IRUN
La convivencia entre las dos y las cuatro ruedas
Ayer se impartió un cursillo de circulación segura en bicicleta por espacios urbanos. Distinas asociaciones de la ciudad inciden en la necesidad de que la normativa de limitación de velocidad se haga cumplir
23.09.12 - 02:51 -
La bicicleta fue la protagonista de varias iniciativas celebradas ayer en Irun con motivo de la Semana de la Movilidad Europea. Por la mañana, el Ayuntamiento organizó un curso de circulación segura en bicicleta, que impartió Atizza S.L., empresa especializada en asesoría y formación sobre movilidad.
Nueve personas participaron en la sesión que tuvo como punto de inicio del bidegorri de Santiago. Según explicó Esteban García, instructor del curso, el objetivo consistía en dotar a los participantes «de conceptos y herramientas que les permitan circular con naturalidad en bicicleta» por entornos urbanos. A lo largo de las dos horas que duró la sesión, se realizaron ejercicios dirigidos a «en primer lugar, aprender a cumplir las normas de tráfico y a colaborar con los conductores, haciendo las cosas de modo que sean fáciles tanto para unos como para otros».
Entre otros ejercicios, los participantes practicaron posicionamientos, cruces, incorporaciones o el modo de circular correctamente por una rotonda. Esta última actividad «ha sido quizá la más difícil», comentaba Esteban García. «La rotonda está hecha para clarificar las cosas, pero se han convertido en una especie de 'autopistas urbanas'. Sobre todo los ciclistas novatos tienen la tendencia de circular pegados al borde externo de la rotonda. Por eso, hemos estado practicando cómo hacerlo correctamente, adentrándonos más», concretó el instructor del curso. El objetivo, según señaló, «es que los coches te vean y sepan, de forma natural, cuál va a ser tu próximo movimiento».
Y es que una buena convivencia entre coches y bicicletas en un mismo vial «tiene mucho de respeto y mucho de comunicación. A menudo, los accidentes o problemas en el tráfico entre automovilistas y ciclistas provienen de la ignorancia, por ambas partes, y de fallos de comunicación». Para ello, una correcta señalización y posicionamiento «son fundamentales», subrayó Esteban García.
Los participantes concluyeron el curso con buen sabor de boca, y más de uno perdió cierto miedo o inseguridad a la hora de circular por la carretera. «Hay que convertir el miedo en respeto», concluía el instructor del curso.
Ya por la tarde, las actividades en torno a la movilidad se trasladaron a la plaza del Ensanche. El Club Ciclista Irunés instaló un taller en el que ofrecieron a los ciudadanos nociones básicas sobre el mantenimiento de bicicletas y la realización de pequeños ajustes en las mismas.
Mientras tanto, y también en la plaza del Ensanche, se celebró un certamen de pintura dirigido a los niños entre 4 y 12 años. Con la movilidad como tema principal de sus obras, los txikis trabajaron a conciencia en sus dibujos y todos obtuvieron regalos al término del concurso.
'Camino escolar' entre semana
Además de las actividades que se han celebrado hoy y las que tendrán lugar mañana domingo, durante la última semana también se ha incidido en la movilidad urbana, a través de la iniciativa 'Camino escolar'.
Desde el pasado lunes y hasta ayer viernes, más de un centenar de escolares iruneses han participado en este programa. Se trata de una iniciativa a través de la que los niños quedan en un punto de encuentro, y por itinerarios planificados van andando en grupo hasta el colegio. Seis centros de la ciudad han participado en esta actividad: Eguzkitza, Leka Enea, San Vicente de Paul, La Salle, Elatzeta y El Pilar.
El objetivo que busca el 'Camino escolar', según explicaron los delegados de Medio Ambiente y Movilidad, Miguel Ángel Páez y Cristina Laborda, consiste en desarrollar la autonomía, responsabilidad y socialización de los jóvenes; convertirse en peatones con experiencia y por ello más seguros, así como mejorar su estado físico y rendimiento escolar.
Para ello, se crearon diferentes grupos teniendo en cuenta el curso en el que se encuentren los chavales: así, los escolares de 1º a 3º de Primaria han ido acompañados por un adulto, mientras que los alumnos de 4º a 6º realizaron el camino de forma autónoma. Todos ellos cubrían un trazado que en ningún caso superaba los 20 minutos de trayecto, atravesando diversas paradas en las que se van incorporando niños al grupo. Cada uno de estos puntos contaba con un cartel informativo.
Esta iniciativa concluyó el viernes, si bien algunos de estos colegios no descartan implementar esta actividad a lo largo del presente curso.
«La limitación de velocidad en el centro ha venido bien, principalmente para los peatones. Otra cosa es el tema de las bicicletas: siguen circulando por las aceras más de lo necesario. Hay gente que se ha concienciado, pero otros que no. Y aunque se lo reproches o les digas que no pueden ir por la acera en bici, les da igual y siguen paseando. Particularmente para las personas mayores o para quienes llevan sillas de niños, esto es muy problemático. Creo que hay un poco de dejadez por parte del Ayuntamiento: he visto ciclistas ir por la acera, pasar frente a policías municipales, y que ellos no les digan nada. Yo no creo que sea necesario multar, pero por lo menos sí decirles que eso está prohibido, o que circulen lo menos posible por la acera. Otra cosa es, por ejemplo, el caso de un niño pequeño que va en triciclo: eso no nos preocupa lo más mínimo, pero hay adultos que circulan en bicicleta a velocidades inadecuadas, y ahí está el problema».
«Al principio, en Kalapié nos pareció correcta la medida de limitar la velocidad en el paseo Colón a 30 km/hora. Ya que no se quieren poner los bidegorris, la medida alternativa era ésta. El problema es que la gente no circula a 30 y no se respeta al ciclista. A mi hija, bajando la calle Hondarribia, le pasó por al lado un autobús a toda velocidad y se cayó al suelo. En mi caso, yendo con mi marido en el tándem teníamos otro autobús detrás que no paraba de pitar. Se deberían poner multas para que la gente se conciencie en torno a que la bicicleta es importante en la carretera, y el coche no es tan importante en una ciudad pequeña como Irun. Mientras no se multe, la gente no va a respetar las normas. Nuestra lucha es ésa: que si se ha tomado la decisión de limitar la velocidad, se haga cumplir. Sigue habiendo miedo de moverse en bici por la ciudad: es el comentario principal que nos llega a Kalapié por parte de los ciclistas urbanos».
JUANJO GARAGARZA Y JAVIER URANGA, CLUB CICLISTA IRUNÉS
«Hay que concienciarse para poder convivir»
23.09.12 - 02:40 -
«Lo lógico es que por las aceras circulen peatones, no bicicletas. En ciudades grandes como Vitoria es posible que haya bidegorris, pero en Irun no hay tanto espacio. Por lo tanto los ciclistas tenemos que convivir con los coches, pero lo que no puede ser es que el grande se coma al pequeño: los coches deben dejar 1,5 metros de separación y circular a velocidad reducida al adelantar a un ciclista. Pero normalmente, los conductores no cumplimos esta norma. Hay que concienciarse y respetar a los demás, es la única manera de convivir. Nos tenemos que poner en el lugar del otro, pero hay mucha falta de consideración. 30 kilómetros por hora es una velocidad buena y razonable para circular por el paseo Colón. Creemos que las multas no tienen por qué ser sólo para recaudar; de hecho son necesarias porque parece que si no se sanciona, las normas no se respetan».
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