domingo, 5 de abril de 2020

«Ha sido un caos pero seguimos en marcha y eso es lo importante»

Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 5 de Abril de 2020.

«Ha sido un caos pero seguimos en marcha y eso es lo importante»

Juan Pérez en la planta de Iruma con equipos a puntos para ser entregados./
Juan Pérez en la planta de Iruma con equipos a puntos para ser entregados.

Iruma es una de las empresas irundarras que ha podido mantener su actividad aunque por momentos pensó que no iba a poder hacerlo

I.M.IRUN.
Iruma Diseño y Proyectos Industriales, con una treintena de trabajadores, provee de soluciones industriales a grandes empresas siderúrgicas en España, Francia, Reino Unido, Italia, Rumanía, Estados Unidos, México, Brasil... «Cuando una empresa plantea una necesidad para mejorar seguridad, productividad, calidad... nosotros valoramos la situación, ideamos una solución, realizamos el diseño, construimos una máquina y la ponemos en marcha. Lo que en el sector se define como proyectos llave en mano», explica el director general de la firma, Juan Pérez.
Con el confinamiento, «prácticamente nada nos cambió. Los puestos de trabajo en la planta ya estaban a dos metros o más de distancia. Anulamos todas las reuniones y visitas, dotamos a la plantilla de EPIs y seguimos produciendo». El ERTE «nunca fue una opción. Tenemos trabajo, pedidos y capacidad de garantizar la salud de la plantilla. No era ético. Los sanitarios y otros trabajadores están en primera línea y me parece fundamental que los que podemos hacerlo sigamos trabajando, generando economía, pagando sueldos e impuestos para sostener a quienes están en el frente».
Sin embargo, con el decreto del domingo pasado Iruma estuvo a punto de tener que suspender la actividad. «En la primera versión, nuestro sector aparecía como esencial y comunicamos a la plantilla que el lunes fuera a la planta. Ya el lunes, a través de un foro del clúster siderúrgico, supimos que lo que el Gobierno publicó a las once de la noche nos dejaba fuera». Hubo que negociar con los trabajadores cómo recuperarían las horas y poner en marcha los procesos de cierre de la maquinaria.
«Al día siguiente, a las 7.00 horas, recibí estando en casa la confirmación de un pedido de una empresa estadounidense, un proyecto que llevábamos más de un año trabajando, al que habíamos dedicado mucho tiempo, mucho esfuerzo y hasta tres viajes allí. Validar el encargo y gestionar el pedido no era algo que pudiera hacer desde casa», recuerda Pérez. De nuevo la información del clúster del sector le sirvió para conocer una excepción para situaciones muy concretas que permitió movilizar a la planta a un pequeño grupo de empleados «y gestionar ese pedido. Estábamos en ello cuando nos aplazaron cobros que teníamos previstos esta semana y que nos descuadraba las previsiones de pagos que teníamos». El día no acabó ahí porque esa tarde se informó de cierta flexibilización «que nos permitía volver al trabajo por empresa electrointensiva y exportadora (el 50% de nuestra facturación la hacemos fuera)». Hubo que informar a los trabajadores, enviarles la comunicación de Gobierno Vasco y garantizarles que al día siguiente «tendrían los nuevos permisos que necesitan. El miércoles estábamos trabajando y validando a su vez a nuestros proveedores como empresas necesarias para que podamos mantener la actividad. Ha sido un caos», asegura Juan Pérez, «pero seguimos en marcha y eso es lo importante».

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