Noticia publicada en Diario Vasco,el jueves día 6 de Mayo de 2021.
«La Brigada Municipal de Mantenimiento no tira nada que se pueda reparar»
La delegada de Vía Pública, Mónica Martínez, visitó el pabellón de este servicio al que, por la pandemia, llegaron menos avisos en 2020
El Servicio de Mantenimiento de Vía Pública cuenta en la industrialdea de Gabiria con lo que se podría denominar como un taller de rejuvenecimiento urbano. Es un pabellón para acopio de materiales en el que, además, cantidad de elementos de las calles irundarras (farolas, postes, barandillas, juegos infantiles, señales...) se someten a procesos de recuperación para combatir el paso del tiempo, los efectos meteorológicos, el desgaste por el uso o los daños por cualquier causa.
El trabajo de la brigada acumula infinidad de pequeñas actuaciones que «en su conjunto, tienen un impacto muy importante en el día a día de la ciudad y de los iruneses», aseguraba la delegada de Vía Pública, Mónica Martínez. 21 operarios, con un encargado, Andoni Cortés, al frente, componen este equipo de trabajo responsable de la pavimentación, la señalización y el mobiliario urbano. Muchas veces se le ve actuar en las calles, pero gran parte del trabajo se realiza en los talleres del pabellón de Ventas. Los bancos sirven de buen ejemplo de esa labor. «Los traemos así», decía Cortés, exhibiendo un tablón de madera sucio, con la pintura gastada y muy agrietado por efecto del calor y la lluvia. «Parece que esté para tirar pero la madera es muy buena. Hacemos un cepillado de dos milímetros por cada cara, se barniza y quedan así», decía señalando un banco aparentemente nuevo. «No, no es nuevo. Está recuperado. Es el modelo que podemos encontrar en la zona del Pinar. Tratando los tablones y la estructura metálica quedan como si estuvieran recién comprados».
Efectivamente, además de carpintería, hay taller de herrería, señales, pintura, albañilería... con un equipo especializado en cada área para dar nueva vida a los diversos elementos de la vía pública cuando no están en condiciones de seguir en la calle. «Cuando una farola o un poste tiene un golpe, se repara y se deja como nueva. También los juegos infantiles, que se desgastan mucho». No se tira nada que se pueda recuperar.
Para el mantenimiento de la vía pública, Irun cuenta con 21 operarios y un encargado, más 750.000 euros en bienes y contratas
Pero en este espacio de la brigada no sólo se rehabilita, también se fabrican cosas. Por ejemplo, «barandillas como la que recientemente se ha colocado en la avenida Elizatxo separando acera de calzada», apuntaba Martínez. «Es un trabajo artesanal y tenemos gente realmente buena», reivindicaba la directora del área de Obras, Ana Baena.
Avisos ciudadanos y más
Uno de los mejores aliados con los que cuenta la brigada es la propia ciudadanía. Mónica Martínez explicaba que «la brigada organiza su trabajo con la información que obtiene de su propia inspección, pero también de los avisos que llegan a través de los canales del Ayuntamiento de Irun (SAC, 010, web, AA VV...)». «Y también es donde acaban las ocurrencias de todo el área de Obras: 'aquí falta esto, vendría bien lo otro...' Y se lo acabamos pidiendo todos a la brigada», añadía Baena.
Sólo de avisos ciudadanos, la brigada realizó el pasado 2020 2.850 actuaciones, un 23% menos que en 2019 por efecto de la pandemia. Eso permitió más actuaciones de iniciativa propia o en respuesta a las áreas municipales. Algunas actuaciones (pintura vial o de mobiliario, bacheo o sustitución de suelos de seguridad de parque infantiles) se complementan siempre con campañas que se contratan externamente y entre el coste de esas contrataciones y los elementos que se adquieren para la brigada, el presupuesto anual se eleva a los 730.000 euros.
Las cadenas de calle Juncal
El almacén de la brigada tiene también su parte de curiosidades. Hay elementos en fabricación que pronto se verán en las calles y otros antiguos (algunas de las cadenas de la calle Juncal, por ejemplo), reservados con la idea de que puedan volver a tener uso. Otros elementos carecen de ese romanticismo, pero tienen su vertiente destacable. Hay un modelo de guardacantones flexible que se hizo «expresamente para Irun por una empresa catalana. Antes usábamos otros, pero estos son mejores. Los tenemos por toda la ciudad. En calle Legia, por ejemplo, y en la calle Santa Elena. Se usan para delimitar vados, plazas de discapacitados... Los queríamos más largos, e hicieron el molde para Irun», recordaba Cortés.
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