Denuncian que Francia devuelve 'en caliente' a migrantes que pasan por Irun
SOS Racismo afirma que el país galo realiza «controles por raza», mientras que al Ayuntamiento no le consta que sea una «práctica sistemática»
Francia sabe bien que es el principal destino de muchos migrantes que llegan a las costas andaluzas o son rescatados por embarcaciones de Salvamento Marítimo -más de 23.000 este año- y ha decidido instalar un filtro en sus fronteras, principalmente en Irun y la Junquera. Según denuncia SOS Racismo, el país galo está practicando 'devoluciones en caliente' en la muga de los inmigrantes en tránsito indocumentados. Desde el ayuntamiento irunés se asegura que no hay «constancia» de que la Gendarmería esté aplicando este procedimiento «de una manera sistemática», aunque sí se reconoce que la Policía Municipal ha trasladado a sus responsables que en alguna ocasión han observado alguna patrulla francesa con migrantes.
El portavoz de la ONG en la comarca del Bidasoa, Jon Aranguren, advierte de que los gendarmes realizan «controles por criterios de raza, algo que está completamente prohibido». Así, la Policía francesa está parando «autobuses regulares» que van hacia Baiona y Burdeos desde Bilbao, San Sebastián e Irun. «Sólo piden la documentación a las personas con rasgos subsaharianos». La inmensa mayoría de los migrantes viaja sin pasaporte ni documentación reglada. Sólo llevan encima un permiso de un juez español, obtenido tras su paso de 48 horas por las comisarías andaluzas, que les autoriza para moverse libremente por el territorio nacional durante 45 días.
Incluso desde Burdeos
«Es verdad que técnicamente no pueden salir del país, pero también que hay libertad de movimientos por el espacio Schengen. Francia continúa aplicando muchas cláusulas que debería haber derogado porque las activó durante el estado de excepción decretado por los atentados terroristas», defiende Aranguren. Las 'devoluciones en caliente', según SOS Racismo, no son una novedad. «Se llevan practicando en Francia desde hace, al menos, ocho meses», detalla Aranguren. No siempre se realizan en la frontera y en el peaje de Biriatou. «Otras veces son algo más oficiales. De Burdeos salen todos los días furgonetas cargadas con migrantes en tránsito que son detectados allí y deportados después de dar aviso a la Policía Nacional. Los gendarmes les traen todos los días y les hacen bajar en suelo español, frente al Ficoba. No es un viaje diario, sino varios», advierte, mostrándose incapaz de calcular cuántos migrantes están regresando por esta vía.
La estampa en Biriatou se repite a diario, denuncia la ONG. Los gendarmes suben a los autobuses y piden la documentación a los viajeros de raza negra. Generalmente es fácil saber que son migrantes porque visten con las mismas sudaderas oscuras y las alpargatas de colores que les ofreció Cruz Roja cuando llegaron a las costas andaluzas. La mayoría no hace ni una semana que ha cruzado el Estrecho. Son de Mali, Senegal, Costa de Marfil o Guinea Conacry, fundamentalmente. No llevan documentación en regla y los gendarmes les piden que bajen del autobús. La mayoría no tiene dinero encima. «Muchos se quedan allí mismo o en los alrededores, e intentan cruzar a pie en cuanto anochece. Los hay que vuelven a Irun y lo intenta en otro bus menos llamativo. Todos acaban pasando a Francia en pocos días. Gente que no duda en subir a una patera no se da la vuelta porque le bajen de un bus», explica una persona que trabaja sobre el terreno con los inmigrantes y prefiere no identificarse.
«Habrá ahora unos 60 por aquí», explica Aranguren. Calcula que «el 30% de los que desembarcan en las costas andaluzas pasan por Irun durante su viaje». Si las estimaciones de SOS Racismo son correctos, unos 6.000 inmigrantes que han llegado en patera este año han pasado por el País Vasco. Cruz Roja cifra en 1.500 los atendidos desde finales de junio.
En contrapartida a ese aumento de las 'devoluciones en caliente', se ha producido un significativo descenso de la readmisiones. La fórmula, aprobada en una cumbre hispanofrancesa en 2002, permite que las autoridades de frontera de cada una de las partes readmitan inmediatamente en su territorio a los extranjeros, procedentes de un tercer país, que sean presentados por las autoridades de frontera de la otra parte dentro de las cuatro horas posteriores al paso ilegal de la frontera común. Según datos facilitados por el Gobierno español al senador de EH Bildu Jon Iñarritu, Francia impidió el acceso a 932 personas en 2015, cifra que se redujo a 391 el año pasado.
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