Tres días de viaje al medievo
Puestos de alimentación, artesanía, bisutería y cosmética, atracciones infantiles y numerosas actuaciones componen el programa de la feria
El barrio de Behobia acoge hasta el domingo la tercera edición del Mercado Medieval
- MARÍA JOSÉ ATIENZA
- IRUN
Huele a incienso, a salvia y a romero, se escucha el sonido de gaitas y tambores y se oye un guirigay de cacareos, que llega desde un cercado próximo, en el que se guardan gallinas, cabritillas y lechones. Muy cerca, un águila real extiende sus alas y gira la cabeza hacia el cetrero. En las calles y plazas, se alinean los puestos de venta de chacinas, quesos, dulces, abalorios, ropas, esencias y jabones. El Mercado Medieval ha llegado al barrio Behobia, con todos sus personajes, para quedarse hasta el domingo.
De un salto en el tiempo, aparece en la plaza del Segundo Bicentenario de la Batalla de San Marcial el bufón de la corte de Felipe el Hermoso, nada menos. Él fue el encargado de presentar ayer la feria y de dar paso a su inauguración. La Asociación de Comerciantes de Behobia, el colectivo Bidashop y la A VV del barrio son los organizadores del Mercado Medieval, con el que colabora el Ayuntamiento de Irun y que este año alcanza su tercera edición.
El delegado de Promoción Económica, Miguel Ángel Páez y los presidentes de la Asociación de Comerciantes del barrio y de Bidashop, Rubén Fraile y Yon Gallardo, respectivamente, asistieron a la inauguración del mercado, «un evento consolidado, que atrae sobre todo a la clientela francesa, pero cuyo objetivo es que el resto de ciudadanos de Irun se acerquen hasta Behobia para ver los puestos y las actividades que se van a celebrar», señalaba Páez.
Puestos y actividades
Rubén Fraile explicaba que los organizadores promueven esta iniciativa «con muchas ganas, para darle un color diferente al barrio y a la zona comercial. Las ediciones anteriores han ido muy bien y esperamos repetir este año». Como novedad, en esta tercera edición, el mercado Medieval «cuenta con tres puestos iruneses y confiamos en que en próximas ediciones, se animen más», añadía Yon Gallardo.
Los artistas que durante estos días van a actuar en la feria ofrecieron una breve demostración de sus habilidades. Así pudimos ver al faquir Festa, al mago Bandora y a las bailarinas de Kathsere y escuchar a los músicos de Wyrdamur. También asistió a la apertura de la feria el cetrero Francisco Miranda, que llevaba de la mano a Odín, un hermoso ejemplar de águila real. «Venimos desde Granada», contaba Francisco. «Hemos estado aquí en años anteriores y volvemos un año más. Nos gusta venir a este mercado de Behobia, porque tanto los mercaderes como el público nos han acogido con mucho cariño». Junto con el águila real, Francisco Miranda ha traído otras aves rapaces «para hacer diferentes demostraciones de vuelo. Haremos participar al mayor número posible de asistentes, mayores y niños, para que sepan lo que es sentir a un bello ejemplar como Odín posando sobre su mano y además, podrán fotografiarse con él».
También de Andalucía, de Jaén en este caso, procede Mateo Carrasco, que desde su puesto de 'Plantacar' llena de aromas la feria. «Usamos productos naturales, siguiendo una tradición milenaria que ha ido pasando de padres a hijos. Esto que estamos oliendo ahora es una mezcla de incienso, mirra, salvia y romero. Antiguamente, cuando nacían los bebés, se pasaba la ropica por el humo, para alejar las cosas malas. También se usaba para limpiar habitáculos, cuando uno cogía un local para un negocio, para limpiar las energías negativas».
Además de plantas aromáticas, medicinales y jabones, en el Mercado Medieval pueden encontrarse puestos de encurtidos, frutos secos, jamones, chorizos, quesos y dulces, además de teterías y pulperías.
En la zona más próxima a la calle Juan Thalamas Labandibar se han instalado dos artesanales atracciones infantiles: un carrusel accionado a pedales y un barco guerrero, al que es necesario subir armados de con yelmo y espada.
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