Noticia publicada en Diario Vasco,el viernes día 7 de Mayo de 2021.
Diez años a 30 por hora han reducido los accidentes en Irun casi a la mitad
El delegado de Movilidad, Borja Olazabal, señala esta medida como un factor beneficioso para «la reducción de emisiones de CO2, que ha descendido más de un 20% en la ciudad»
El próximo 11 de mayo entra en vigor la obligatoriedad de limitar a 30 kilómetros por hora la velocidad de los vehículos en vías urbanas de un único carril por sentido de circulación (20 cuando acera y calzada estén en una plataforma única). Mientras muchas ciudades están completando su adaptación para llegar a la fecha, Irun «puede sentirse orgullosa de llevar 10 años» en esta dinámica, como ha recordado el delegado de Movilidad, Borja Olazabal. En 2011 se adoptaron las primeras restricciones de velocidad en algunas de las principales arterias del centro de la ciudad; menos de dos años después, la limitación se extendió a prácticamente toda la urbe. «Los resultados han demostrado que es una iniciativa que funciona: con el calmado del tráfico ganamos en seguridad, facilitamos la coexistencia con otros medios como la bicicleta y, junto con otras medidas como el autobús eléctrico, contribuimos a una mayor protección del medio ambiente al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero».
En estos años, los accidentes de tráfico urbano se han reducido casi a la mitad. «Hasta 2011, la media anual era de más de 400. En 2019, la siniestralidad se quedó en 221», ha aportado Olazabal, que ha preferido obviar los datos de 2020, 151 accidentes, «porque ningún dato de un año tan raro nos puede servir de referencia».
En la actualidad, el 85% de los vehículos que circulan en Irun lo hacen a una velocidad media de 30 kilómetros por hora (32, concretamente), una significativa mejora respecto a los primeros meses tras implantar el Irun 30 cuando, entre 2013 y 2015, la velocidad media era de 43 por hora. «Esto tiene también un impacto en la reducción de emisiones de CO2 que sin duda ha ayudado a que Irun haya cumplido sus objetivos de reducir el 20% de esas emisiones».
La decisión de implantar el 30 como límite para la práctica totalidad del municipio fue una de las consecuencias más relevantes del Plan de Movilidad Urbana Sostenible que desarrolló el Ayuntamiento. A partir de la semana que viene comienzan las reuniones para confeccionar una segunda versión de este documento, adaptada a la realidad actual y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. «El Irun 30 es un buen punto de partida para seguir fomentando una movilidad sostenible con las herramientas que nos dará el nuevo PMUS», ha afirmado Olazabal.
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