Noticia publicada en Diario Vasco,el jueves día 24 de Marzo de 2022.
«Las representaciones de ópera son un patrimonio que Irun debe conservar»
Mañana presenta en la sala de conferencias del Amaia el libro 'Zarzuela y Ópera en los Teatros de Irun (1880-2020)'Pedro Ballaz Ingeniero industrial jubilado
Llegó a Irun siendo un niño, recién estrenada la década de los 60, procedente de Yesa, el pueblo navarro que da nombre al embalse. Ingeniero industrial, ahora jubilado, ha entregado muchas horas al deporte y la cultura de la ciudad, a través del Bidasoa de natación y de la Asociación Lírica Luis Mariano, de cuyas juntas directivas formó parte. La curiosidad le ha llevado a investigar distintas facetas de la historia irundarra, que ha querido compartir. En 2019, publicó 'Cañones de artillería en el Alarde tradicional de San Marcial' y mañana (19.00h) presenta en el Amaia 'La Zarzuela y la Ópera en los Teatros de Irun (1880-2020)', un viaje de siglo y medio por la actividad lírico-escénica de la ciudad, con sus teatros, sus cantantes y sus anécdotas y curiosidades.
–¿Desde cuándo recuerda su afición por la música?
–Siempre me ha gustado la música sinfónica, pero durante muchos años no tuve la oportunidad de presenciar representaciones de lírica escénica en directo. Yo vengo de un pueblo pequeño y cuando llegué Irun, las representaciones de zarzuela ya estaban un poco en decadencia. Fue a raíz de la creación de la Asociación Lírica Luis Mariano, cuando pude ver zarzuela y ópera en directo.
–Su afición no sólo creció entonces, sino que se implicó hasta el punto de formar parte de la junta directiva de la asociación.
–Sí, me incorporé en el año 2007, y estuve hasta 2014. Tuve la oportunidad de conocer más de cerca los entresijos de la ópera y cuanto más la iba conciendo, más me iba enganchando.
–¿De ahí partió su interés por conocer la historia de la lírica escénica en Irun?
–Me entró curiosidad por saber qué se había hecho antes, porque yo había oído a los mayores decir que en Irun había habido mucha afición a la zarzuela. No había visto nada escrito específicamente sobre este tema. Empecé a interesarme movido por mi propia curiosidad, sin saber qué material iba a encontrar y aquello acabó en un libro.
–¿A qué fuentes acudió?
–Fundamentalmente, al Archivo de Irun, donde me ayudaron mucho y a la hemeroteca del propio archivo y luego, a personas cercanas a ese mundo.
–En el Archivo encontró la primera representación de zarzuela documentada en Irun.
–Es del año 1880, porque en ese año se inauguró el primer teatro, que fue el Salón Teatro. Anteriormente, no es que no hubiera representaciones, pero no había un lugar específico para ello. A partir de 1880 se puede constatar la gran afición que existía a la zarzuela, porque el número de representaciones fue impresionante en el siglo XIX. Ya en el siglo XX, en 1910 se construye el Principal, que se convierte en el teatro de cabecera para las representaciones lírico-escénicas y en 1914 aparece el Bellas Artes, que también recoge ese testigo.
–¿Se representaba sólo zarzuela o también ópera?
–Principalmente zarzuela, porque la ópera requiere más medios, pero ya en 1890, he constatado que la Compañía de Ópera Italiana programó en Irun óperas de Donizetti y Verdi.
–¿Cuándo comienzan a decaer las representaciones?
–A partir de1930, el cine sonoro va restando público poco a poco a las representaciones lírico-escénicas, aunque en Irun se mantienen prácticamente hasta el año 1973. Aquí hay que citar a José María Navarro Elícegui, que estuvo al frente del Teatro Principal y fue un gran amante e impulsor de la zarzuela.
–Tres décadas después, la asociación Luis Mariano recupera algo que parecía imposible.
–Resucita la zarzuela y, lo más importante, acerca la ópera al público irunés. Con muchas dificultades, pero con mucha imaginación y trabajo ha ido haciendo las cosas francamente bien. Es muy meritorio. Cuando uno ve una representación de ópera, no es fácil entender todo lo que hay detrás. Es un patrimonio que Irun debe intentar mantener y conservar, porque hace cultura, la proyecta y proyecta la ciudad. En Gipuzkoa no hay otro programa de ópera que se mantenga estable a lo largo de los años.
–Además de ofrecer un recorrido por la historia de la ópera y la zarzuela en la ciudad, su libro incluye un catálogo de artistas líricos iruneses.
–Son todos artistas que han participado en escena. He encontrado cosas curiosas, como el primer tenor irunés documentado en el siglo XIX, que fue Pedro Uría. En Irun fue tamborilero y tenor segundo en la Capilla de Música de Santa María del Juncal. Decidió probar suerte en el mundo de la ópera y se fue a Italia, donde estuvo actuando. También está Antonio González Mazquiarán, un tenor que empezó en el coro de Pasionistas. En 1963 dejó Irun, se fue a Italia y allí desarrolló toda su carrera profesional. Ahora tiene 93 años y vive en Florencia. Tuve una conversación telefónica con él y me hizo mucha ilusión. Luego están los jóvenes valores, como los cantantes Angel y José Antonio Pazos, Iker Casares, Leticia Vergara, Juncal Biurrarena y María Martín, los directores José Antonio Irastorza e Iker Sánchez, el compositor y director, José María Franco Bordons y por supuesto, Luis Mariano.
–También recoge en el libro algunas anécdotas y curiosidades.
–Sí, como la polémica que se creó con la representación de 'La corte de faraón'. Las clases más conservadoras consideraron que aquello era una revista de un descoque terrible. Hubo debate en la Prensa local, con artículos enfrentados, según el color de los periódicos, que están recogidos en el libro.
–Y no ha faltado el recuerdo a impulsores de la ópera y amigos que ya no están.
–He incluido una semblanza en memoria de tres personas muy vinculadas a la lírica: José Luis Barrio, José Luis Azkue y Fernando Etxepare Díaz. Quería rendirles un pequeño homenaje.
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