Un año en el que se han tendido puentes
Tras muchos meses de tensiones en el consistorio y entre los gobiernos local y foral, las elecciones de mayo propiciaron un panorama político con más diálogo y acuerdo
Las elecciones municipales, más que en otras ocasiones, condicionan el repaso del 2019 en Irun y obligan a hacerlo en dos partes. Hasta los comicios, la política local vivió en el clima enrarecido del 2018, con un gobierno socialista en minoría por un lado, cuya única interlocución era con un PP que no le podía aportar votos suficientes para sumar mayorías, y un frente entre PNV, Sí Se Puede Irun y EH Bildu que recrudeció los ataques a medida que se acercaban los comicios.
Tras las votaciones, esos mismos tres grupos (con SPI reconvertido en la coalición Elkarrekin Podemos-IU) sumaban mayoría, pero los jeltzales no presentaron su candidatura el día en el que se constituyó la corporación municipal y Santano, con la mayoría simple que le habían dado las urnas, volvió a ser nombrado alcalde. Ahí cambió todo.
Desde aquel día, se han normalizado las relaciones del gobierno socialista con Podemos-IU y Bildu (con el PP ya eran buenas) y se han tendido puentes de entendimiento que han llevado al diálogo y a que las partes hayan aceptado ceder y negociar para sacar adelante los asuntos de la ciudad. No ha ocurrido tanto con el PNV. La relación entre socialistas y nacionalistas en el panorama local sigue herida y aún supura, pese al entendimiento generalizado en Gipuzkoa y en Euskadi entre ambas formaciones. Tanto es así que pese a que los meses previos a las elecciones también fueron tensos hasta lo desagradable entre el gobierno socialista local y las áreas forales en manos del PNV (las otras las ostentaba y lo sigue haciendo el PSE), la relación institucional ha vuelto a lo que debe ser y esta segunda parte del 2019 nos ha dejado una foto conjunta, imposible de imaginar antes de mayo, entre el alcalde Santano y la diputada de Infraestructuras viarias, Aintzane Oiarbide, con motivo del avance de las obras de la Ronda Sur.
Una nueva conexión
Ese proyecto que ambas instituciones están desarrollando ha sido una de las mejores noticias de 2019 (porque arrancaron las obras) y lo será de 2020 (porque finalizarán). No será la solución definitiva a los problemas de acceso y salida de la ciudad, pero va a mejorar mucho la situación. Por un lado, Diputación inició la construcción del nuevo semienlace en Oinaurre, un tercer pinchazo en la autopista mucho más céntrico que los de Ventas y Behobia, lo que evitará, desde primeros del próximo marzo, tener que atravesar medio Irun para llegar a la A-8. Por otro lado, la Ronda Sur, que con financiación mayoritaria foral está construyendo el Ayuntamiento, será un vial de 700 metros desde ese nuevo enlace de Oinaurre que acercará aún más la autopista a Larreaundi, Parte Vieja, San Juan, Arbes... Sin semáforos, pasos de peatones ni colegios por el camino. Se hará esperar algo más, pero su fin de obra debería ser noticia también en 2020.
Otro proyecto que ha dado titulares en 2019, éste por su finalización, ha sido el de la renovación del frontón Uranzu, que aunque mantiene su frontis y su identidad, es una instalación radicalmente nueva y contemporánea, una paradoja que se entiende bien al estar dentro. Más titulares relacionados con el Ayuntamiento en este año que termina: el Estado ya ha cedido a la ciudad el edificio de Emigración, el autobús eléctrico ya es una realidad que ha convertido la L-1 en una línea silenciosa y sin emisiones, se ha aprobado la reubicación de las pistas de Plaiaundi en una parcela de Txenperenea y ya hay un espacio en la ciudad que lleva el nombre de Nagore Laffage, una zona de encuentro para ciudadanos de distintas edades en el corazón de Palmera-Montero, ese desarrollo urbanístico complejo que en este 2019 se ha rematado definitivamente. Todo esto sin olvidar que, desde fuera de Irun, la cumbre del G7 en Biarritz volvió locos a los ciudadanos de los dos lados de la muga durante el mes de agosto.
Cultura y valores
La reivindicación feminista que estalló en 2018 mantuvo su pulso en el 8M de este año y se hizo con el balcón consistorial en el pregón sanmarcialero de las jugadoras irundarras de una Real Sociedad campeona de la Copa de la Reina.
En el panorama cultural hay que destacar la espectacular gigantada que montó Bidasoako Erraldoiak a comienzos de junio y la consolidación deBizinema Bang Bang y sus proyecciones en el Amaia. Ligado con esto, 2019 estrenó un taller sobre cine que el director local David RL imparte en el CBA y por el que han pasado figuras del mundillo nacidas en Irun como el guionista Diego San José o el director de fotografía Javier Agirre. La gran referencia musical de 2019 fue el festival Irun Zuzenean, que reunía los esfuerzos económicos que el consistorio dedicaba en años anteriores a dos iniciativas, aunque finalmente ni fue tanto como se esperaba ni consiguió atraer tanto público como se deseaba.
Aún hay puentes por construir.
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