Noticia publicada en Diario Vasco,el martes día 15 de Marzo de 2022.
San Miguel Anaka se proyecta con un nuevo modelo de urbanización
Más verde. Sin ser en absoluto rupturista, el proyecto prevé parterres corridos, anchas aceras y pavimentos drenantes, entre otras características
Aprovechando los trabajos de derribo de la última vivienda fuera de ordenación del ámbito, el caserío Santa Bárbara, junto a la glorieta de Zubimusu, el Ayuntamiento presentó ayer el proyecto para la urbanización de San Miguel-Anaka.
Se trata de «la operación urbana más importante de Irun en los últimos 40 años», valoró el alcalde, José Antonio Santano. 138.000 m2 de superficie de actuación, 1.175 viviendas (el 75%, VPO), 20.000 m2 de zonas verdes y otros 20.000 de equipamientos públicos (un nuevo campo de fútbol y unas piscinas cubiertas de uso lúdico). Además, como remarcó el delegado de Urbanismo, Miguel Ángel Páez, la operación lleva una importante carga de construcción urbana «entre dos barrios vecinos, pero mal conectados». Con este desarrollo «y el futuro centro cívico en el edificio de Emigración, San Miguel ganará centralidad, mientras que Anaka se va a arrimar al centro».
20 millones más IVA, es decir, unos 25 millones, costará la urbanización del ámbito, al margen de la inversión que requerirán viviendas y equipamientos.
Otro modelo urbano
Mikel Gargallo, director del área de Urbanismo, explicó que ésta será una urbanización «diferente; muy verde, muy arbolada, muy sostenible. Un modelo para las actuaciones a partir de ahora». Como características descriptivas, Gargallo señaló «los pavimentos drenantes; los parterres corridos, que van a servir de ejes verdes en los distintos viales, como en la calle San Sebastián; las aceras anchas, que llegarán hasta los cinco metros en casi todos los puntos, y el arbolado». También apuntó la modificación de la sección de la avenida de Letxunborro para incorporar un carril bici de tres metros «separado por parterres» y que tendrá continuidad en la nueva calle San Sebastián.
Por esa calle comenzará la obra, transformando lo que ahora parece el final de la ciudad en un «bulevar arbolado, con aceras anchas. Será la nueva vía de entrada desde Hondarribia», anunció Santano. Costará cerca de siete millones de euros y el alcalde prevé que, toda vez que se resuelva y apruebe el último trámite urbanístico pendiente, el Proyecto de Reparcelación, Irunvi licite la obra «antes de que acabe el año», para que pueda empezar a principios de 2023. Santano señaló que, a la vez que la reurbanización de la calle Donostia, espera que comience la actuación del Gobierno Vasco en las parcelas de su propiedad, destinadas a alojar 440 viviendas de alquiler público.
La actuación urbanizadora de la calle San Sebastián se estima en esos siete millones, pero, remarcó Santano, la operación en su conjunto se irá hasta los «20 más IVA, aunque no todo a cargo del Ayuntamiento porque hay otros propietarios: Gobierno Vasco y privados». Entre estos destaca Sancheski. Los suelos de la empresa en la calle Anaka forman parte de la operación y Santano aprovechó para confirmar que la firma va a continuar en otro emplazamiento, «algo que se resolverá en ese Proyecto de Reparcelación».
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