Alda y María del Juncal Blanco, hijas de Carlos Blanco Aguinaga, visitan el renovado Centro Cultural CBA
Durante la entrevista en Hoy por Hoy Irun ambas recordaron con cariño la figura de su padre, al que definieron como “modesto, comprometido, y profundamente humano”

El Centro Cultural Carlos Blanco Aguinaga (CBA) vivió este martes una jornada muy especial con la visita de Alda y María del Juncal Blanco Agurdio, hijas del reconocido escritor y crítico literario irunes Carlos Blanco Aguinaga. Acompañadas por la alcaldesa Cristina Laborda y la primera teniente de alcalde, Nuria Alzaga, recorrieron las instalaciones recientemente ampliadas del centro que lleva el nombre de su padre.
Alda, doctora en literatura y profesora emérita de la Universidad de Wisconsin, y María del Juncal, abogada especializada en derechos humanos, residen en Estados Unidos, pero mantienen un fuerte vínculo emocional y familiar con Irun. “Siempre llevamos Irun no solo en el corazón, sino también en la vida”, han asegurado emocionadas en su paso por Radio Irun.
Durante la entrevista ambas recordaron con cariño la figura de su padre, al que definieron como “modesto, comprometido, y profundamente humano”. Carlos Blanco Aguinaga, nacido en Irun en 1926 y exiliado tras la Guerra Civil, fue un referente de la crítica literaria en español, autor de obras fundamentales como Historia Social de la Literatura Española o El Unamuno Contemplativo. En sus últimos años también cultivó la narrativa, dejando una importante producción de novelas y memorias, entre ellas Ojos de papel volando y De mal asiento.
Las hijas del escritor se mostraron especialmente conmovidas al conocer la nueva etapa del CBA, ahora también concebido como un espacio de creatividad y participación ciudadana. “Es más que un centro cultural. Es un lugar donde la gente crea, participa, se expresa. Eso a nuestro padre le habría encantado”, han afirmado las dos hermanas.
Además, compartieron anécdotas personales que reflejan la estrecha relación familiar y el legado intelectual de su padre. Desde pasar los veranos en México hasta historias literarias en Madrid, pasando por travesías familiares hasta el Irun de los años 60, las hermanas mostraron que la memoria de su padre sigue muy viva tanto en su trayectoria profesional como en su vida cotidiana.
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