sábado, 1 de mayo de 2021

Un generador de energía solidaria en un piso del barrio de Santiago

Noticia publicada en Diario Vasco, el sábado día 1 de Mayo de 2021.

Un generador de energía solidaria en un piso del barrio de Santiago

A través del sindicalismo, Cáritas, el movimiento vecinal o la cooperación, el compromiso social ha sido su forma de vivir

M. J. A. IRUN.

La faceta pública más conocida de Agustín Ugarte es la de cofundador y presidente de Behar Bidasoa. Pero antes de llegar a la creación de la ONG, en 1989, este irunés correoso y resiliente había recorrido un largo camino en defensa de los derechos humanos.

Nacido en Irun el 23 de abril de 1932 y vecino del barrio de Santiago, donde sigue viviendo, desde muy joven tuvo el don de irradiar energía solidaria y de canalizarla a través del trabajo en equipo (otra de sus constantes vitales), en diferentes iniciativas y organizaciones. En el sacerdote Ricardo Alberdi tuvo a su primer inspirador.

Con 14 años, Agustín entró a trabajar en la fábrica de lámparas Escalante, donde permaneció hasta su jubilación voluntaria, a los 60 años.

Vinculado a la Juventud Obrera Católica (JOC), se formó en la Escuela Social en Legazpi, buscando un mayor compromiso, que demostró, especialmente, en su acercamiento a los enfermos de tuberculosis, tan estigmatizados entonces.

Como defensor de los derechos de los trabajadores, maniobró en plena dictadura dentro de la legalidad, consiguiendo mejorar las condiciones laborales, a través de los convenios colectivos. Más adelante, como enlace sindical, consiguió la equiparación salarial de mujeres y hombres en su empresa.

Colaboró intensamente con Cáritas y durante los últimos años del franquismo, se implicó en la vida municipal a través del movimiento vecinal, llegando a presidir la Asociación de Vecinos de Santiago.

En 1976, su amigo Jose Ramón Amunárriz, misionero en Ruanda, le acercó la realidad africana. Junto con otros compañeros, creó entonces la asociación Los amigos del Tercer Mundo, que en 1989, cristalizaría en Behar Bidasoa. A partir de ese momento, esta ONG, que hoy trabaja en África, América y Asia fue la tarea y la vida de Agustín Ugarte, siempre con un objetivo: «No se trata de dar ayuda, sino de restituir a las personas su dignidad y lo que les corresponde por derecho propio».

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