiza arreglos, confecciona prendas e imparte clases
Su trabajo como maquilladora en diversas series de televisión fue el que le acercó a su verdadera pasión: la costura. Varios años después, Aintzane Galarza Albistur ha abierto su propio taller, que se encuentra ubicado en el número 21 de la calle Uranzu de Irun.
–¿Cómo descubriste el mundo de la costura?
–Cuando terminé el bachillerato no tenía muy claro qué hacer. Finalmente me decanté por un grado superior de Caracterización y Maquillaje. Después trabajé en alguna serie de televisión. Solía estar siempre muy cerca de las de vestuario y me llamaba la atención. Así que me animé a estudiar el grado de Patronaje y Moda en AEG, en Donostia.
–¿Tenías algún conocimiento previo?
–¡Qué va! Había visto coser a máquina a mi ama y a mi amoña, pero yo lo hacía con aguja e hilo. Así que fue con 20 años cuando cogí una máquina por primera vez.
–Intuyo que te gustó...
–¡Me encantó! Me di cuenta de que eso era lo que quería hacer. Cuando terminé el grado estuve haciendo prácticas en una academia de costura y al mismo tiempo en una tienda que hace tocados. Me vino muy bien, porque en la primera, además de hacer prácticas, también veía cómo enseñaban, y en la segunda trabajaba más a mano. Después tuve la suerte de conseguir trabajo en una tienda de telas de Donostia, como vendedora, aunque también di alguna clase de costura. Aprendí muchísimo sobre los tejidos, que es un mundo súper amplio.
–Sin embargo, tú seguías prefiriendo coser, ¿verdad?
–Sí, es lo que realmente me gustaba. Así que como mis padres tenían este local, lo amoldamos y adecuamos para poder instalar mi taller. Y finalmente lo abrí a finales de octubre del año pasado.
–¿Qué ofreces en él?
–Arreglos, confección y clases.
–Comencemos por los arreglos y la confección.
–Arreglar prendas es algo que me piden mucho: coger los bajos de los pantalones y las faldas, ensanchar, estrechar, etc.También confecciono prendas más para el día a día, como pueden ser faldas o pantalones, porque todavía hay quien prefiere hacerse su propia ropa, además de otras para ocasiones especiales.
–En estos casos, ¿cómo es el proceso?
–Primero hago un pequeño boceto de lo que quieren. Después cojo las medidas y les aconsejo sobre qué tipo de tela y cuánta cantidad van a necesitar. Luego hago un prototipo con otra tela, parecida a la final, para que puedan probárselo y podamos realizar los cambios necesarios. Y una vez que está todo bien, hago la prenda con la tela original.
«Mucha gente me dice que su costurera se ha jubilado o está a punto de hacerlo»
–El de la costura es un mundo en el que hace falta relevo generacional, ¿no es así?
–Sí. Mucha gente me ha dicho que la persona que les hacía los arreglos, o se ha jubilado ya, o está a punto de hacerlo.
–¿Hay gente joven entre tu clientela?
–Al principio venía sobre todo gente mayor. Sin embargo, ahora viene muchísima gente joven que nunca antes había ido a que les arreglaran prendas. Creo que les anima el hecho de que haya un sitio cerca de casa y que, además, yo sea joven y pueda entender mejor lo que está de moda o lo que les puede gustar.
–Respecto a los talleres, ¿qué tal están funcionando?
–Empezaron en febrero y la verdad es que han tenido muy buena acogida, la gente está contenta. Tengo clases para adultos y ahora estoy dando también a dos niñas de diez años.
–¿Son cursos de iniciación?
–Sí, aunque hay algunas personas que tenían alguna pequeña noción. Pero a mí me gusta enseñar desde cero, para que todos tengan las mismas bases, que para mí son muy importantes, y luego ya a partir de ahí puedan ir investigando... Además, si tienen sus propias máquinas me gusta que las traigan, para que aprendan a utilizarlas, porque de una máquina a otra pueden variar algunos detalles.
«En el taller tengo poco espacio, por lo que estoy pensando en sacar clases en vídeo»
–¿Todavía quedan plazas libres?
–Ahora mismo tengo todo lleno. Es que aquí no tengo mucho espacio... Pero estoy pensando en sacar algunas clases en vídeo, por proyectos, para que la gente pueda hacerlos desde casa.
–Veo que en el taller tienes además todo tipo de productos confeccionados por ti.
–Así es. También hago productos para vender: estuches, neceseres, coleteros, monederos, riñoneras, mochilas, bolsos, diademas, turbantes, cuelgagafas, cuelgamascarillas... ¡Ah! Y cosas para niños, como chupeteros, baberos o la novedad, los cubos sensoriales, que están pensados para que no estén tan en contacto con plásticos, sino con materiales más orgánicos, como el algodón o la madera.
–¿Son productos personalizables?
–Totalmente. Aquí tengo un montón de tela, así que quien quiera puede elegir la que más le guste para un determinado producto.
–Las telas tienen en común que son muy coloridas.
–Eso es. Son telas bastante especiales, que no son fáciles de encontrar en otro sitio. Y me gustan los colores muy vivos, con motivos como florecitas o cuadritos. Por eso cuando alguien lleva algo mío a la gente le suele llamar la atención. Además, valoro que sean buenas y resistentes, por eso utilizo, sobre todo, algodones orgánicos.
–¿La venta se realiza en el taller o cuentas con otras vías?
–Por ahora en el taller y por Instagram (@galarzacostura). Pero pronto lanzaré la página web.
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