Noticia publicada en Diario Vasco , el jueves día 11 de Agosto de 2022
El Ayuntamiento recuerda en Blaia a los fusilados de Pikoketa
Corporativos y asociaciones de memoria histórica de la ciudad participaron en el acto este jueves, día del 86 aniversario de su muerte
El Ayuntamiento de Irun realizó este jueves el homenaje a los fusilados de Pikoketa en el cementerio de Blaia en el 86 aniversario de su muerte.
El alcalde, José Antonio Santano, y el delegado de Memoria Histórica, Santi Jiménez, encabezaron la representación institucional. El pasado año fue la primera vez que se realizó este acto de recuerdo en Blaia, pero debido a las restricciones, ambos representantes sólo pudieron estar acompañados por los portavoces de los grupos municipales. Ayer acudieron Miguel Ángel Páez y Rebeca González (Socialistas de Irun), Xabier Iridoy y Iosu Igiñiz (EAJ-PNV), David Nuño (Elkarrekin Podemos-IU) y Jokin Melida y Ane Unanue (EH Bildu). Iñigo Manrique (PP), fuera de la ciudad, excusó su ausencia. También hubo nutrida representación social gracias a la Asociación Republicana Irunesa Nicolás Guerendiain y a Kepa Ordoki Memoria Historikoa Bidasoan Elkartea.
El recuerdo consistió en un sencillo acto con ofrenda floral sobre el panteón en el que descansan los homenajeados y, posteriormente, un minuto de silencio al que siguió el aplauso de los presentes.
En Blaia desde 1978
El de los fusilamientos de Pikoketa es uno de los primeros episodios de la que sería la batalla de Irun durante la Guerra Civil. Las tropas franquistas sorprendieron y posteriormente fusilaron a trece personas que se encontraban de vigilancia en un caserío de la zona, nueve jóvenes milicianos voluntarios y cuatro carabineros. Mertxe López Cotarelo, Pilar Vallés Vicuña, José María Arruti Idiakez, Víctor Genua Montiano, Jesús López Casado, Agapito Domínguez Taguada, Bernardo Usabiaga Jáuregui, Manuel Justo Alberdi y Miguel Jacinto López Pascual eran los voluntarios fusilados y Vicente Argote, Agustín Miguel Bermejo, Félix Luz Echeverría y Ángel Braña López, los carabineros.
Durante la dictadura franquista no hubo constancia del paradero de sus cuerpos y fue en 1976 cuando Marcelo Usabiaga, hermano de uno de los fusilados, inició las primeras labores de búsqueda. La fosa común se encontró en 1978 y en julio de aquel mismo año se pudo llevar a cabo la exhumación.
Ya en el mes de agosto, tras un homenaje en la parroquia, los restos se trasladaron a un panteón propiedad del Ayuntamiento, situado muy cerca de la puerta principal de Blaia y coronado con un lauburu de piedra al que rodea la frase 'En memoria de los fusilados de Pikoketa'.
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