San Miguel-Anaka cambia su esquema
El aprovechamiento residencial aumenta tanto en VPO como en vivienda libre y se reducen las cargas urbanísticas
El nuevo Plan Especial se ha redactado con la premisa de facilitar el desarrollo del ámbito
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
El proyecto de San Miguel-Anaka ha cambiado de aspecto. No ha sido un capricho, sino una necesidad. El Plan Especial que se redactó en 2007 presentaba una ordenación ideal que, sin embargo, se ha demostrado imposible de llevar a la práctica. Los realojos de residentes se acumulaban, requería trasladar una empresa en actividad y mover 150 metros un colegio existente. Todo eso además de las habituales cargas: movimientos de tierras, infraestructuras, calles, plazas... Más de 34 millones antes de empezar a construir nada. Un ejemplo perfecto de que lo mejor es enemigo de lo bueno.
Casi diez años después, un nuevo Plan Especial ha recibido su aprobación inicial, está en periodo de exposición pública y alegaciones y se presentará en unos meses ante el Pleno de la Corporación en busca del visto bueno definitivo. Su diseño no es tan elegante como el de su predecesor. La razón es que muchas viviendas cuya desaparición se preveía en 2007 permanecerán en pie y eso es, precisamente, lo que aporta mayor viabilidad. Aún y todo, sigue siendo una operación compleja.
El delegado de Urbanismo, Xabier Iridoy, explicó que modificar el planeamiento previo del ámbito perseguía un doble fin. «Queríamos reducir las cargas», que en la práctica hacían inviable la operación, y «hacer posible una actuación por etapas» que facilitara un desarrollo paulatino.
A la hora de dibujar la nueva ordenación, había dos premisas claras: «debían mantenerse las condiciones de edificabilidad y usos en las parcelas del Gobierno Vasco y consolidar la mayor parte de los edificios ya existentes en el ámbito».
Para lo primero, el motivo es que el Ejecutivo autonómico ya ha adjudicado la construcción en esas parcelas de su propiedad de acuerdo con unas condiciones. Modificarlas, teniendo en cuenta que afectan a una cuarta parte del suelo, supondría dar un inasumible paso atrás.
La segunda premisa responde al objetivo de reducir las cargas. Consolidar el colegio Lekaenea y casi todos los edificios en los que viven familias a las que no habrá que realojar abarata enormemente la operación. De los cinco edificios que quedan ahora fuera de ordenación, sólo dos están habitados (Santa Bárbara e Izartxoenea) y los otros tres, Aguerre Txiki, Etxeberri y 'La Casita', ya son de propiedad pública. Esta última «está ocupada por jóvenes que desarrollan allí actividades y que podrán continuar haciéndolo en un futuro próximo de unos 8 ó 10 años».
Dos ejes viarios
Mención aparte merece el caso de Sancheski, porque su fabrica se desgaja del resto de la operación. Es una de las claves de ese desarrollo en fases que apuntaba Iridoy como objetivo del nuevo Plan Especial.
En resumen, la Fase 1 incluirá las 447 VPO del Gobierno Vasco, buena parte de la vivienda libre prevista y un centro comercial de más de cinco mil metros cuadrados al pie de la glorieta de Gibeanaka (prácticamente la mitad de los que se prevé para el conjunto de la operación), además de la ampliación del patio del colegio Lekaenea y la construcción de un campo de fútbol cerca de la glorieta de Zubimuxu.
La Fase 2 será para las 440 VPO municipales y algunos equipamientos de uso público previstos. Como fase independiente, a criterio de Sancheski, queda el desarrollo residencial en la parcela donde está su fábrica, viviendas libres que se construirán cuando la empresa decida trasladarse.
En el dibujo del nuevo San Miguel-Anaka, la calle Donostia mantiene la previsión de convertirse «en un boulevard con más espacio para vehículos y para peatones», como ya se preveía en 2007. En cuanto a la ordenación viaria, la principal novedad es una prolongación de la actual calle Luis de Uranzu, que se alarga para cruzar el ámbito en diagonal hasta conectar con la glorieta de Gibeanaka, en la avenida de Letxunborro.
Más viviendas
Aunque las cifras se concretarán en momentos posteriores del expediente, los máximos del nuevo Plan Especial (887 VPO y 288 viviendas libres) elevan ligeramente los anteriores (844 y 248), siempre en edificios de planta baja más dos o planta baja más tres. Tampoco determina este documento cuánta de la vivienda pública será de alquiler.
«Es algo que en lo que tenemos que trabajar con el Gobierno Vasco. En el Programa de Gobierno nos marcamos el ambicioso objetivo que de las 887 viviendas públicas previstas, 400 fueran de alquiler protegido; de la Fase 1, nos gustaría que lo fueran al menos 150», indicó Iridoy, «aunque sabemos que no será fácil porque la adjudicación que hizo el Gobierno Vasco en su día fue para viviendas en venta».
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