Dos aterrizajes frustrados en el aeropuerto de Hondarribia
Los primeros vuelos del viernes se enfrentan a contratiempos para conseguir aterrizar
El aeropuerto de Hondarribia ha arrancado el viernes con dos aterrizajes frustrados en primera instancia. Ha ocurrido con los vuelos procedentes de Madrid y Barcelona, que pese a los problemas iniciales, han podido posarse en la pista guipuzcoana con media hora de retraso respecto al horario previsto. La de este viernes es una jornada con un mayor número de operaciones. A las tres llegadas de Madrid y otra de Barcelona hay que sumar la de Valencia y la de Sevilla después de que Volotea recuperara hace diez días estas conexiones.
Las condiciones meteorológicas han obligado a los más de 300 pasajeros que sumaban ambos vuelos a disfrutar de la costa guipuzcoana desde unas vistas privilegiadas, desde el mar y las alturas. Más allá de la incertidumbre por un posible desvío o retorno al aeropuerto de origen, las esperas no han sido muy largas, apenas entre 15 y 20 minutos. Poco en comparación con otros vuelos que buscaban aterrizar en Hondarribia, como sin ir más lejos, en pleno vendaval de finales de noviembre, un vuelo de Vueling procedente de Barcelona esperó del orden de 45 minutos antes de abordar un intento de aterrizaje que resultó exitoso.
La espera de ambas aeronaves este viernes frente a la costa de Jaizkibel ha dejado un momento más que peculiar, cuando los dos airbus han volado relativamente cerca, separados por poco más de 1.400 pies, algo más de 400 metros. El procedente de Barcelona ha mantenido una altura de 3.875 pies, mientras que el que llegaba desde Barajas se ha situado algo más arriba, a 5.275 pies. Se trata de una distancia superior a la que fija el Reglamento de Circulación Aérea, que en este tipo de situaciones establece una separación mínima de 1.000 pies.
Descenso y ascenso: a esperar
El primero en tomar tierra ha sido el vuelo IB443, que lo ha hecho con 23 minutos de demora respecto a la hora prevista (8:40 horas). Una vez se ha retirado de la pista hondarribiarra, ha sido turno para el aterrizaje del vuelo VY2484 de Vueling, que tenía que arribar a las 8:45 horas. El vuelo que ha despegado de Barajas a las 7:50 horas ha tenido que esperar media hora después de estar a punto de aterrizar a las 8:31 horas y quedarse una altitud GPS de 775 pies, como registra el portal especializado en navegación aérea en tiempo real Flightradar24.
El procedente de El Prat, en el aire desde las 7:45 horas, ha calcado la maniobra de go around o motor y al aire, puesto que también a una altitud GPS de 775 pies, ha tenido que desistir de aterrizar y esperar unos minutos en el aire a que mejoraran las condiciones en tierra. Lo ha hecho a las 9:16 horas.
Ambos vuelos debían partir de regreso a los mismos aeródromos a las 9:20 horas, lo que se ha retrasado unos minutos.
Nueva tecnología
Estos contratiempos, que al final no han supuesto el desvío a un aeropuerto alternativo o el regreso al aeródromo de origen, se han vivido un par de días después de que el aeropuerto de Hondarribia comunicara que ha hecho "los deberes" de diseñar unas nuevas maniobras de aproximación basadas en la navegación por satélite EGNOS, lo que significa que se aumentan las prestaciones de la señal GPS.
Esto tiene una aplicación real, ya que se permite reducir el número de desvíos en caso de techo de nubes bajas. Ahora bien, para que el sistema aprovechado, las compañías que operan en Hondarribia deberán dotar a los aviones del equipamiento preciso para recibir las señales de estos satélites.
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