miércoles, 25 de enero de 2012

«Fue a por Yasmín; no le dio oportunidad para defenderse»


Noticia publicada en Diario Vasco sección Gipuzkoa, el miércoles día 25 de Enero de 2012.

VIOLENCIA MACHISTA

«Fue a por Yasmín; no le dio oportunidad para defenderse»

La mujer que acompañaba a la víctima relata cómo fue la agresión. El acusado declara en el juicio que no recuerda nada de lo ocurrido y asegura estar arrepentido

25.01.12 - 03:27 -

La declaración de Inés Alicia Osorio fue demoledora. 'Alis', como le conocen en su círculo de amistades más cercano, es la persona que la madrugada del 9 de mayo de 2009 acompañaba a Yasmín Rodríguez cuando fue asesinada por su marido de dos cuchilladas en Irun. Fue de las últimas personas que le vio con vida; la misma que arrodillada junto ella le dijo: «no te vayas, no te mueras». Yasmín se fue aquella madrugada, pero el testimonio ayer de Inés Alicia resulta de capital importancia en el proceso que por este crimen se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa.
Su declaración estuvo salpicada de momentos de gran emotividad. La testigo relató que le unía con la mujer fallecida una estrecha amistad. Su hijo y la de Yasmín mantenían por aquellas fechas una relación sentimental.
Inés Alicia recordó que la víctima y el acusado se habían dado una «nueva oportunidad» en su vida sentimental. La pareja se conocía desde cuando residían en Colombia, país de origen de ambos, y contrajo matrimonio en 2003 en Irun. Tras varios años de convivencia, la relación se rompió en 2007, si bien meses antes de que se perpetrara el delito habían decidido empezar de nuevo. No obstante, ella residía junto a su hija en el barrio de Mendelu y él en otro piso de la ciudad, si bien algunos días él se quedaba en casa de ella y viceversa.
La testigo relató al jurado que la noche del crimen celebraban la despedida de un compañero del hotel Ibis en Irun, donde ambas trabajaban. Indicó que tras la cena, se dirigieron a un pub de la ciudad. «Cuando llegamos, Edward ya le estaba esperando. Permanecía dentro de su coche. Le vigilaba constantemente. A veces incluso llamaba a mi teléfono de madrugada para preguntarme si Yasmín estaba conmigo», indicó.
Inés Alicia Osorio manifestó que a las puertas del bar, el acusado agarró a la víctima del brazo. «La zarandeó. Empezaron a discutir entre ellos. Al principio, me separé unos metros, pero al ver la situación les dije que por qué no pensaban en la niña. Yasmín se soltó y se alejó unos metros. Edward estaba bastante alterado y me comentó: 'mami, te juro que la mato'. Me lo dijo hasta tres veces. Volví al bar y le conté lo que me había manifestado. Respondió: 'tranquila, guapetona -ella me llamaba así-, que no me hace nada'. Ella confiaba en él. A mí, sin embargo, sus palabras me dieron miedo.»
La testigo indicó que permanecieron en el local hasta las tres y media de la madrugada. «Volvimos al hotel Ibis. Habíamos dejado el coche allí. Cuando regresábamos, noté un golpe en la parte trasera del vehículo. Le pregunté a Yasmín si había arrollado algún gato. Me dijo: 'no mami', es Edward'. Nos había golpeado con su coche. Giré la vista hacia atrás y en aquel instante recibimos un segundo impacto. Este fue mucho más uerte y dejó nuestro automóvil mirando hacia el otro lado».
Los minutos que siguieron fueron especialmente dramáticos. «Yasmín me dijo que llamara a la Policía. Ella se bajó y dijo: 'voy a hablar con él'. Yo cogí el móvil, marqué el 112 y también descendí del coche. Vi que Edward iba directo hacia Yasmín, caminaba rápido. Llevaba un cuchillo en una mano. Le grité: '¿qué vas a hacer?'. Respondió: 'La mato'. A partir de aquel momento todo fue muy rápido. No recuerdo cómo sucedió. Solo sé que de pronto me vi al lado de Yasmín. Estaba en el suelo. Balbuceaba y con los ojos volteados. Intentaba hablar. No le dio ninguna oportunidad para defenderse».
La amnesia del acusado
El testimonio de Inés Alicia Osorio fue determinante, aunque tampoco puede decirse que echara por tierra la declaración del acusado. Y todo porque Edward Enrique Sanclemente se limitó a manifestar que no recordaba nada lo sucedido. Reconoció que su mente está en blanco desde que sobre las ocho de la tarde del día de autos se tomó varias copas de whisky en casa junto a una compañera del piso en el que residía. «Celebraba nuestro reencuentro y que Yasmín y yo nos íbamos a ir de vacaciones a Port Aventura. Me tomé tres o cuatro vasos de whisky. Y a partir de ese momento no sé lo que sucedió. Lo siguiente que recuerdo es que estaba metido en una celda».
La fiscal y los letrados de las acusaciones convinieron en definir esta amnesia de «selectiva» y trataron de que el procesado entrara en contracción con otras manifestaciones que hizo en fechas posteriores al suceso.
El inculpado negó asimismo que sometiera a su mujer a acoso alguno. Reconoció que la separación conyugal fue consecuencia de las sospechas que Yasmín tenía respecto a una relación que le atribuía con una de las mujeres que trabajaba en el club de alterne en el que Edward estaba empleado como portero. «La relación se deterioró y ella y su hija se fueron a casa de su hermana. Yo no les eché del piso. Les dije que ya me marchaba yo», señaló.
Edward Enrique definió a Yasmín como una mujer muy trabajadora. Relató que además de en el hotel Ibis se ocupaba de la limpieza en una librería, en una chalet de Hendaia así como en una clínica y en varios establecimientos más.
El acusado dijo estar arrepentido por lo sucedido. «He hecho lo peor que se puede hacer. No sé cómo he cometido una barbaridad como esta. Nunca he sido una persona agresiva», indicó.
La vista continuará hoy con la declaración de nuevos testigos.
La Fiscalía imputa al acusado dos delitos de asesinato, uno de ellos en grado de tentativa por la agresión a Urtizberea, uno más de coacciones continuadas, el quinto contra la seguridad vial y el último de lesiones. Por todos ellos solicita penas que suman más de 40 años. En el proceso están personados como acusación la hija y la madre de Yasmín, además de el Ayuntamiento de Irun, las Juntas Generales de Gipuzkoa y la Delegación del Gobierno. La defensa, por su parte, solicita penas que suman diez años.

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