TXEMA ORTÚN UGARTE RESPONSABLE DE EDUCACIÓN VIAL DE LA POLICÍA LOCAL DE IRUN
“No se trata únicamente de aprenderse las normas, sino de ser conscientes de lo que hacemos y sus consecuencias”
Donostiarra de 49 años, Txema Ortún lleva trece años como responsable de Educación Vial en la Policía Local de Irun. Una educación en la que, además de los escolares, participan otros colectivos, como los mayores y los futuros padres.
XABIER SAGARZAZU - Miércoles, 28 de Septiembre de 2016 - Actualizado a las 06:13h
Txema Ortún Ugarte, responsable de educación vial de la policía local de Irun.
IRUN - Txema Ortún acompañó ayer a la edil de Policía Local del Ayuntamiento de Irun, Lourdes Larraza, en la presentación del programa de Educación Vial para los escolares de la ciudad, que este año “abarcará a casi 1.700 niños de once centros escolares, con edades comprendidas entre los 7 y los 12 años”, explicaron ambos ante los medios.
Lleva usted más de una década impartiendo este tipo de formación. ¿Ha evolucionado mucho?
-Sin duda. Lo que antes llamábamos Educación Vial es ahora, en realidad, y así lo denominamos nosotros técnicamente, Educación para la Movilidad Segura. Esto supone abarcar bastante más que el mero hecho de que los niños aprendan las normas de circulación, que es algo básico. Desde hace algunos años ya, el enfoque es más global. Se trata de que los chavales sean conscientes de lo que implica su faceta de peatón o la de ciclista, porque cada vez emplean más este medio de transporte y nosotros les animamos también a hacerlo. Se trata, sobre todo, de que dominen algunas competencias, como la atención, la resistencia a la presión grupal, el análisis del entorno, la gestión de emociones, la consciencia de vulnerabilidad y riesgo o la adaptación y la flexibilidad. Queremos que sean peatones y ciclistas responsables y conscientes, por su seguridad y por la seguridad de los demás, que se puede poner en peligro si adoptamos ciertas conductas o actitudes.
¿Cómo enfocan la formación a los escolares de distintas edades?
-No se trabaja igual ni se imparte lo mismo a chavales que cursan tercero de Primaria, con ocho años, que a los que están en quinto o sexto, que tienen once y doce años. Entre los primeros, por ejemplo, además de enseñarles las normas de tráfico, hay que trabajar mucho el tema de la atención, porque son niños más movidos y que a veces no son conscientes de lo que hacen. Se trabaja con ellos la faceta de peatones. En cambio, con los mayores, trabajamos más el tema de la bicicleta, animándoles a usarla y a circular por la calzada con ella, pero siempre adoptando las medidas de seguridad pasiva necesarias, con el uso de luces y reflectantes. En total, la formación en Movilidad Segura se divide en dos partes. Una teórica, que se imparte en el aula del propio colegio, y otra práctica, que se hace bien en la pista de educación vial de Ibarla, bien con salidas por la ciudad, sobre todo con grupos a los que enseñamos a circular correctamente en bicicleta.
¿Qué supone para ustedes que Irun sea una de las pocas ciudades que tiene una pista de educación vial permanente como instalación?
-Somos junto a Barakaldo, Vitoria y alguna más, de las contadas ciudades que cuentan en Euskadi con una pista permanente para la educación vial, y la tenemos además desde hace más de dos décadas. Contar con una instalación como esta es siempre algo positivo, porque nos permite usarla en cualquier época del año, siempre que acompañe el tiempo, e impartir la formación de forma segura. Aunque es verdad que, sobre todo los mayores, donde mejor aprenden es en las situaciones reales, con esas salidas en bici.
Además de los escolares de Primaria, Irun imparte también formación en educación vial a otros colectivos, como los mayores. ¿Por qué?¿Les gustaría abarcar más?
-Estamos en los centros sociales de mayores, impartiendo charlas de sensibilización y prevención, enfocadas sobre todo al tema de los atropellos. También colaboramos con los grupos de preparación al parto en los centros de salud, impartiendo formación sobre los sistemas de seguridad y retención infantiles, y también nos dirigimos a personas con necesidades especiales, yendo a a Gureak o a Goienetxe. Con todo esto, y con la sensibilización de la gente, que cada vez es mayor, se está consiguiendo reducir los índices de accidentes y su gravedad. Pero se trata de un trabajo que deber ser constante, porque la gente se puede relajar o despistar a veces. Por eso, entre nuestros próximos objetivos, está el extender la formación de movilidad segura a los estudiantes de Secundaria. Esperamos poder empezar a lo largo de este mismo curso
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