Ecologistas advierten sobre el «progresivo deterioro» del parque de Plaiaundi
Bidasoaldeko Lagunak y Eguzki Talde Ekologista achacan la «degradación» del espacio protegido «a la pasividad de las administraciones competentes»
Quienes acostumbran a acercarse al Parque Ecológico de Plaiaundi para observar aves, caminar o hacer deporte habrán visto estos días en bancos, paneles y vallado las huellas de actos vandálicos y de una labor de mantenimiento del mobiliario no muy entregada. En algunas zonas del parque se ha observado, además, la presencia de desperdicios como botellas de plástico y cristal y latas de bebidas. Los colectivos Bidasoaldeko Lagunak y Eguzki Talde Ekologista enmarcan los evidentes desperfectos y la suciedad en lo que consideran «un progresivo deterioro» del espacio protegido, debido a un cúmulo de problemas derivados «de la injustificable pasividad de las administraciones competentes, que no toman cartas en el asunto».
A través de una nota de prensa, ambos colectivos afirman que el deterioro del mobiliario del parque, «no es más que una muestra de la dejadez en la conservación del lugar, que despista de la más grave degradación de hábitats, en perjuicio de las especies que los pueblan y que es la razón de ser del espacio Txingudi y su protección».
Falta de vigilancia
En opinión de los dos colectivos ecologistas, Bidasoaldeko Lagunak y Eguzki Talde Ekologista, el mantenimiento mínimo del mobiliario del parque «no se hace con la debida presteza, pero no es parte de los valores esenciales a preservar como espacio RN 2000 (ZEC y ZEPA), que están sufriendo una degradación mucho más grave y preocupante, pero que escapan más fácilmente a la vista del visitante».
Los colectivos ecologistas afirman que la falta de vigilancia y la demora en la aprobación del Plan de Uso Público han dejado a Plaiaundi y Jaizubia «a expensas de actos vandálicos que, sumados a la falta de respeto y conciencia de algunos y los impactos negativos de la siempre sin resolver reubicación de las instalaciones deportivas, forman un cóctel nefasto para la preservación del espacio protegido».
Los firmantes de la nota aluden, por otra parte, a la presencia «de coipús y de sus excrementos», señalando que el problema «no es que puedan provocar cierta repugnancia». El problema real «es que es una especie exótica invasora (EEI) descontrolada como bastantes más, animales y vegetales, que están interfiriendo en la ecología del estuario y que no llaman tanto la atención e incluso algunas nos pueden llegar a parecer agradables a la vista».
El parque de Plaiaundi es un enclave restaurado al que, debido a su escasa extensión, hubo que dotar de sistemas artificiales para poder acercarse a su potencial ecológico original. En este sentido, Bidasoaldeko Lagunak y Eguzki Talde Ekologista llaman la atención sobre el sistema de las compuertas, que deben regular y compensar el flujo de las mareas en las lagunas interiores «y que lleva años en un progresivo deterioro que reduce la función de acogida de fauna, en especial de las aves acuáticas migratorias y residentes».
Las pantallas vegetales que se crearon para preservar la tranquilidad de las aves en las lagunas, respecto a los senderos del parque, «tampoco están cumpliendo su función», según afirman los grupos ecologistas, ya que «se han convertido en elementos que merman esa buscada tranquilidad de las aves que allí recalan, impidiendo en ocasiones que lleguen a bajar a la lámina de agua».
Bidasoaldeko Lagunak y Eguzki Talde Ekologista advierten, por último, que el incumplimiento de los compromisos recogidos en el Documento de Actuaciones y Medidas para la ZEC y ZEPA Txingudi-Bidasoa «deja lejos el objetivo de alcanzar el estado favorable de hábitats y especies» y se preguntan «qué educación ambiental coherente se puede llevar en Txingudi cuando lo que queda a la vista es el desinterés de nuestras administraciones por la preservación de esos valores».
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