Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 19 de Septiembre de 2021.
«De nada sirve un perro obediente si está estresado o tiene otros problemas»
Su misión es ayudar a sus clientes a entender a sus perros, para que aprendan a satisfacer las necesidades del animalZuriñe Elosegi Educación Canina Consciente
La protagonista de esta historia cumplió hace siete años su sueño de adoptar una galguita, a la que llamó Arin, sin saber hasta qué punto esa decisión iba a ser trascendental en su vida. Licenciada en Ciencias Ambientales, la irundarra Zuriñe Elosegi trabajaba por aquel entonces en una asesoría medioambiental, pero la llegada del cachorro lo cambió todo.
–Volvamos a 2014.
–Cuando Arin tenía ocho meses comenzaron a surgirme muchas dudas acerca de su educación. Y en ese momento solo veía a mi alrededor programas o técnicas de adiestramiento, como el de César Millán. Pero a mí me parecía muy simple, yo veía que se podía ir mucho más allá.
EDUCACIÓN CONSCIENTE«Es una filosofía que consiste en entender a los perros y las causas de sus comportamientos»BENEFICIOS«Cuando apostamos por la educación canina las cosas empiezan a fluir y los problemas mejoran»
–¿Y encontraste a alguien que resolviera esas dudas?
–Sí. En Donostia había una educadora que se llamaba Ana Masoliver, que por desgracia falleció recientemente. Ella trabajaba desde un enfoque diferente, mucho más amable y respetuoso. Así que acudí a sesiones con Arin, como hobby, no porque tuviera ningún problema, y me gustó.
–Tanto que fuiste más allá...
–Sí. Siempre me habían interesado mucho los perros, y según fui descubriendo la educación canina quise profundizar más en ella a través de cursos y seminarios. Hasta que sentí la necesidad de compartir con otras personas todo lo que estaba aprendiendo. Así que hace año y medio fundé la escuela Educación Canina Consciente.
–Que funciona en base a los mismos principios que te transmitió Ana.
–Sí, es una filosofía que busca entender al perro y las causas de sus comportamientos. No se trata de adiestrar al animal mediante órdenes, sino de acompañarle para que pueda ir adquiriendo herramientas propias, que le permitan ir gestionando su día a día y resolviendo sus problemas por sí solo. Los perros no solo funcionan por asociaciones, a través de castigos y premios. No se trata de «yo te digo lo que haces bien y tu aprendes», eso solo sirve para poner parches. Lo que yo busco es ir a la raíz del problema.
–¿Cómo?
–Desde un enfoque emocional, amable, sin castigos ni nada que les haga daño, simplemente estudiando la vida de ese perro y aplicando los cambios que sean necesarios para él.
–¿Podrías ponerme un ejemplo?
–Imagina un perro que por la calle ladra mucho, va muy nervioso y tira de la correa. Desde otras filosofías la solución podría ser ponerle un collar de pinchos para inhibir ese problema respecto al dueño, pero no solucionas nada en el perro. A lo mejor deja de tirar de la correa, pero muy probablemente le estás causando un daño emocional que se puede manifestar por otro lado. Yo en ese caso estudiaría su entorno, si la zona por la que se le pasea es demasiado difícil para él porque tiene demasiados estímulos, si en casa puede descansar, las relaciones con otros perros, la edad... Hay que mirarlo todo y mejorar lo que el animal necesite.
–Cuanto antes se empiece a acompañar a un perro, mejor.
–Sin duda, el acompañamiento debe ser desde cachorro, pues es cuando se gestan muchos de los problemas que explotan después. Hay que hacerlo respetando todas las fases por las que pasan. Si en esos primeros meses no les dejamos meterse cosas a la boca, jugar, etc., les generamos mucha ansiedad. En ese momento es lo que necesitan, después dejarán de hacerlo.
–Pero un perro adulto con problemas también tiene un hueco en tu escuela.
–¡Por supuesto! Nunca es tarde para cambiar el adiestramiento por la educación, por entender al animal y generar en su vida cambios que le beneficien tanto a él como a la familia.
–¿Cómo son las sesiones que tu realizas?
–Normalmente son sesiones individuales a domicilio, para conocer el entorno del perro, que es la clave para trabajar bien. Acompaño a los dueños a dar paseos, estudio el día a día del animal y les ofrezco pautas adecuadas a sus necesidades.
–¿Cuánto tiempo puede durar una terapia?
–Depende. Si es un cachorro, con un par de sesiones suele ser suficiente, y luego se puede realizar un seguimiento. En perros que han desarrollado algún problema su evolución depende de muchas cosas relacionadas con el propio perro, pero también del grado de implicación de los dueños, puesto que son las personas que más influyen en él.
–También ofreces sesiones grupales.
–Sí, una vez a la semana. En esos casos lo hago de forma controlada, evaluando qué perros van a acudir y cuándo y cómo puede entrar al grupo. El objetivo es que cada animal obtenga los máximos beneficios posibles de estas sesiones. Mucha gente viene a menudo y así, los que llevan más tiempo también ayudan a los nuevos.
–¿Un deseo para el futuro de Educación Canina Consciente?
–Me gustaría que se extendiera mucho más, que la gente aprendiera más sobre educación canina y deje de intentar adiestrar a sus perros con el objetivo de controlarlos en la vida diaria. De nada sirve que un perro obedezca órdenes si es un perro inseguro, estresado y sin habilidades sociales. Deberíamos poner nuestra energía en satisfacer las necesidades físicas y emocionales de nuestro perro y no en crear un perro obediente. Cuando nos decantamos por la primera opción las cosas empiezan a fluir y los problemas empiezan a mejorar.
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