Vueling podría mantener la conexión Hondarribia - Barcelona
El pavimento de la pista puede salvar parte de la operatividad del aeropuerto
La rugosidad del suelo permite que los aviones necesiten menos espacio para aterrizar
- JAVIER GUILLENEA
Parece que al final va a ser el suelo el que dé un respiro al volátil futuro del aeropuerto de Hondarribia, lo que no deja de ser una paradoja en una infraestructura más centrada en el cielo que en la tierra.
El consejo de administración de Ortzibia, la sociedad interinstitucional para el desarrollo del aeródromo, mantuvo ayer una reunión en la que analizó las distintas acciones puestas en marcha para garantizar la operatividad de unas instalaciones abocadas al recorte de su pista. De todas las ideas debatidas, la que generó más esperanzas fue la que siempre ha estado en su lugar: el pavimento.
El de Hondarribia es un pavimento especial, preparado para la lluvia y con una rugosidad superior a la media que facilita el frenado de los aviones durante el aterrizaje. «Se han hecho todas las pruebas pertinentes y ahora debe certificarlo la Agencia Española de Seguridad Aérea», afirmó ayer la consejera vasca de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantza Tapia. «Parece que se hará en un plazo corto de tiempo», añadió.
La diputada foral de Movilidad y Ordenación Territorial, Marisol Garmendia, concretó un poco más las fechas. «La certificación llegará muy pronto, en pocas semanas», dijo. Este trámite es la puerta que puede propiciar que Vueling reconsidere su decisión de abandonar el aeropuerto ante las limitaciones que le impone el recorte. Fuentes de la compañía confirmaron ayer que están estudiando mantenerse en Hondarribia.
«Parece ser que Vueling mantendrá la conexión con Barcelona ya que en el aeropuerto podrían operar sus aviones A319», afirmó ayer Marisol Garmendia. En más de una ocasión los técnicos de AENA han asegurado que el Airbus 319 de Vueling, que cuenta con 150 plazas, deberá recortar su número de pasajeros si quiere aterrizar en Hondarribia. A la compañía no le salieron las cuentas en un principio pero, al parecer, no había considerado las características de la pista. «El pavimento no va a penalizar a los aviones tanto como se preveía en un principio, por eso parece que Vueling va a mantener la conexión con Barcelona, que le sigue saliendo rentable porque su nivel de ocupación se acerca al 85%», explica Marisol Garmendia.
Arantza Tapia lanzó el mismo mensaje de optimismo. La consejera recordó que el pavimento «tiene unos condicionantes suficientes y así pretende certificarlo Aena llevando a cabo las pruebas pertinentes, para garantizar que los que están operando en estos momentos, aunque tengan una pista un poquito más corta en el despegue y el aterrizaje, puedan seguir haciéndolo». Tapia recalcó que los aviones de las compañías que operan en estos momentos en Hondarribia -Air Nostrum y Vueling-, «podrían seguir operando con el pavimento actual con una pequeñísima penalización». «En estos momento los aviones que salen del aeropuerto cuando más completos van lo hacen al 85% de su capacidad y la penalización que se introduce por acortar la pista teniendo el pavimento actual es que el avión podría estar lleno al 92% y, por tanto, las compañías no tendrían ningún problema», aseguró.
17 de agosto
La del pavimento no es la única opción que estudian los responsables de Ortzibia para hacer frente al hecho que se consumará, si se cumple el calendario previsto, el próximo 17 de agosto. Ese día quedarán concluidas las obras en la pista, que habrá pasado de tener 1.754 metros de longitud a 1.427. Antes de que entrara en juego el factor del pavimento se calculaba que el aeropuerto perdería con la remodelación un 16% de operatividad. Según estas previsiones, el CRJ-200 de Air Nostrum -con 50 plazas- que realiza el trayecto entre Hondarribia y Madrid no podría utilizar el aeródromo. En cambio, el ATR-72, que supone el 60% de la operatividad de la terminal, no soportaría limitaciones.
En la reunión de ayer, el consejo de administración de Ortzibia reiteró su «compromiso unánime en la defensa, apoyo y promoción del aeropuerto como infraestructura clave para el desarrollo socioeconómico de Gipuzkoa y de Euskadi en su conjunto». Esta defensa va más allá de confiar en las características del pavimento de la pista. El encuentro sirvió también para estudiar las soluciones técnicas propuestas a AENA para evitar la merma de operatividad del aeropuerto.
Entre las medidas planteadas se halla la solicitud de desviación de la especificación de certificación, una figura presente en la normativa europea que permitiría al aeropuerto no recortar la pista. Fuentes de la propia AENA y de AESA ya trasladaron a este periódico que esta opción no es viable, aunque en Ortzibia aún confían en que sea aceptada.
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