Trajes de luces entre iñudes y artzaias
La comparsa de nodrizas y pastores rememoró la corrida inaugural de la desaparecida plaza de toros de Irun
- MARÍA JOSÉ ATIENZA
- IRUN
Tras la animada tarde de sábado que dejó en Irun la llegada de los Caldereros de la Hungría, ayer por la mañana se vivió, con nubes amenazantes pero tiempo seco y cargado de alegría, el desfile de la comparsa de Iñudes y artzaias. Eraiki Dantza Taldea, agrupación del barrio de Behobia organizadora de la comparsa, consiguió reunir a alrededor de 150 participantes, entre pastores, nodrizas y personajes de época, a los que se sumaron los componentes de las charangas Gauerdi y Jostallu y los miembros de la Banda del Conservatorio Municipal.
No está de más decir que Eraiki se supera cada año en la presentación de esta vistosa y nutrida comparsa, en la que el vestuario se cuida con esmero y los bailes lucen por estar bien ensayados e interpretados por dantzaris mayores y pequeños. Además, cada año, esta comparsa que recrea el galanteo de pastores y nodrizas, se reserva en secreto una novedad y en este 2017, han sido los cuernos los que han dado la sorpresa.
El desfile de Iñudes y artzaias partió a mediodía de la calle Santiago, hacia la plaza de San Juan, donde se realizó la primera parada. El público respondió a la convocatoria de la comparsa y la recibió con aplausos durante todo el recorrido.
Abrían la marcha los mikeletes, seguidos de las iñudes y artzaias txikis, que saltaron y bailaron sin parar, lanzando a los bebés al aire, al son de la música de las charangas. Detrás, caminaba, muy seria, la comitiva institucional, formada por el alcalde, la alcaldesa y los señores principales. También se sumaron al desfile el obispo, el cura, las monjas, los médicos y las enfermeras, armadas éstas con enormes jeringuillas preparadas para inyectar las vacunas a los bebés.
La sociedad civil de la época estuvo representada por la maestra y los escolares, las floristas, el panadero, el afilador, el barrendero y vendedores varios de globos, galletas, caramelos y otras golosinas.
Las iñudes y artzaias adultos cerraban el desfile, pero entre todos estos personajes sobresalían los más novedosos. Iban vestidos con trajes de luces y más que desfilar hicieron su paseíllo. Se trataba de José Claro 'Pepete' y Manolo Torres 'Bombita chico', los toreros del cartel de la corrida inaugural de la desaparecida plaza de toros de Irun, celebrada el 29 de junio de 1910.
A estos dos maestros les acompañaba Enrique Vargas 'Minuto', que no llevaba traje de luces, sino que iba vestido de 'pelotari' porque, realmente, aquel día de 1910 extravió su baúl y tuvo que vestirse con la ropa de un monosabio.
El caso es que José Claro 'Pepete', Manolo Torres 'Bombita chico' y 'Enrique Vargas Minuto' hicieron ayer su faena en la plaza de San Juan, adonde se llevaron su burladero y sus toros bravos. La chavalería corrió de lo lindo ante los morlacos antes del inicio de la corrida y el público pidió las dos orejas y el rabo para los maestros.
Desde la plaza de San Juan, la comparsa se trasladó al Ensanche, donde esperaban la Banda del Conservatorio y un público numeroso. Los músicos interpretaron las piezas del Carnaval de los maestros Sarriegui y Santesteban, que fueron bailadas por los dantzaris de Eraiki. El fandango y el arin-arin pusieron punto final a una fiesta brillante.
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