Xabier Irigoien: «Uhinak tiene que ser transfronterizo porque el cambio climático no entiende de fronteras»
Director científico de Azti, centro investigador que, junto a Ficoba, organiza el congreso que se celebra entre martes y miércoles
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
La meteorología está marcando nuevos récords cada año. Febrero de 2015 batió cualquier marca anterior en precipitaciones desde que en 1928 se empezaron a medir en Igeldo. Este año, el mismo mes estableció un nuevo récord en la estación meteorológica donostiarra y también en las de Hondarribia y Loiu. Llegó el verano y el de 2016 se convirtió en el mes de julio más caluroso de la historia a nivel mundial. La temperatura del planeta aumenta año tras año y el nivel del mar se mide para comprobar cómo se eleva, imparable, de momento a ritmo milimétrico. Son sólo algunos ejemplos de que el cambio climático es un hecho.
«Hay muchos congresos en el mundo que tratan este tema», admite Xabier Irigoien, director científico de Azti, centro tecnológico especializado en investigación marina que comparte con Ficoba la organización de Uhinak, el congreso sobre cambio climático y litoral que el martes y el miércoles celebra su segunda edición en el ferial irundarra. «La diferencia es que mientras otros hablan desde una perspectiva global, aquí tratamos de los efectos en el ámbito local. Otros congresos tienden a buscar los impactos a escala planetaria, que tienen una mayor repercusión en los medios, pero suele faltar que se hable de los efectos que eso que va a ocurrir va a tener en nuestra vida, en nuestro día a día. En Uhinak no queremos hablar de qué es lo que va a pasar en los océanos del mundo, sino de las consecuencias para la ría de Amute».
Para hacerlo, el congreso se apoyará en una treintena de intervenciones con una amplia diversidad temática. Diez de los ponentes vienen invitados por la organización «y si los hemos invitado será por algo. Es gente muy buena, de primer nivel». El resto son conferencias seleccionadas entre las propuestas que Uhinak recibió tras realizar una convocatoria abierta.
«Si tengo que destacar algunas de ellas, mencionaría sin duda la de Jean Dachary-Bernard, del Irstea», Instituto Nacional Francés de Investigación para el Medioambiente y la Agricultura. «Su charla se titula 'Should I stay or should I go?' y, aparte de apreciar el título como fan de los Clash, es interesante porque refleja las decisiones individuales que vamos a tener que tomar en el futuro sobre dónde queremos vivir: esa casa tan estupenda en primera línea de playa puede que en el futuro tenga problemas de humedades o de otro tipo que debemos considerar». Irigoyen menciona otras intervenciones como la de Ernesto Villarino (Azti) o la de Ander López (Basque Centre for Climate Change) que tratarán, respectivamente, la evolución prevista en el Golfo de Bizkaia para el zooplancton y el fitoplancton, cuestiones determinantes para saber cómo evolucionará la vida marina de nuestro entorno. «Por último, me parece muy interesante la aportación de Mertxe Urteaga, la directora del Museo Oiasso, sobre cómo el cambio climático afectó a las sociedades del pasado. Es interesante aprender cómo les afectaron los cambios climáticos y darse cuenta de que, aunque tengamos una tecnología que nos facilite las cosas, tenemos que darnos cuenta de que también nosotros tendremos que adaptarnos».
Hay mucho por hacer
Distribuir las intervenciones entre ponentes invitados y ponentes seleccionados ha hecho que Uhinak «tenga un formato más parecido al de los congresos científicos, con mayor variedad de temas», opina Irigoien. Esa diversidad de disciplinas hará que, «aunque esto no es un congreso de divulgación, las intervenciones tengan un nivel técnico más asequible porque se va a reunir una comunidad científica muy amplia que viene de campos muy diferentes y tendremos que usar un lenguaje común, comprensible para todos».
También habrá variedad geográfica en el origen de ponentes y asistentes. Casi la mitad de las conferencias las darán expertos franceses y decenas de empresas e instituciones del país vecino estarán entre el público. Uhinak lo viene proclamando desde que sólo era un proyecto e Irigoien incide en la misma idea. «Tenemos que trabajar de manera coordinada entre diversos campos de investigación y, sobre todo, con nuestros vecinos. El cambio climático no entiende de fronteras así que si de verdad queremos ser eficaces ante lo que viene, nosotros también tenemos que actuar por encima de ellas». Según Irigoien, a la hora de plantear cómo nos adaptamos localmente a los efectos del cambio climático «necesitamos saber qué medidas están tomando al lado; no es posible que seamos eficaces si no trabajamos coordinados. Al contrario, si colaboramos, desde los investigadores hasta los gestores de las administraciones y lo hacemos juntos a los dos lados de la frontera, podremos adoptar medidas más adecuadas. Contar con un congreso como Uhinak nos permite esa colaboración».
La clave de su discurso es que esa adaptación es lo único que nos queda frente al cambio climático. Parece ser que el último tren en otra dirección pasó hace ya mucho tiempo, cuando la mayor parte ni siquiera era consciente del riesgo existente. «Lo que sí está en nuestra mano todavía es evitar que sea aún peor. Desde el ciudadano hasta el gobernante, algo que todos podemos hacer es contribuir en la medida de las capacidades de cada uno a reducir las emisiones que provocan el calentamiento. Estamos ante un cambio climático inevitable, pero podemos evitar que sea aún más fuerte».
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