Noticia publicada en Diario Vasco,el miércoles día 1 de Junio de 2022.
«Atamos sábanas para bajar por la ventana»
Un incendio desatadado la madrugada del martes obligó a salir de sus viviendas a cincuenta irundarras, dos de los cuales tuvieron que ser hospitalizados
Miembros de la policia científica analizan las causas del incendio en el portal nº 4 de la calle Castro Cantero de Irun ./ F.DE LA HERA
El susto fue monumental y los primeros minutos, un absoluto caos. Es la versión en la que coinciden los vecinos de la calle Casto Cantero de Irun, donde la vivienda del 1ºD del número 4 sufrió un incendio en la madrugada del martes. Poco antes de las 2.00, una patrulla de la Policía Local detectó durante su ronda humo y fuego en el edificio y actuó con presteza para alertar a Ertzain-tza, bomberos y sanitarios y comenzar a evacuar a los vecinos.
Medio centenar de personas residentes en los números 2, 4, 6 y 8 tuvieron que salir de casa. La mayoría del vecindario pudo regresar en cuanto los bomberos apagaron el fuego. Solo cinco necesitaron de los recursos municipales para este tipo de situaciones y pasaron la noche en una pensión de la ciudad. Otros cinco fueron trasladados a centros hospitalarios. Las tres personas derivadas al Hospital Bidasoa pudieron ser dadas de alta en pocas horas. No así las dos que fueron al Hospital Donostia. Según indicaron los propios vecinos, una de ellas era el propietario de la vivienda incendiada y la otra, un vecino recién operado de la cadera que no pudo salir por su propio pie y solo pudo abandonar su vivienda con ayuda de los bomberos, por lo que permaneció más tiempo expuesto al humo.
La delegada de Policía Local del Ayuntamiento de Irun, Cristina Laborda, agradeció la celeridad de los servicios de emergencia a la hora de actuar y, especialmente, al evacuar a los vecinos que no podían salir por sí mismos. Hizo mención especial «a la patrulla que detectó el fuego y que sacó a tiempo a la persona que en ese momento estaba pidiendo ayuda».
Sobre las causas, señaló que «estamos a la espera de lo que diga la investigación que están realizando los bomberos» y en la que también participaron peritos de la policía autonómica.
Antiguo cuartel militar
Casto Cantero es una calle muy corta con un único bloque a cada lado. En una acera están las traseras de una manzana de la vecina avenida de Navarra; en la otra, lo que fue cuartel militar desde después de la guerra hasta mediados del siglo XX y hoy es un edificio residencial en el que se reparten los 10 números adscritos a esta vía. Es un edificio curioso. Tiene forma de U y los accesos se encuentran en el patio central. A pie de calle están los de los bajos, pero los portales, para las dos plantas superiores, están a la altura del primer piso. Cada pareja de portales enfrentados tiene su propio conjunto exterior de escalera y pasarela.
«Es un edificio protegido por Patrimonio porque es uno de los últimos ejemplares de este estilo. Era un cuartel y responde a un tipo de edificaciones un poco singulares», explicaba sobre el terreno Izaro Huegun, arquitecta del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Irun, que fue una de las responsables de inspeccionar el estado en el que había quedado el edificio tras el incidente. Explicó que, a causa del efecto de la carcoma, se habían detectado algunas deficiencias en la estructura de la cubierta y que la comunidad de propietarios estaba en proceso de actuar. De hecho, estaba previsto que hoy, en su cita semanal, la Junta Local de Gobierno le concediera licencia de obra para llevar a cabo esos trabajos.
La estructura del edificio es de madera y, aunque en primera instancia a los técnicos municipales les inquietaba la situación en la que podía encontrarse, tras inspeccionar la vivienda acompañados por los bomberos certificaron que la integridad del inmueble no se encuentra en peligro. «Al margen del punto exacto donde se ha originado el incendio, los técnicos han podido verificar que las viviendas se encuentran en buenas condiciones», informó Laborda, por lo que a lo largo de la jornada todos los vecinos, salvo el de la vivienda en cuyo salón se produjo el fuego, pudieron volver a casa.
LOS AFECTADOS
Elena Voicu | Vecina
«Los bomberos nos han sacado por la ventana»
«Acababa de dormirme cuando me han despertado los gritos de la policía, que nos estaba diciendo que saliéramos de casa. Me he vestido con lo primero que he visto, pero cuando hemos abierto la puerta para irnos ya había muchísimo humo en las escalera. No se veía nada y no se podía respirar, así que no hemos podido bajar. Nos han dicho que mojáramos toallas y las pusiéramos en la parte de abajo de las puertas, pero es que entraba el humo por el suelo; cada vez más humo y más negro. Nos íbamos yendo hacia la parte de atrás de la casa, poniendo toallas húmedas en las puertas, pero el humo iba llegando. Nos estábamos quedando sin aire y de la ventana lo que entraba era más humo, y ya casi no podíamos ni respirar. Al final mi marido ha atado unas sábanas para que pudiéramos bajar desde la ventana. Había policía abajo y nos han dicho que no bajáramos, que ellos no tenían nada para ayudarnos y era muy peligroso, y que esperáramos a los bomberos porque estaban a punto de llegar. No sabíamos qué hacer porque ya casi no podíamos respirar, pero por suerte los bomberos han llegado enseguida y han puesto la escalera en la ventana y hemos podido salir por ahí. Ha sido un susto enorme».
Marius Daniel | Vecino
«No es el primer incidente con ese propietario»
«Me han despertado avisándome para que saliéramos. Era un humo muy negro que no te dejaba respirar, pero una vez fuera me han atendido en la ambulancia y me han dicho que estaba bien. Ha sido un susto enorme, pero sólo eso. Nadie nos cuenta qué es lo que ha pasado, pero ese propietario es un chico que da problemas a veces. Hace un año o por ahí ya quemó una manta porque decía que tenía frío. Tuvimos suerte de que esa vez no pasó nada como esto».
Aitor | Vecino
«Ha habido muchos gritos y muchos nervios»
«A medianoche he escuchado ruidos encima, pero no es algo raro con el chico este, así que tampoco le he dado importancia. A las dos, los ruidos eran diferentes, 'su txinpartak', y enseguida me han tocado la puerta para que saliera. Al salir, no oía más que gritos: 'fuego', 'humo'. Se veían llamas en una casa y había caos y muchos nervios. Unos vecinos querían bajar del segundo piso usando mantas y la policía, que ya estaba ahí, les ha dicho que esperaran a los bomberos».
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