miércoles, 1 de julio de 2015

Muchísimo calor y pasión por la fiesta en Irun

Noticia publicada en Diario Noticias de Gipuzkoa, el miércoles día 1 de Julio de 2015.

SAN MARCIAL

Muchísimo calor y pasión por la fiesta en Irun

En una jornada en la que ya a media mañana los termómetros superaban los 30 grados, miles de irundarras disfrutaron, como soldados o cantineras y también en las aceras, del Alarde tradicional, que superó los 7.500 integrantes en sus filas.
UN REPORTAJE DE XABIER SAGARZAZU. FOTOGRAFÍA GORKA ESTRADA - Miércoles, 1 de Julio de 2015 - Actualizado a las 06:25h

La Escuadra de Hacheros, con José Ignacio Galzakorta a la cabeza, subiendo la calle San Marcial hacia la plaza San Juan, en los primeros instantes tras la Arrancada.
La Escuadra de Hacheros, con José Ignacio Galzakorta a la cabeza, subiendo la calle San Marcial hacia la plaza San Juan, en los primeros instantes tras la Arrancada.

S
e anunciaba calor, mucho calor para ayer en Irun, como para toda Gipuzkoa y el resto de Euskadi. Pero en un día como el de San Marcial, el día grande del año, la temperatura y el calor, no únicamente el atmósférico, estaban más que garantizados. Como cada año y sin discusión posible.
A las 7.40 horas, con puntualidad exquisita y tras el toque de cornetín precedido de un silencio casi sepulcral desde un par de minutos antes, la Escuadra de Hacheros del Alarde tradicional echó a andar calle San Marcial arriba, hacia la plaza San Juan. En ese preciso instante en el que el Cabo de Hacheros, José Ignacio Galzakorta, se daba media vuelta para iniciar el recorrido, el silencio quedó roto por los aplausos y el fervor de cientos de irundarras que llevaban horas, algunos muchas horas, esperando ese instante.
Era la Arrancada del Alarde tradicional, en el que ayer desfilaron, según las cifras que más tarde facilitó su Comandante, Javier Iriarte, “alrededor de 7.500 soldados”. Soldados divididos en un total de 20 unidades, de las que 19 (salvo los Hacheros), contaban con sus cantineras. Las grandes protagonistas de la jornada y las más aplaudidas y jaleadas.
Un instante a vivir por el que cientos de personas llenaban la calle desde horas antes. Era el caso de Juncal y Fita Díaz, de 51 y 45 años de edad, ambas nacidas en Irun pero afincadas en Salamanca desde hace muchos años. “Llevábamos 30 años sin poder estar aquí un día de San Marcial. Hemos venido a las 4.00, con nuestras primas, para coger sitio y ver el Alarde. Es algo que llevamos en el corazón y nos hace mucha ilusión volver a vivirlo después de tantos años”, confesaban las dos hermanas, que dijeron haber “casi llorado de la emoción” al escuchar la Diana a las 6.00 en una plaza de San Juan abarrotada.
LO MÁS BONITO Una de sus amigas, Ana Aguirre, de 57 años, bromeaba diciendo que llevaban “desde las 3.00 horas cogiendo sitio a estas dos, para que no se lo pierdan” y decía que “la Arrancada, con ese silencio, es lo más bonito del día y merece mucho” las horas de espera en la calle, que se amenizan “saludando a unos y otros, charlando y con mucho café,chocolate y bollos”.
A pocos metros de esta cuadrilla de veteranas, Cristina Luna, Noelia Pampliega y Leire Benavides, tres jóvenes de 21 años, aguardaban ese mismo instante, el de la Arrancada, “desde las 3.00 horas”, y señalaban que “merece mucho la pena”.
Con una sonrisa y cara de ilusión, las tres jóvenes señalaban que esteaño no tenían ninguna amiga o conocida entre las cantineras, pero que “el año que viene, seguro”.
Ya en San Juan, mientras llegaba el resto de unidades, la cantinera de la compañía Behobia, Nekane Franco, de 23 años de edad, se mostraba “muy emocionada” en un día que será único en su vida y en el que “a pesar de haber dormido solo dos horas y media, no hay cansancio en el cuerpo, solo alegría, ilusión y ganas de disfrutar cada instante”. Su padre, Xalba Franco, de 49 años, estaba “inmensamente feliz” en un día que se iba a prolongar “hasta que el cuerpo aguante”.
La cantinera de Ama Xantalen, Judith Espinal, de 22 años, vive en la calle San Marcial, a pocos metros de San Juan. En su caso, confesaba que “salir de casa con toda la calle llena de gente” fue el momento más emocionante, tanto que había “llorado de la emoción”. A su lado, su padre, Andrés Espinal, de 53 años, que confesaba que “tener una hija cantinera es lo más grande y algo que se vive con emoción y mucha alegría”.
BANDERA Y DESCARGAS Ya con toda la tropa en la plaza, minutos después llegaba el General, Iñaki Arruabarrena, en su cuarto año al frente del Alarde tradicional. Tras la llamada a capitanes para recibir las novedades y dar las últimas instrucciones, y a los sones del Tteiro de la Tamborrada y del Himno de San Marcial tocado por la Banda de Música, la compañía Bidasoa recibió la bandera de la ciudad en los arkupes del ayuntamiento. Jesus Iriarte fue el encargado de portarla durante toda la jornada.
A continuación, Arruabarrena ordenó tres descargas de escopeta que fueron seguidas de otras tantas salvas de cañón por parte de la Batería de Artillería. Todo ello, antes de emprender el camino hacia la plazoleta de la parroquia del Juncal. Allí, entre el repique de campanas, nuevas descargas y nuevo recorrido hasta la calle Santa Elena, donde el Alarde tradicional rompió filas hasta la tarde.
El General, Iñaki Arruabarrena, se mostraba “muy contento de cómo ha ido todo, tanto el arranque como las descargas” y agradecía de forma especial “el apoyo de todos los irundarras, que en las filas de la tropa y también en las aceras, viven este gran día con la misma ilusión y con la misma alegría”.
A mediodía, la Corporación Municipal, con el alcalde, José Antonio Santano, a la cabeza, cumplió en la ermita de San Marcial con el Voto Secular que la ciudad le tributa al santo desde la victoria sobre las tropas francesas en el año 1522. Después, se ofició la misa y comenzó la romería
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