lunes, 29 de marzo de 2010

Igurutzeta abre su mina-Una rehabilitación que todavía se está ejecutando


Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa el viernes 26 de Marzo de 2010.



IRUN
Irugurutzeta abre su mina
El domingo se reinician las visitas a los hornos calcinadores de hierro, donde se ha rehabilitado una de las viejas galerías
26.03.10 - 02:17 -
IÑIGO MORONDO IRUN.


LAS VISITAS
Domingos y festivos: Mirando sobre todo a la Semana Santa, se reemprende el programa de visitas. Serán, previa reserva, los domingos y festivos desde pasado mañana y hasta finales de mayo.
Horario y recorrido: El Tren Verde, que llevará a los visitantes a Irugurutzeta, partirá de San Juan a las 10.30, 11.30 y 13.00 horas. La visita guiada, por los hornos y la galería, tienen una duración estimada de hora y media.
Inscripciones y precio: Cada visitante tendrá que pagar 2,5 euros, sólo 1 en el caso de niños (de 3 a 14 años). Las inscripciones las coordina Behemendi: 943 490 219 (de lunes a viernes, de 9.00 a 13.00) ó behemendi@telefonica.net



Irugurutzeta, entorno minero del barrio de Meaka, fue un espacio visitable tras la consolidación de varios de sus decimonónicos hornos en la primera fase de un proyecto del Gobierno Vasco, el Ayuntamiento de Irun y la Asociación para el Desarrollo Rural Behemendi. Con motivo de la reparación (que no reconstrucción) del resto de los calcinadores de hierro, las visitas quedaron suspendidas.

Terminada aquella obra, regresan a partir de este domingo, y suman a su oferta una novedad muy interesante. Desde la zona más baja, en la que antaño se posaban los raíles del tren minero, una escalera da acceso a la ladera frente a los hornos. Allí, se ha habilitado una antigua galería, fuente del mineral ferroso, para que quienes acudan a las visitas puedan conocer también esta parte de aquel proceso industrial.

No toda ella es visible para el visitante. Tiene más de 200 metros, pero sólo una cuarta parte ha sido preparada para un acceso cómodo y seguro. Es distancia suficiente para ver, entender y aprender. «Algunos expertos creen», explica la técnico de Behemendi Ainhoa Amundarain, «que esta cueva seguía hasta la zona de Belbio, pero un derrumbamiento cortó el túnel en su día». Se investigará, claro, «pero cuando haya fondos. Ahora, hay otras prioridades».

Amundarain se refiere a que, pese a lo mucho que ha ganado el entorno de Irugurutzeta con la consolidación y limpieza de los calcinadores que faltaban por tratar, la apertura de la mina y las escaleras que a ella conducen, «quedan cosas muy importantes por hacer». Entre ellas, la más destacable, un centro de interpretación que «esperamos pueda empezar a construirse este año, si no antes del verano, justo después».

Auténtica y segura

Más de un siglo tiene la galería, aunque, en la entrada, Amundarain advierte un detalle. «Esa cavidad como redondeada que hay justo encima de la puerta que hemos puesto, algunos creen que puede ser romana, porque responde al perfil de las minas que en aquella época se abrieron en otras zonas de Aiako Harria».

En cualquier caso, la visita no va por ahí, «porque esta es una mina, del siglo XIX. En Arditurri, por ejemplo, Arkeolan sí está encontrando restos romanos, pero no es el mismo caso». La galería de Irugurutzeta evoca una era más cercana. Iluminada tenuemente, también ha sido decorada con ambientación sonora. Herramientas, restos de las vías y las vagonetas que se deslizaban sobre ellas han quedado a la vista.

Y no hace falta mucho más, porque el interior de la montaña se vale por sí mismo para hacer rentable la visita. Que nadie piense en las estalactitas; no las hay. A cambio, líneas y bultos de un naranja intenso sobresalen en las paredes y techos de la cavidad. «Es mineral ferroso. El agua ha ido desgastando la piedra a su alrededor, pero el hierro, mucho más duro, ha permanecido». No es el único mineral. «Hay rastros azules en las paredes por el azufre y la guía mostrará ejemplos de otros que se solían sacar de aquí».

La mina es más bien baja en su entrada, de ahí que la visita se haga con casco. Cada uno lleva su foquito incorporado para alumbrar allí donde apunten los ojos. «También daremos un chubasquero a cada visitante». Porque no ha llovido apenas últimamente, pero el goteo en el interior de la mina es incesante. De hecho, «durante años, un casero utilizó la galería para el cultivo de champiñones», indica la técnico de Behemendi. Por eso el suelo de la galería ya estaba condiciones bastante buenas, aunque en las últimas obras se ha mejorado. El suelo y otras muchas cosas, «para poder cumplir con todos los requerimientos de seguridad exigidos y exigibles», recalca Amundarain.

Da pena abandonar la galería, pero aún queda el resto del recorrido, que lleva al visitante por debajo y por encima de los enormes hornos calcinadores.


pie de foto:En algunos muros de la galería se pueden apreciar distintos colores. :: F. DE LA HERA





La recuperación del entorno minero de Irugurutzeta está siendo un proceso costoso en tiempo y en dinero. Durante los últimos años, fondos del Ayuntamiento de Irun y del Gobierno Vasco han posibilitado la consolidación de la batería de hornos, la adecuación de los accesos y la apertura de esa antigua galería minera haciéndola susceptible de ser visitada.

Pero el proyecto de Iruguru-tzeta quiere ir más allá. Behemendi colabora con los organismos públicos en su desarrollo y asegura que «el Ayuntamiento está ultimando los pliegos para sacar a concurso la obra del centro de interpretación». Ocupará el viejo silo que preside la entrada a la zona y hará las veces de hall y de museo, entre otras cosas. Los restos que con los trabajos que se han ido realizando se han podido localizar (carretillas, vagonetas, herramientas...) lucirán en ese espacio que servirá para acoger a los visitantes y darles las primeras nociones sobre el espacio histórico que están a punto de conocer. Además de esa obra, quedan pendientes algunos detalles más como el mirador que desde la pista de enfrente ofrecerá la mejor vista de la batería de hornos o una nueva escalera que conecte los tres niveles: el del actual acceso, el de los quemadores y la terraza sobre éstos.

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