El año en el que el centro cultural CBA dio sentido a la nueva plaza San Juan
2015 dejó su marca en la historia de la ciudad con la apertura de la nueva biblioteca Carlos Blanco Aguinaga
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
2015 ya ha quedado atrás. Se ha cerrado un año complicado (¿cuál no lo ha sido desde 2008?), pero que ha dejado muchas aportaciones positivas para la ciudad y sus vecinos: las Medallas de la Ciudad a José Ignacio Iruretagoiena y al Real Unión en su centenario; el estreno de la nueva plaza Urdanibia y los nuevos aparcamientos de Harrobieta y Arbes... Por contra, ha sido también el año en el que regresaron los controles fronterizo y las concentraciones silenciosas por víctimas del terrorismo.
Quizá lo más importante para la ciudad haya sido la nueva biblioteca y centro cultural Carlos Blanco Aguinaga, el CBA, inaugurada en octubre en la plaza de San Juan, aprovechando el piso entre la propia plaza y el aparcamiento subterráneo. «La gente de fuera que la ha visto, por ejemplo, el jurado de los Premios Literarios Kutxa-Ciudad de Irun, se asombra del espacio que hemos inventado», señala el alcalde, José Antonio Santano. «Ha sido un proyecto incomprendido durante su desarrollo. No fuimos capaces de comunicarlo bien y todo el mundo nos decía que por qué ese agujero en la plaza, que cómo íbamos a poner ahí la biblioteca, que habría humedad, que íbamos a meter la cultura en un sótano... Una vez terminado, no ha necesitado más explicación. Ha gustado a todo el mundo y ha funcionado bien desde el primer día. Ya nadie dice que no le guste, hay unanimidad a favor. Será una referencia para nuevas generaciones que se harán adultos con este espacio cultural en mitad de la ciudad». Su segunda fase, con otros tantos metros cuadrados como los que ya están abiertos al uso, no está prevista en los próximos cuatro años.
Tampoco en 2016, pero sí hacia finales del mandato, «si la economía va bien», prevé el Gobierno iniciar la construcción de la ampliación de la casa consistorial, un edificio llamado a rematar la plaza y a concentrar las oficinas de los distintos servicios municipales. Quizá más acuciante sea afrontar una solución para la destartalada parcela entre Fueros y San Juan. «Estamos en la búsqueda activa de un inversor que construya el hotel, porque cadenas interesadas en explotarlo hay. En cualquier caso, somos conscientes de que se va acabando el tiempo de espera y que tendremos que actuar para adecentar la parcela. No lo hemos hecho por si fructificaban las negociaciones. No queremos gastar 200.000 euros en una mejora para que luego llegue un hotel y esa inversión haya sido para un año. Cada euro que gastamos, lo miramos de un lado, del otro y hasta de canto».
Una economía consolidada
Es la herencia de esos años de crisis que, al menos para las instituciones, ya van quedando atrás. «El Ayuntamiento está saneado. En tres años, hemos generado 15 millones de remanentes que, de no haberlos invertido, podrían haber reducido nuestra deuda de tal manera que, en dos años, sería cero. Pero es que con un funcionamiento normal, sin dejar de mejorar la ciudad, la deuda será cero en siete años», reivindica el alcalde. «Y tenemos dos joyas importantes poco conocidas. Zaisa es una sociedad con un gran patrimonio y un tercio es de Irun. Durante 2015, han ido saliendo algunos socios privados y estos meses, saldrán los demás. Va a ser de Gobierno Vasco, Diputación y Ayuntamiento al 100%». Que sea totalmente pública es la condición para convertirla en herramienta para la gestión del espacio ferroviario. «Queremos comprar al Estado la antigua Aduana, demoler los pabellones, tirar las vallas y remodelar el edificio cabecera para que sea un punto de entrada a la estación. «La otra joya» es Irungo-Oarso Industrialdea. «Hemos ocupado todos los pabellones que hicimos en Araso y sigue habiendo demanda de empresas nuevas que quieren instalarse en Irun y otras que quieren venir para crecer. Hay que hacer nuevos pabellones, pero, sobre todo, recuperar para su utilización los que están en desuso». Son buenas perspectivas para una ciudad que en el último año «ha reducido en 476 personas la cifra de desempleados. Eso nos ilusiona, pero sé que las condiciones de muchos contratos son las que son. No vamos a engañarnos. Queremos trabajar para ir solucionando eso también». Sin embargo, considera importante destacar que «la población ocupada en Irun es ahora de más de 7.000 personas más que hace 10 años».
El valor de Ficoba
Santano rescata como punto fuerte de la economía local el recinto ferial. «Este mes, abonaremos la última cuota, de 125.000 euros, y Ficoba ya estará pagado. También ha sido un proyecto incomprendido, pero ya se está viendo lo que es, la actividad que genera, cómo repercute en hoteles, taxis, comercio, hostelería... Y sigue creciendo y explorando nuevos caminos: en 2015, ha facturado 1,1 millones sin contar subvenciones».
Con todo, considera que las claves en la gestión han sido y seguirán siendo tres conceptos. «Cercanía, que el ciudadano sepa que a los cargos electos nos preocupa lo que le preocupa a él; transparencia, poniendo los medios para que nadie dude de la honestidad de los políticos de su Ayuntamiento, y convivencia, porque Irun es una ciudad sin estridencias políticas, donde los partidos no generan líos, sino que suman para resolver cosas y ese 'buen rollo' se ve cuando el Día de la Memoria, estamos todos con las víctimas, algo que no pasa en mucho sitios. Esas tres palabras dicen mucho de la forma de ser y de hacer que hay en esta ciudad».
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