Borja Olazabal (i) y Miguel Ángel Páez. / Ayuntamiento de Irun
El delegado de Movilidad, Borja Olazabal, y el delegado de Urbanismo, Miguel Ángel Páez, han dado cuenta este martes de las líneas de trabajo que se están ultimando en el Ayuntamiento de Irun y que permitirán próximamente dar nuevos pasos en materia de movilidad.
«La apuesta por la movilidad peatonal o ciclista es ahora más que nunca una prioridad. Las consecuencias que nos está dejando la pandemia hacen que espacios amplios para caminar o para andar en bici tengan más importancia si cabe. En ese aspecto, Irun está bien situada gracias a la apuesta que en movilidad sostenible el Ayuntamiento ha ido realizando con la peatonalización de calles, ampliación de aceras donde fuera posible, creando una red de bidegorris en expansión y siendo pioneros con el Irun 30 en su día y más recientemente con la electromovilidad», señalaba Borja Olazabal.
En ese sentido, el delegado ha recordado las medidas que se tomaron durante el Estado de Alarma, en el momento en el que se permitieron los paseos en franjas horarios y que los comercios comenzaban a recuperar actividad. Fueron aquellas decisiones que permitieron ampliar las zonas peatonales en puntos de fuerte densidad comercial en los que se podrían formar colas. Se habilitaron zonas de aparcamiento alternativas allí donde se eliminaban plazas de aparcamiento y hasta se cerraron algún carril de circulación para destinarlo a peatones y ciclistas.
Olazabal, quien destacaba que todas estas medidas se tomaron tras compartir la situación en la Mesa de Movilidad que reúne a grupos municipales y asociaciones, informaba que algunas de estas decisiones «no descartamos que puedan tener continuidad». Se refería al delegado, por ejemplo, al carril bici en la avda Letxunborro, entre la rotonda de Puiana y la rotonda junto a la carretera del Molino, donde durante el confinamiento se reservó un carril a la movilidad ciclista y peatonal, «y que fue muy utilizada por los vecinos».
La otra novedad está en la calle Javier Esteban Indart, donde se amplió la acera de uno de los lados de la calle, entre Basurko y Zubiaurre durante el Estado de Alarma y que, ante la buena respuesta de la medida, se plantea su peatonalización en ese tramo.
El nuevo PMUS, en marcha
«Lo que está claro es que, como en otras tantas cosas, la movilidad en ciudad ya no será la misma antes y después del Covid-19», señalaba por su parte Miguel Ángel Páez. «Al Ayuntamiento de Irun le llega además en un momento clave: en pleno arranque de nuestro nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), que tendrá que recoger todo lo que los efectos que en este terreno el coronavirus ha puesto sobre la mesa».
En ese sentido, Páez informaba de que el área de Urbanismo ha iniciado ya el procedimiento que permitirá redactar las bases del nuevo PMUS, que relevará al plan actual, con cerca de 10 años de vigencia. «Es el momento de poner las bases de lo que será la movilidad durante los próximos años, y lo queremos hacer como hasta ahora: desde el consenso y el diálogo. La ciudad tiene un foro de trabajo que ha sido ejemplo de toma de decisiones conjuntas, donde se ve hasta cada tramo de bidegorri, donde se llevan todas y cada una de las propuestas que son objeto de debate con su correspondiente explicación técnica».
Partiendo de los resultados del Plan de Movilidad vigente, se dibujan ya una serie de líneas de actuación precisas para adecuarse al escenario actual, donde la perspectiva de género y una movilidad cero emisiones y más saludable y segura será protagonista. Esas líneas pasan por seguir recuperando al peatón como protagonista del modelo de ciudad con aceras cómodas y agradables, reforzar los carriles bici y cubrir otras necesidades de los ciclistas (aparcabicis, alquileres, etc.); moderar el tráfico con el fin de reducir el uso indiscriminado del automóvil y promover el uso de un transporte público más sostenible que, entre otras cosas, utilice combustibles alternativos al petróleo.
El PMUS 2021-2025 deberá desarrollar una serie de tareas y trabajos, en diferentes fases y etapas, que permitan con carácter general definir una política de movilidad en la ciudad, proponiendo medidas correctoras para las deficiencias detectadas en cada uno de los escenarios analizados, así como una serie de propuestas encaminadas a lograr una ciudad más amable.
El delegado destacaba por último que «con el nuevo PMUS y la experiencia acumulada hasta ahora tenemos la oportunidad de seguir siendo innovadores y valientes, y el reto de responder a las nuevas necesidades de movilidad de iruneses; en definitiva, no podemos improvisar. Hablamos de algo lo suficientemente importante como para no dejarlo al albur de propuestas sin base sólida o que pueden generar preguntas en la ciudadanía que no se sepan responder».