domingo, 14 de marzo de 2010

A punto de caer...pero no caen











Noticia publicada en Diario Vasco sección Gipuzkoa el domingo 14 de Marzo de 2010.








IRUN
A punto de caer... pero no caen
San Miguel, la calle Aduana, Artia, la Parte Vieja... casi cada zona de la ciudad tiene su caso propio. Varios edificios de la ciudad, aún con sentencia en firme, siguen esperando su demolición
14.03.10 - 02:26 -
I. MORONDO IRUN.

Dijo el alcalde que 2010 podía ser el año en el que se iniciaran los primeros derribos en la zona ferroviaria que la ciudad quiere recuperar. Traer a este texto aquel vaticinio de Santano no tiene por objeto hablar de la regeneración del espacio de vías, sino repescar el asunto de los derribos. Hace poco, el Ayuntamiento aprobó derribar una antena de telefonía y el pasado año el muro de Berio, en Larreaundi, y el de Artistas Vidrieros, en la Parte Vieja. No mucho más atrás han caído también edificios, algunos emblemáticos como el de La Salle San Marcial, casi siempre con la justificación de una promoción residencial. Aunque hay excepciones, como el derribo que exigió la ordenación exterior del polideportivo Azken Portu. Incluso hay casos de demoliciones que sólo dejaron un vacío, como se puede ver en las calles Uranzu o Estación.
Sin embargo, otros inmuebles, en desuso y en estado ruinoso, se resisten a desaparecer. Es comprensible que el trámite para la ejecución lleve su tiempo; puede ser que el promotor responsable entienda que no es el momento; o que haya dificultades técnicas para acometer el trabajo... La realidad es que algunas construcciones que ya no deberían seguir en pie afean la ciudad, ponen en riesgo a edificios cercanos e, incluso, en según qué momentos, a los propios ciudadanos. Esto al margen de que inmuebles en ese estado aumentan la apreciación subjetiva de sensación de inseguridad.
Calle Uranzu
Pieza a pieza
Por su aspecto y por la situación urbanística que padece, llama la atención el número 10 de la calle Uranzu, conocido como la antigua sede de Los Tranquilos. En el cruce con la calle Korrokoitz, ha sido vecino durante décadas de la vieja fábrica de Artistas Vidrieros. Ésta desapareció del todo en diciembre de 2008, cuando los promotores del futuro ámbito residencial derribaron sus paredes en un arrebato de miedo tras el desplome de parte del muro de la calle Berio. Este edificio está condenado: fuera de ordenación, en ruina y casi totalmente en desuso. Se desprenden cascotes cada vez que arrecia el viento o llueve fuerte. Pero sigue en pie. Los promotores no tienen obligación de tirarlo hasta que no vayan a empezar los primeros trabajos de urbanización en la zona, para lo que tienen un plazo de cuatro años que no expirará hasta mediados de 2013.
Calle Juan Thalamas Labandibar
Yacer junto al río
Entre el Bidasoa y la Nacional 1, se colocó el polideportivo Azken portu. Hubo que derribar una vieja vivienda para hacer sitio a sus conexiones peatonales y habrá que derribar la empresa adyecente para poder ejecutar la segunda fase, aquella que, enredados en la crisis, hemos acomodado en el armario del olvido. Pero no es ése el derribo acuciante, ni mucho menos. A unos metros, hay varias construcciones, algunas de las cuales, deshabitadas, se debaten entre mantenerse o caerse. El Plan General de 1998, aún vigente hoy, indicaba la necesidad de derribar estos edificios cuyo estado, ya entonces, calificaba de «ruinoso». El objetivo, compartible al 100% más de 10 años después, era recuperar el frente del río como espacio libre, de acuerdo con los criterios del Plan Especial de Protección del Txingudi.
Avenida de Iparralde
Al otro lado de la N-1
