La necrópolis de época romana en la ermita de Santa Elena
I.M
- IRUN
Mucho antes de que se usara la zona del Juncal, cuando Irun no era ni villa ni universidad, cuando ni siquiera era Irun sino Oiasso, el primer espacio de enterramiento del que se tiene constancia se encontraba donde hoy se levanta la ermita de Santa Elena.
Se trata de un lugar muy especial, escenario de cultos diversos durante 2.000 años. Indicios arqueológicos (cantos rodados alineados de este a oeste) apuntan a que antes de ser un espacio romano de cremación, ya tenía relevancia para los residentes en la zona. Curiosamente, pese al indiscutible acento romano, los enterramientos realizados allí desde el siglo I se atribuyen a indígenas y no a los colonizadores de los albores del gran imperio clásico. Desde el siglo II, y por lo menos hasta el IV, se erigió un templo romano que en el siglo X dejó su sitio una ermita católica. Ésta se sustituyó por otra en el XIV, seguramente para corresponder al creciente paso de peregrinos del Camino de Santiago. 200 años después se realizaron las reformas para convertir el templo en el que hoy conocemos y que, desde los años 80, tiene funciones museísticas y ahora se ha integrado como parte del Museo Oiasso.
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