Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 20 de Marzo de 2022.
Un centenario de educación, solidaridad y valores
San Vicente de Paúl Ikastetxea. La congregación de las Hijas de la Caridad celebra sus cien años en Irun, donde mantiene muy viva la actividad docente
Seguro que cuando la congregación de las Hijas de la Caridad se afincó en Irun hace 100 años no pensaba que en 2022 una comunidad educativa de más de un millar de personas y otras tantísimas más que han formado parte de ella iban a celebrar el centenario de su llegada.
La llegada de la congregación tuvo motivos de intendencia. Situada en el camino hacia la casa central de estas religiosas, en París, Irun parecía un lugar perfecto en el que establecer una casa para recibir a las viajeras y que descansaran. A comienzos de 1921 abrieron su 'casita' y el 21 de marzo de ese año, ya inauguraban una escuela con el nombre de Asilo María Luisa. Por esa razón, mañana, a las 17.15 horas y con un decalaje de un año al que la pandemia ya nos tiene acostumbrados, el salón de actos de San Vicente de Paúl Ikastetxea, descendiente directo de aquella iniciativa académica, acoje el acto conmemorativo de un centenario muy especial.
Dentro de todas las actividades que a lo largo del último siglo las Hijas de la Caridad han realizado en Irun, la de la docencia fue la primera. Antes incluso que la sanitaria, con la que también están muy significadas. No es para menos, porque en 1924 se les requirió que se hicieran cargo del dispensario de la Cruz Roja que existía en la ciudad. Así lo hicieron y aunque durante la Guerra Civil se usara como hospital de sangre, tras la misma recuperaron su gestión y en ningún momento dejaron de atender a quien lo necesitara, incluso en el puesto de urgencia que se les confío en el Puente Internacional en los momentos más duros.
'La Casita de Irun' de las hermanas fue ganando relevancia en la ciudad y en la congregación. En los años 40 empezaba a quedarse pequeña para tanta alumna como había, así que se acometió una importante ampliación que permitió, además, iniciar un servicio de internado para chicas becadas de 6 a 18 años. Unas 40 al principio, más de un centenar justo antes de que en 1980 se reestructurara el sistema y desaparecieran las becas.
El colegio siguió creciendo, también el hospital de Cruz Roja, al que se le cedieron suelos para su nuevo edificio y hermanas enferemeras y doctoras para reforzar su personal. Hace 30 años se produjo la última gran reforma del centro educativo tras los percances por la construcción de nuevos edificios residenciales anexos.
Profundo arraigo en la ciudad
Son incontables las alumnas (y desde comienzos de los 80 también los alumnos) irundarras que se han formado en San Vicente de Paúl. «El centro se ha ido adaptando siempre a las circunstancias del momento», asegura Aitor Otxoa, presidente de la AMPA. Si en los 50 había que dar Bachiller Laboral, en los 80 tocó pasar a la Formación Profesional y a finales de esa década, hasta bien entrados los 90, al REM.
«Ahora, San Vicente de Paúl ofrece Educación Infantil, Primaria y Secundaria, desde el aula de 2 años hasta 4º de la ESO», señala Otxoa. «En los momentos en los que fue necesario, el colegio se amplió hacia algunos locales de los edificios cercanos y ha procurado siempre una educación de calidad a todos los alumnos y alumnas».
Desde que llegaron a Irun en 1921 las Hijas de la Caridad han realizado múltiples funciones, entre ellas, la docente
Desde la 'casita' inicial, el colegio fue creciendo y en los 40 ofreció parte de su parcela a Cruz Roja para construir su hospital
Destacan en su actividad diaria dos aspectos concretos. Por un lado, la alta tasa de profesorado de refuerzo y, por otro, que el alumnado lleva uniforme, una práctica muy poco habitual «que tiene defensores y detractores, pero a mí me parece que evita algunos problemas y minimiza las comparaciones entre los críos», destaca Otxoa.
El presidente de la AMPA comenta que San Vicente de Paúl «aporta mucho a la vida social de Irun. Aunque es verdad que es un centro que, como las propias Hijas de la Caridad, no busca protagonismo, que hace las cosas de la mejor manera posible y se queda siempre en un discreto segundo plano». Entre esas aportaciones seguramente la primera que acude a la mente de muchos irundarras es el grupo de Majorettes, que celebra este año medio siglo de actividad. Parte habitual de varios pasacalles irundarras en las últimas cinco décadas, esta singularidad que aporta el colegio San Vicente de Paúl ha participado varias veces en programas televisivos nacionales y ha sido testigo directo de momentos históricos. Otxoa señala, por ejemplo, que «en la mítica foto de Arconada e Iribar saliendo con la ikurriña al césped de Atotxa, a la izquierda se ve a las majorettes. En segundo plano, pero siempre ahí». El presidente de la AMPA reivindica también la comparsa carnavalera del colegio, «la que más tiempo lleva saliendo ininterrumpidamente en el desfile y que cumplirá 40 años muy pronto».
Más allá de lo festivo, Otxoa subraya el alto nivel educativo del centro porque aunque las religiosas ya no dan clase, «siguen muy de cerca la comunidad escolar y cuidan de que las cosas vayan bien». Ellas, desde ese discreto segundo plano sólo quieren añadir que esta larga y fructífera historia en Irun «nos impulsa, a toda la Compañía de la Hijas de la Caridad, a continuar construyendo cada día con ilusión y esperanza. Todos juntos queremos seguir adelante con nuestro proyecto educativo en la sociedad que nos toca vivir».
No hay comentarios:
Publicar un comentario