Adac Jullian Mendoza (Médico de familia y profesor del curso): «He visto mucho duelo en mi trabajo y puedo decir que la vida de estas mujeres es muy dura»
Nicaragüense formado en Cuba, su primer trabajo en España fue el cuidado de un anciano
- M.J.A. | IRUN.
Nacido en Nicaragua, Adac Mendoza estudió la carrera de Medicina en Cuba y actualmente tiene homologados sus estudios en España. Es voluntario de la DYA y posee una larga trayectoria como médico internacionalista cooperante.
-¿En qué países ha trabajado antes de llegar a España?
-He trabajado en países en conflictop y en países con desastres naturales. Estuve en Honduras con el golpe de estado, en Haití tras el terremoto y en barrios marginales urbanos de Bolivia, Argentina, Nicaragua, Ecuador...
-¿Cómo llegó a Irun?
-Trabajando en Ecuador, conocí a una enfermera y nutricionista irundarra, que hoy es mi esposa. De Ecuador fuimos a Nicaragua con un proyecto de formación de chicos y chicas como promotores de salud. Después, a ella le dieron plaza aquí y nos vinimos.
-¿Cómo contactó con Adiskidetuak?
-Al llegar aquí, durante el proceso de arreglar los papeles, estuve buscando trabajos temporales y a través de Adiskidetuak encontré mi primer trabajo. Estuve cuidando a un señor mayor que padecía Parkinson. Nunca me había visto en esa situación. Se me hizo difícil cuidar a una persona enferma fuera de un hospital. Pensé en la cantidad de mujeres que se ven en esa situación y en la posibilidad de ayudarlas organizando cursos.
-¿Cuál ha sido su experiencia como profesor de estas alumnas?
-He visto mucho duelo en mi trabajo y puedo decir que la vida de estas mujeres es muy dura. Son personas que se sienten encerradas en un lugar que desconocen, con el duelo de tener a su familia, a sus hijos pequeños, en su país de origen. Hay mujeres que entran en depresión cuando fallece la persona mayor a la que están cuidando y no es por la pérdida económica, sino porque se acaban encariñando con ella y estableciendo una relación casi familiar. A veces, es la única persona con la que mantienen un vínculo afectivo. En los cursos, ha habido mujeres del mismo país, incluso de la misma ciudad, que llevaban tiempo aquí y no se conocían. El taller sirve también para que establezcan una red social y para que se comuniquen.
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