Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 10 de Abril de 2022
La concienciación ciudadana, un requisito imprescindible para cumplir los objetivos
El 51% de la reducción de emisión de gases de efecto invernadero se prevé en los vehículos de transporte privado
El Plan de Acción del PACES incluye 26 medidas de mitigación (las que tienen por objetivo reducir la emisión de gases de efecto invernadero para minimizar los efectos del cambio climático) y 16 de adaptación (con las que se pretende responder a los impactos que genere en nuestro entorno el aumento de la temperatura media del planeta).
Entre la reducción de emisión que ya se ha conseguido y las acciones en ambos frentes, el plan estima que Irun llegue a 2030 emitiendo 197.356 toneladas de CO2 (o la equivalencia en otros gases de efecto invernadero) menos que en el año de referencia, 2007.
El transporte representa el 68% de las emisiones y dentro de éste, el vehículo privado es el gran protagonista. No es de extrañar, por tanto, que se estime que más de la mitad de ese ahorro de contaminantes se tenga que dar en los vehículos particulares. Electrificación y reducción efectiva del uso del coche en la ciudad serán necesarias ante este reto que apela directamente a cada irundarra.
No es en lo único en lo que la implicación ciudadana es imprescindible. La mejora de eficiencia energética de viviendas y locales, la producción de energías limpias, el incremento de la recogida selectiva, incluso la actividad industrial tienen mucho que decir en este proceso y el plan enumera acciones para todos los casos. No está exenta la administración, desde luego, que además de aplicarse las tesis de eficiencia energética para sus propios edificios y las de movilidad sostenible para sus vehículos (ya sean de uso municipal o de transporte público) debe ser motor de cambio hacia la sociedad en dos sentidos: el de promover la imprescindible concienciación de todas las personas que comparten esta ciudad y el de acompañar con políticas activas los cambios que se le van a exigir a la población.
Mayor responsabilidad aún recae sobre el consistorio en cuanto a las acciones de adaptación. Éstas sugieren medidas ante efectos previstos como sequías e inundaciones, frío y calor extremos o incendios. Se propone, por ejemplo, minimizar las fugas en la red de agua, renaturalizar espacios degradados o desarrollar un Plan de Infraestructuras Verdes.
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