Las vacaciones llegan a su fin y es momento de volver a casa, circunstancia que pone más en evidencia que nunca que Gipuzkoa es un territorio de paso, principalmente, para el tráfico en carretera. Desde esta semana, y de forma paulatina hasta finales de mes, se espera, según las estimaciones de la sociedad foral Bidegi, que en torno a 230.000 vehículos pasen por los peajes de Zarautz y Biriatu para regresar a sus hogares. Son los mismos que a finales de julio constituyeron la Operación salida y suponen un incremento del 5% con respecto a los tráficos del pasado verano.

Con la experiencia de 2022 aún en la retina, el Ayuntamiento de Irun vigila con cautela lo que ocurre en la muga. No es para menos. El pasado año, las retenciones en la autopista causaron importantes afecciones a la ciudad. La alta densidad de tráfico, unida a los dos peajes de la AP-8, separados por apenas 10 kilómetros, y los fuertes controles de la Gendarmería al otro lado de la muga, provocan, los días de retorno de las vacaciones, importantes retenciones en la autopista.

Tratando de sortear estas retenciones, que en muchas ocasiones superan los 10 kilómetros de longitud, muchos conductores, guiados por las prisas y las indicaciones de sus GPS, optan por sortear las colas atravesando la ciudad, provocando importantes atascos en las calles del centro.

A fin de que la situación no se produzca, y a la espera de que el Gobierno de Francia autorice el levantamiento de los controles fronterizos, el Ayuntamiento de Irun ha decidido atajar la situación impidiendo que los vehículos de largo recorrido circulen por el centro de la ciudad.

Control de los accesos

Para ello, los días en los que la autopista presente retenciones importantes, la policía local pondrá en marcha un control de tráfico para evitar “la salida de la Ronda Sur de los vehículos de paso que buscan evitar las colas de la autopista atravesando el centro ciudad”, explicó la delegada de la policía local, Cristina Laborda.

Se trata, según informó el Consistorio, de una medida contrastada en coordinación con la Ertzaintza que, además, se ha comprometido a intensificar la información en la propia autopista para evitar que los coches abandonen esta vía.

Por el momento, han sido días concretos los que han requerido de la aplicación de esta medida. Uno de ellos, el pasado sábado, cuando la policía local cortó el acceso a Oñaurre a los vehículos de paso.

La medida parece que ha surtido efecto y las situaciones de colapso registradas el pasado verano no se han repetido. Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Irun llaman a la cautela y prefieren esperar a que concluya la Operación retorno para valorar las medidas adoptadas.

Desde luego, este fin de semana y el próximo serán claves para comprobar que los cortes de los accesos al centro surten el efecto deseado y ver si las calles del centro de Irun permanecen ajenas a las complicaciones que puedan registrarse en la muga.

No obstante, desde el Ayuntamiento insisten a los vecinos en que, los días de mayor tráfico, utilicen el transporte público para desplazarse, especialmente a quienes vayan a viajar hacia la capital guipuzcoana. “Sabemos que no siempre es posible, pero la utilización del Topo para ir a Donostia puede evitar aumentar los tráficos y que la ciudadanía termine envuelta en las largas colas de las operaciones de tráfico estivales”, recordó el alcalde, José Antonio Santano.

“Estamos intentando buscar soluciones a un problema que nos afecta de lleno en la ciudad pero para el que como Administración local no tenemos competencias reales, por eso hemos trabajado en este último año en buscar la máxima coordinación de las instituciones que pueden contribuir a mejorar la situación crítica del verano de 2022”, insistió.

En este sentido, Santano volvió a hacer un llamamiento a las autoridades competentes para que faciliten el paso de vehículos por la muga. “Vemos especialmente importante que el peaje de Biriatu entienda que al hacer de frontera debe evitar al máximo la ralentización del tráfico. Para eso les hemos pedido una gestión más eficaz del paso, con una apertura de todas las cabinas disponibles y evitando los controles en los momentos más críticos de tráfico. Y por supuesto que valoren la posibilidad de levantar las barreras a partir de colas kilométricas, algo que debería coordinarse con Bidegi”, señaló. “Creemos que lo principal es evitar que estas colas se alarguen, levantar los peajes y facilitar al máximo el tráfico fluido, sin necesidad de parar dos veces en 8 kilómetros. Nos parece una medida esencial, práctica y eficaz”, añadió Santano.