Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 14 de Noviembre de 2021.
«Nuestro hospital necesita una ampliación con la vista puesta en el futuro y no un parche temporal»
Sanitarios del comarcal disienten del proyecto de Osakidetza y de su eficacia a largo plazo y reciben el apoyo de asociaciones vecinales, movimientos sociales y grupos políticos
Nadie se opondría, en principio, a la renovación de los quirófanos de un hospital abierto hace tres décadas. Sin embargo, cuando el pasado 24 de septiembre los jefes de servicio del Hospital del Bidasoa recibieron una comunicación oficial en la que se anunciaba que la dirección general de Osakidetza había aprobado el proyecto de modernización del bloque quirúrgico del centro saltaron las alarmas. Otro bloque, el del personal sanitario, se manifestó en contra de dicho proyecto. «Creo que es la primera vez que todas las categorías profesionales de todos los servicios del hospital nos ponemos totalmente de acuerdo en algo», dice María Jesús Alfonso, veterana enfermera de quirófano del comarcal y portavoz de sus compañeros.
El apoyo social
Como es sabido, la intención de Osakidetza es trasladar la actividad quirúrgica del Bidasoa (Traumatología, Oftalmología, Ginecología, Cirugía General, Anestesia, Urgencias y Enfermería de Quirófano), a Onkologikoa durante los 18 meses que duren las obras. La renovación por fases, que se barajó como posible solución en un principio, parece descartada por razones técnicas.
Con el anuncio del cierre del bloque quirúrgico del Bidasoa durante año y medio, agrupaciones vecinales, como la Federación de A VV Oiaso, colectivos sociales como el Movimiento de Pensionistas de Txingudi y grupos políticos de los ayuntamiento de la comarca, como Abotsanitz, que ha convocado varias movilizaciones este fin de semana, se han sumado al descontento expresado desde el inicio por los sanitarios.
Los inconvenientes que tendrán que sortear los bidasoarras que deban someterse a una operación y sus familiares, durante año y medio a partir de marzo, se interpretan como «un agravio. No somos el único hospital que hace obra en el área quirúrgica. Somos, prácticamente, el último de la red. Donostia no está cerca para quien tiene que coger un autobús, el Topo y otro autobús para llegar al hospital», apunta Alfonso.
A pie de quirófano, surgen, además, muchas dudas. «Puede decirse que en el hospital del Bidasoa damos un servicio de alta calidad», asegura la enfermera. «Si nos trasladamos a Onkologikoa, ¿vamos a poder seguir ofreciendo esa asistencia? ¿Qué pasa si hay una urgencia vital? ¿Dónde van a quedar ingresados los pacientes después de la operación? ¿Se les va a dejar allí? ¿Se les va a traer? Nos falta mucha información y muchas respuestas».
El viernes pasado, a preguntas de la parlamentaria irunesa del PP Muriel Larrea, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, respondía en el Parlamento Vasco que se va a garantizar el cuidado de la salud de la población bidasoarra mientras se lleve a cabo la renovación del bloque quirúrgico del comarcal, «unas obras necesarias si queremos seguir ofreciendo esa asistencia de calidad a la ciudadanía del Bidasoa, porque suponen, además, adecuar las instalaciones del hospital a las necesidades futuras de la población», afirmaba Sagardui.
El personal sanitario, en cambio, teme que los inconvenientes soportados durante los 18 meses de traslado sean en vano, porque «lo que necesita nuestro hospital es una ampliación con la mirada puesta en el futuro y no un parche temporal», señala María Jesús Alfonso. «El hospital se abrió hace 32 años. Irun y Hondarribia han crecido en población. Atendemos a los pacientes de Cinco Villas, a los bidasoarras que viven en Hendaya y a las personas que tienen en la comarca su segunda vivienda y que utilizan nuestras instalaciones. En no mucho tiempo, quizá estemos atendiendo a pacientes de Rentería, Lezo y Oiartzun».
Espacio para otros servicios
La alternativa que propone el personal sanitario es construir un edificio anexo, al igual que se ha hecho en otros hospitales. «De esa manera, podríamos seguir trabajando, sin alterar más de lo necesario la vida de las personas que tienen que someterse a una intervención, ni la de sus familiares», explica la enfermera. «En el espacio que ocupa el parking lateral del hospital, se puede construir, además del aparcamiento, un edificio anexo conectado por un pasillo para instalar allí el bloque quirúrgico. El espacio que ocupan actualmente los quirófanos se destinaría otros servicios, que lo necesitan de manera urgente. Todo el mundo que haya utilizado, por ejemplo, el gimnasio de rehabilitación o el servicio de Hospitalización a domicilio lo ha podido comprobar».
El comarcal «necesita espacio», insiste Alfonso. «Dicen que el tercer ambulatorio de Irun puede ser la solución, pero ese tercer ambulatorio no llega y, además, ya ahora mismo, el ambulatorio de Dunboa no se ha quedado pequeño, se ha quedado enano».
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