Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 5 de Agosto de 2018.
Gran ambiente y abanicos en la Euskal Jira
La alegría se impuso a un calor sofocante en la celebración de la 40ª edición de la fiesta vasca irundarra La plaza Urdanibia acogió, mañana y tarde, la animada jornada festiva del primer sábado de agosto
Neskas haciendo cola a mediodía de ayer para comprar abanicos «en el chino» y niños y niñas exponiéndose al atomizador de agua instalado en la plaza Urdanibia dan idea del caluroso día que recibió a la 40ª edición de la Euskal Jira. A pesar del calor sofocante del primer sábado de agosto, la fiesta vasca volvió a imponerse un año más, éste 2018 con un bagaje de cuatro décadas ininterrumpidas de celebración.
La alameda de Urdanibia fue el escenario matinal de Irungo Euskal Jira. Como es costumbre, los puestos de artesanía en madera, cuero y piedra y de productos locales se instalaron en la alameda, junto a las txosnas en las que pudo beberse sidra fresca, acompañada del tradicional bocado de talo y txistorra.
Juan Pedro Ugarte, uno de los artesanos fieles a la Euskal Jira hacía una demostración de su trabajo ante el público que rodeaba su puesto. En un descanso, a la sombra, nos contaba que se dedica «a hacer las cestas de remonte en el taller que tenemos en el frontón Galarreta. En las exhibiciones, suelo explicar a la gente la diferencia entre el remonte y la cesta punta. Estoy intentando enseñar el oficio a gente joven, pero de momento no encontramos sustitutos. Es un trabajo muy constante. Cada cesta de remonte lleva unas 25 horas de trabajo y las de cesta punta, alrederor de 20. Es todo manual. Se trabaja con madera de castaño y para trenzar, antes utilizábamos la fibra de junco y ahora el fleje de plástico. Trabajamos siempre por encargo. Hay trabajo, pero no encontramos jóvenes que quieran seguir».
Mientras los artesanos mostraban su labor, los responsables de las gurdias iban instalándolas alrededor la la plaza, para que la gente pudiera acercarse a ellas y observar los detalles. La carroza más fotografiada ayer fue, sin duda, la de Behobia, obra de Antxon Zabaleta, carpintero jubilado y veterano de la Euskal Jira. El año pasado reprodujo en la carroza de su barrio la antigua ermita de San Marcial. «Hubo gente que no la reconoció, porque faltaban muchos de los añadidos que tiene ahora, así que este año decidimos representarla tal y como está en la actualidad».
La maqueta, con todos los elementos de la actual ermita y alrededores, incluidos el mirador y el parque infantil, atrajo la atención del público, por lo que Zabaleta se mostraba satisfecho. «Son muchas horas de trabajo las que ha llevado hacerla», decía.
El autor de la gurdia de Behobia cumplía ayer 40 años de Euskal Jira y recordaba así la primera edición. «Salimos vestidos de anguleros y no llevamos carroza. La mayoría de los que salimos ya somos mayores y algunos ya han fallecido. Al año siguiente, ya presentamos la primera gurdia y así hasta hoy. ¡Imagínate! 39 gurdias, todas diferentes y aquí seguimos. Las gurdias son la esencia de la Euskal Jira. Por eso, hay que animar y ayudar a los jóvenes a que presenten gurdias, a que las trabajen, porque son la esencia de la Eusjkal Jira. Sé que es difícil, exigen muchas horas, pero sin gurdias no hay fiesta».
El presidente de Irungo Euskal Jira, Iñaki Olazabal, agradecía el esfuerzo dedicado a la preparación de las carrozas «y la imaginación increíble de la gente que las hace». Olazabal celebraba «el buen ambiente y la participación de la gente, que se ha volcado en esta 40ª edición, a pesar del calor».
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