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«El modelo del ordeno y mando hoy no funciona ni en casa, ni en la escuela»
La psicóloga Maribel San Sebastián pronunció en Argoiak una conferencia sobre 'El respeto, ¿cómo se educa hoy?'
16.03.13 - 00:36 -
La sede Argoiak ha tenido como invitada esta semana a la profesora y psicóloga Maribel San Sebastián, que viene colaborando con la asociación cultural irunesa desde hace diez años. En esta ocasión, San Sebastián pronunció una charla titulada 'El respeto, ¿cómo se educa hoy?', en la que dio respuestas a muchas preguntas y planteó cuestiones para la reflexión.
«La educación es algo fundamental en el desarrollo de las personas. Los niños no nos vienen educados», dijo. «Necesitan ser educados para introducirse en la sociedad. El objetivo de la educación es humanizar, socializar a los niños para que sean capaces de vivir con otros, algo que no es fácil. Todos los niños vienen egoístas como ellos solos. Vienen intransigentes, crueles, protestan y reniegan cuando se les educa, porque educar supone pérdidas y nadie acepta las pérdidas porque sí».
Muchas veces se oye decir a los padres y a los maestros: '¡Es que los niños vienen muy contestones!'. «Eso es como si un mecánico de coches dijera: '¡Es que los coches que me llegan al taller están estropeados!' Debemos saber que, en la educación, vamos a encontrar resisitencia», añadió Maribel San Sebastián.
¿Y cuánto tiempo tenemos para educar? El tiempo educativo va desde que el niño nace hasta los 16 o 18 años. «Lo que no hagamos en ese tiempo... Luego encontramos a cuarentones o sesentones que no están educados».
Otro comentario que se escucha con frecuencia es: «Hoy en día, no hay respeto». Pero es que el respeto que los adultos hemos vivido, «ese respeto que era de arriba a abajo ha entrado en crisis. Cuando los niños llegan a la adolescencia, reclaman el respeto de los adultos. Reclaman su independencia y a la vez te piden dinero, porque son dependientes. Eso es lo propio de esa edad. Plantan cara a los padres y a los profesores. ¿Qué está pasando? El estilo del ordeno y mando no funciona hoy ni en casa, ni en la escuela. La estrategia educativa de la amenaza, de inspirar temor, ha entrado en crisis, porque lo que hay en el fondo de esa estrategia es: 'lo importante es conseguir lo que yo quiero'. Eso es lo que les enseñamos y no funciona».
Un mínimo de coherencia
Como el modelo de la mano dura está agotado. «Hay que pararse a pensar, darle vueltas y trabajar en un modelo nuevo». El concepto de autoridad ha cambiado. «Ahora se entiende de otra manera. Hay que ganársela». Hay que trabajarse la credibilidad y la confianza.
Maribel San Sebastián asegura que se educa en el respeto, en la medida en que se educa con respeto y que la regla de oro para educar es el ejemplo. «No es tanto dar lecciones de lo que hay que hacer, sino que lo efectivo es lo que nosotros hacemos. Los niños viven con nosotros y ven cómo actuamos día a día. No somos perfectos, pero debe haber un mínimo de coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. De lo primero que examina un niño a sus padres es de coherencia. Tú no le puedes decir a un niño que sea honrado y luego presumir en una comida familiar de lo listo que eres engañando a Hacienda».
El respeto no se reduce a las buenas formas, a los buenos modales. «Eso está bien, pero tiene que tener una esencia, un contenido. El respeto mutuo no depende de dos personas. Sería muy arriesgado», afirma la psicóloga. «El respeto mutuo depende de uno mismo. Yo te respeto, pero no dejo que tú no me respetes». ¿Y cómo se aprende a respetar? Se aprende a respetar «habiendo vivido en el respeto. Es muy importante cómo los padres se tratan entre sí y cómo tratan al niño».
La infancia de la humanidad
En la infancia de la humanidad está la ley del ojo por ojo. «Yo te pego y tú me devuelves. Eso es lo infantil. El siguiente paso es la ley de la reciprocidad: Yo no empiezo, pero si tú me pegas, yo te la devuelvo». ¿Cuántos adultos se quedan en esa fase?
El paso siguiente es: «Tú empiezas y yo no te la devuelvo. No hago a los otros lo que no quiero que me hagan a mí. Con ese principio podríamos vivir muy bien. Pero no devolver las ofensas supone un nivel alto de educación y de madurez. La venganza desaparece y se rompe la cadena de violencia. No es fácil. Hay que contener la ira. Los adultos no estamos ahí y eso es lo que los niños reciben de nosotros».
No por el hecho de ser adultos somos ejemplares, así que si queremos educar de la mejor manera posible, debemos esforzarnos. Maribel San Sebastián concluyó su conferencia con un pensamiento de Kant : «La educación es el problema más importante y más difícil que se ha propuesto al hombre».
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