El paso fluvial a la bahía de Txingudi se cierra por riesgo de colapso de un puente
Desde finales de la pasada semana no se puede circular por las aguas bajo los puentes que unen Irun y Hendaia
- IÑIGO MORONDO | IRUN
El Ayuntamiento de Irun cerró el pasado mes de abril el paso sobre el puente Avenida, estructura centenaria que revolucionó a principios del siglo XX la conexión entre Irun y Hendaia sobre la frontera que marcaba el río Bidasoa. En los últimos años, era el puente de Santiago, más moderno, el que soportaba el paso del tráfico rodado mientras que el viejo Avenida había quedado limitado a bicicletas y viandantes.
Con motivo del centenario que se celebró el pasado año, el Ayuntamiento saneó y repintó la antigua barandilla de hierro e inició en paralelo el procedimiento para acometer una renovación de su estructura. El estudio para la redacción del proyecto fue el que alertó de lo realmente mala que era la situación del sistema de sustentación del puente y el Consistorio no dudó en atender las recomendaciones técnicas y procedió a cerrar el paso inmediatamente.
Así, desde Semana Santa, la conexión peatonal entre Irun y Hendaia está limitada a las aceras del puente internacional de Santiago, tan infrautilizadas en los últimos tiempos que han sorprendido ahora por el mal estado en el que se encuentran. Las bicicletas, que en verano multiplican su presencia en esta frontera, tienen que cruzar el Bidasoa por la misma calzada que los coches.
Ahora, las embarcaciones
Derivada de «la situación estructural del puente Avenida y el riesgo de colapso», la Capitanía Marítima de Pasaia ha sumado una nueva limitación que, en este caso, se refiere a la circulación por debajo. Así, «todas las actividades náuticas», incluida la natación, «están prohibidas en el tramo comprendido entre el puente del ferrocarril y el puente de Santiago». Esto supone, de manera efectiva, aislar la bahía de Txingudi del río para todo tipo de embarcaciones, incluidos txintxorros y txipironeras que amarran en la zona de las islas del Bidasoa. También para Santiagotarrak, el club local de remo y piraguismo. «Por supuesto que es una faena. En situaciones de marea baja solemos salir a entrenar a la bahía. Desde la semana pasada no podemos hacerlo y estamos teniendo que poner los horarios de entrenamiento en función de las mareas», explicaba el vicepresidente de la entidad, Antxon Arellano. «Los de banco móvil, que están preparando el Campeonato de España, suelen usar la recta paralela al aeropuerto. Tampoco pueden hacerlo ahora».
A los miembros del club, como a tantos irundarras, les sorprende que las restricciones se estén activando sólo desde este lado. «Resulta que no se puede caminar por encima ni navegar por debajo, pero la pasarela que hizo Hendaia, que también pasa bajo el puente, sigue abierta».
El puente es del Ayuntamiento de Irun, que ya tiene «el proyecto de reparación y los dos millones que costará ejecutarlo». Sin embargo, no ha anunciado fecha alguna para empezar, aludiendo a la dificultad para que una administración española haga una obra en suelo francés (en referencia a que el estribo norte apoya en la orilla hendaiarra), al margen de otros permisos necesarios.
Ayer, el problema llegó incluso al Senado, donde la senadora irundarra de EAJ-PNV, María Eugenia Iparragirre, trasladó al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, la «preocupación que esta restricción produce por las limitaciones que supone para muchos usuarios y deportistas». Iparragirre se mostró satisfecha por la disposición del ministro a estudiar la situación aunque advirtió que realizará «un seguimiento cercano sobre las gestiones que se realicen para solucionar cuanto antes los problemas estructurales del puente».
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