Vial estratégico como principal entrada a la ciudad desde Francia, la avenida Iparralde se ha ido regenerando de manera importante estos últimos años. Queda el gran proyecto del entorno del Stadium Gal para certificar el cambio total que, incluso a ese lado de la N-1, van propiciando obras como Ficoba, el skate park, las glorietas de Diputación y la reordenación de la zona comercial. Poco se menciona el llamado ámbito de Recondo-Iparralde. Un gran proyecto residencial-cultural quiere derribar tres bloques y recuperar con fines museísticos la casa de Basterretxea y Oteiza. En los tres bloques hay tres inquilinos, que probablemente tengan hechas las maletas porque el derrumbe de los números 29, 31 y 33, todos fuera de ordenación, está previsto para el primer trimestre de este año. Así lo establece la Memoria del Programa de Actuación Urbanizadora del ámbito, aprobado definitivamente por una Resolución de Alcaldía hace exactamente un año.
En su lado urbanizado, la avenida Iparralde tiene otro lunar. La Villa Madariaga estaba llamada a acoger el Espacio Luis Mariano según la campaña electoral del PSE o una nueva guardería municipal, según el del PP. La realidad es que si bien más que demolerse debería rehabilitarse, el paso de los años puede acabar provocando que lo primero ocurra por sí solo.
Calle Aduana
Esperando el próximo tren
La regeneración del espacio ferroviario ha convocado a la calle Aduana a participar de la centralidad urbana del Irun futuro. Quizá sea el momento al que estén esperando los propietarios de las parcelas 9 y 11 de esta calle, ambas privadas, para actuar sobre ellas. Una está vacía y se usa como parking; a la otra, entre unas hiedras venidas arriba, se le adivinan los restos de lo que un día fue vivienda. No es lo único que respira ruina en esta zona, pero desde luego sí lo más llamativo.
Calle Zubiaurre
¡Alerta! Termitas
En junio del pasado año fueron desalojados los vecinos de calle Zubiaurre, 6. También la AAA de La Salle, que ocupaba el bajo eventualmente hasta la llegada de su nuevo local. El motivo fue la invasión de termitas que llevaba años devorando la estructura de madera del bloque. La situación se juzgaba peligrosa, así que tras el desalojo, se abrió el expediente de declaración de ruina. El edificio aun sigue en pie, aunque su estructura ha cedido, hasta ocho centímetros entre algunos pisos, y no parece recuperable. Lo que recomiendan los técnicos en edificaciones es su derribo, aunque otros técnicos, los especializados en los bichos, recuerdan que «en cuanto se derribe hay que retirar las maderas. Y sería conveniente un tratamiento de 'barrera' en las fachadas de las casas cercanas». Una medida preventiva recomendable, aunque no esconden que, «puede no ser definitiva». En cualquier caso, no son los insectos motivo para no tirar la casa.
Calle Artaleku
Advertidos por el fuego
En enero, un inmueble abandonado ardía en la calle Artaleku. El Ayuntamiento actuó de urgencia para derribarlo por los riesgos de derrumbe derivados del fuego. Junto a ese edificio, otros dos en igual estado de desuso y ruina, soportan inquilinos indeseados y se van deteriorando con el tiempo por la falta de mínimo mantenimiento y por las agresiones meteorológicas.
La reordenación de esa parcela en la ladera que separa la calle Artaleku de la avenida de Gipuzkoa es otro asunto pendiente del Plan General. Puede que la decisión final, por no hablar de la solución efectiva, se siga retrasando. Una adecuación de la parcela demoliendo estas construcciones mejoraría la seguridad en las aceras circundantes y reduciría la posibilidad de que resurjan llamas como las de enero; también harían el tránsito por la zona más agradable y, a ciertas horas, menos temerario.
pie de foto arriba derecha:Edificio de la calle Uranzu. :: HERA
pie de foto izquierda arriba: La N-1 ha ennegrecido los inmuebles de la calle Juan Thalamas Labandibar. :: DE LA HERA
pie de foto izquierda abajo:Los edificios del ámbito Iparralde-Recondo se prevén derribar este año. :: F. DE LA HERA
pie de foto abajo derecha:Ruina. Esta imagen de la calle Aduana refleja la necesidad de solucionar la situación de viejos edificios, ruinosos y en desuso, que estropean la imagen de la ciudad en pleno centro. :: F. DE LA HERA







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