Organizado por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Irun se ha celebrado el 31 Certamen de Pintura Adour-Bidasoa, al que se han presentado 47 artistas, 35 seleccionados para su exposición en la sala Amaya por un jurado compuesto por Xabier Arribas, Mª José Aranzasti, Helena El Busto y un servidor, entre los que había una amplia mayoría de artistas de la ciudad y de la otra orilla de la muga, cuestión esta de primordial importancia para la creación de una equilibrada infraestructura artística, y el fomento de las bellas artes en la segunda población de Gipuzkoa, cosa en la que se siempre ha destacado la ciudad de Irun desde comienzos del siglo 20.

La fuerza del Certamen Adour-Bidasoa

La fuerza del Certamen Adour-Bidasoa

En este sentido, cabe reseñar la poca participación de jóvenes pintores y pintoras, cuyo premio recayó en Maider Alonso Villagrán, de Irún, con la obra Bidaia, de un realismo nocturno. El primer premio, dotado con 250.000 euros, se lo llevó la obra Marino, de Mikel Bergara Etxeberria, de Irun y residente en A Coruña, obra conceptual y bien trazada, y que pasa a integrarse en la importante Colección Municipal con que cuenta su pinacoteca.

La fuerza del Certamen Adour-Bidasoa

La fuerza del Certamen Adour-Bidasoa

El premio especial del jurado, dotado con 550 euros, se concedió a la obra Morphosis III, de José Aitor Etxeberria Egiguren, de Mendaro, obra adscrita a la abstracción lírica.

Por último, se concedieron diversos diplomas de finalistas a Aline Pederencine, de Biren (Francia), con la madura obra figurativa Baignade; a la vanguardista y obra puzle S.T., de Kintxo Fernández de Avila, de Irun; a la fotorealista Gargantua, de Jesús María Sáez de Vicuña Ochoa, de Vitoria-Gasteiz; a la abstracto expresionista Arantzantzun zu de Juan José Altuna Akizu, de Hernani; a la Vaianita en apuros, de Juan José Aguirre Iturrioz, de Hendaia; y a la de Silvia Calzada Tarragona, de Barcelona, Hoy es jueves y mañana seguramente viernes.

Como puede observarse, no hay códigos ni sintaxis predominantes en las primeras décadas del siglo XXI, y se mueven todas ellas, entre el concepto, los expresionismos figurativos y abstractos, los nuevos realismos, y algunas pinturas collage-puzle de indudable fuerza y colorido.