viernes, 30 de abril de 2021

Óscar Valencia: «Nunca seré rico, pero tengo una vida llena de aventuras y de viajes»

Noticia publicada en Diario Vasco,el viernes día 30 de Abril de 2021.

Óscar Valencia: «Nunca seré rico, pero tengo una vida llena de aventuras y de viajes»

Surfista, realizador de vídeo, fotógrafo y aventurero, así podría definirse este irundarra que capta olas mágicas

Óscar en Irun, en la tienda Frontera Surf de la calle Aduana, donde expone algunas de sus fotografías de olas salvajes e increíbles. / F. DE LA HERA
Óscar en Irun, en la tienda Frontera Surf de la calle Aduana, donde expone algunas de sus fotografías de olas salvajes e increíbles. / F. DE LA HERA
YLENIA BENITO

Teahupoo es el nombre de la ola más peligrosa del mundo. La más salvaje. Es, por supuesto, una ola grande y potente, que rompe con gran virulencia sobre una barrera de coral muy afilada y poco profunda. Todo un espectáculo. Una erupción mágica, pero real. Es una ola que pone a prueba la cordura, la valentía y la técnica de los mejores surfistas. Solo unos pocos se atreven con esta ola que lleva el nombre de un sanguinario rey de Tahití porque sí, la Teahupoo está en Tahití. Y allí, cerca de ese precioso, pero peligroso arrecife, ha estado un irundarra. Allí, cerca de la Teahupoo, la ola más peligrosa del mundo, ha estado Óscar Valencia. No ha estado solo, pero la compañía no es la que imaginas. Óscar es surfista y se atreve con las olas más salvajes del mundo, pero se enfrenta a ellas con su cámara en las manos. Este irundarra es capaz de captar toda la belleza de ese mar embravecido, toda la valentía de los surfistas y toda la fuerza de un recuerdo inolvidable. Y es que, ¿quién puede decir que haya estado cerca de Teahupoo? Óscar sí y tiene pruebas y recuerdos en forma de vídeos y fotos.

–Tener la Teahupoo cerca y poder revivirlo una y otra vez...

–(Risas) Es increíble, ¿verdad? Siempre digo que no voy a ser rico, ni voy a tener una casa grande, pero tengo una vida llena de aventuras y viajes.

–Y de recuerdos.

–Eso es. Tengo la oportunidad de vivir la aventura y, además, llevarme un recuerdo en forma de vídeo y alguna foto. Pero también te diré que he pasado momentos muy peligrosos...

–Ahí está la aventura. Cuenta, cuenta.

–Cuando fui a Tahití para fotografiar la Teahupoo, llegué allí después de muchísimas horas de vuelo. No pude apenas descansar y para cuando me di cuenta ya me habían dejado en medio de la ola. En el mar. La miré y te prometo que sentí taquicardia. En mi cabeza llevaba esa foto mucho tiempo, pero luego estás ahí, ves la enorme marejada y solo sientes nervios. Yo creo que vi pasar mi vida como en una película. Es la ola más peligrosa del mundo, no es ninguna tontería.

–Y la foto la sacaste a los pies de esa ola, en el mar. ¿Por qué tanto riesgo?

–Estar en el agua siempre es peligroso, pero también siempre sale algo. Algo mucho más mágico. Yo siempre grabo desde el mar y las fotos también las tiro ahí.

«Con un ojo miro la cámara y con el otro, además de la ola, tengo cuidado con lo que hay alrededor» EXPERIENCIA

«Mi paga me la gastaba en comprar vídeos de surf, desde pequeño he visto muchísimos vídeos» INICIOS

–Pero es mucho más difícil, ¿no?

–Sí, pero ser surfista me ayuda. De otra manera no podría hacerlo. Yo he pasado muchas horas encima de la tabla, puedo estar en el agua y leer las olas o saber qué va a hacer el surfista. Con un ojo miro la cámara y con el otro tengo cuidado con todo lo que hay alrededor.

–Y qué fue primero, ¿el surfista, el aventurero o el realizador de vídeos?

–(Risas) Pues yo creo que llegué al surf a través de los vídeos, así que...

–¿Cómo?

–De pequeño, con unos 10 años, me regalaron una cámara analógica. Yo no tenía ni idea, pero iba por Irun sacando fotos y tirando carretes. Me encantaba, pero lo que realmente me gustaba era el fútbol. Era portero del Real Unión y me encantaba, pero un verano me entró el gusanillo del surf. Con unos amigos empecé a ir a Hendaya. Recuerdo que, a pesar de no tener mucho tiempo libre, en el 93 o 94 mis padres me compraron mi primer traje y mi primera tabla en la única tienda que había en Irun.

–¿Y dejaste el fútbol?

–No, ese era el problema. Como por los entrenamientos no tenía mucho tiempo de ir a surfear, empecé a ver muchísimos vídeos de surf. Lo hacía para aprender y porque me encantaba. De verdad te digo que seré de las personas que más vídeos de surf ha visto en el mundo. Mi paga me la gastaba en comprar vídeos de surf. En casa solo veía vídeos de surf. Así todos los días. Llevo 25 años viendo surf y aprendiendo de esos vídeos.

–¿Cuándo se convierte en algo profesional?

–Con el snowboard.

–¿Cambiaste el mar por la nieve?

–Un tiempo, sí. Hará como unos diez años, empecé a ir a hacer snowboard con unos amigos. Éramos un grupo de unos pocos de Irun y de Hondarribia, y luego gente de Andorra, Málaga y más lugares. Empezamos a grabarnos, conseguimos algún sponsor que nos pagaba y así comencé a hacer los vídeos más profesionales. Después de cinco años viajando, me vine a Irun y retomé el surf.

–¿Vuelves al agua?

–Sí. En los días en los que sé que yo no tengo nivel como surfista, empiezo a grabar mis propios clips desde el agua. Así es como empecé a viajar a Indonesia, Tahití o Canarias para grabar y tirar alguna foto.

–¿También hay olas peligrosas por aquí?

–¡Claro! El Quemao es la ola más peligrosa de Europa y está en Lanzarote. El norte también es peligroso. Hossegor, por ejemplo, lo es. Pero es verdad que en Indonesia la luz es otra, hay otra magia.

–Y tú la sabes captar...

–Estoy contento. Creo que mi estilo le llega a la gente y eso es importante. Al final, he sido autodidacta y esto es algo que no he planeado. La vida me ha traído hasta aquí. Me encanta lo que hago y estoy haciendo eso que veía de pequeño y que tanto me gustaba.

–Después de Teahupoo, ¿qué?

–Ahora estoy deseando poder viajar. Quiero ir a Hawaii y a México. Para ver alguna ola salvaje, podéis venir a Frontera Surf a ver la exposición en la que participo. Y espero, antes del verano, que podáis ver un proyecto que tengo entre manos con el surfista Aritz Aramburu. Así que la aventura sigue.

No hay comentarios: